Ya sea porque te peleaste con tus viejos, tus viejos te echaron, estudias al otro lado del país o de repente sentiste una necesidad loca de empezar a andar en bolas por tu casa, los cuentos de nuestras vidas siempre terminan en irse a vivir solo.
Cuando amanece la idea en tu cabeza es todo bello. Imaginás un depto. con decoración moderna, pinturas abstractas y muebles vanguardistas. Colores vivos en las paredes, una vista impresionante a la plaza Independencia o a dos cuadras de la Arístides, un local de comida rápida en cada coordenada que te rodea, el gimnasio a la vuelta y un vecino bombonazo/a que cada mañana cuando salgas a buscar el diario va a decirte los buenos días inspirándote a estar el resto del día con buen humor.
Bueno, eh…Eso no existe a menos que tengas las 10 lucas que vale el alquiler de ese depto. o estés todavía en el país de las maravillas.
La desilusión de ver moho en las esquinas de las paredes, pisos de granito gris, cortinas con motivos de los años ’60 y colores pastel, cocina micro y baño nano, es gigante. Intentás darle palmaditas a tu sueño mirando por la ventana y viendo que vivís cerquita del centro, pero a lo máximo que pudiste llegar no fue a la Independencia, fue a una como la plaza Cobos (bien lejitos de la Arístides) y acabas de ver como a dos turistas les robaron el bolso y un viejo borracho esta evacuando al ladito del farol de una de las esquinas. Visita a la plaza para otro día, y nunca de noche.
Seguís investigando y comenzás echándoles un vistazo a tus vecinos. Una hermosa pareja joven con mellizos te atienden la puerta y con un “¿Qué?” en un tono completamente desagradable te dan la bienvenida. Equivocado, disculpe y al depto. de vuelta. Los tiernos mellis, cuando no llora uno, llora el otro y la idea de estudiar al lado de tu hermano que solía poner música heavy metal no parece ser tan horrible desde ese día. Hasta lo extrañas y recién llevás una tarde ahí.
Ni siquiera pensás en pasar por un lugar de comida rápida porque la cochinada que se hace llamar tu “home” no se paga sola, hay que ahorrar. Entonces abrís la heladera, llena de mercadería que tu mami te facilitó para los primero días, y buscás qué cocinar. Ahora miles de imágenes surgen en tu cabeza: la imagen de la lasagna de mamá, el guiso de lentejas de mamá, las milanesas a la napolitana de mamá y después dejás de soñar y ves el omelette pachucho que te estás haciendo en ese momento. Gracias a dios que existe el huevo y el queso.
Cansadísimo/a después de lavar los platos, cosa que en tu casa nunca hacías vos, te dirigís al baño a pegarte una ducha y acostarte a dormir. Como acabás de mudarte, no se te ocurre siquiera pensar en que hay que prender el calefón porque no anda como el de “casa”, así como también la calefacción. Salís corriendo de la ducha, acordándote del árbol genealógico completo del calefón y pisando el suelo helado de tu nuevo hogar. Que ducha ni que mier&%; a dormir.
Te acostas en tu camucha y mirás al techo. Hasta mañana no te llegan los muebles de la pieza así que sólo contás con tu cama de siempre y una silla con una pila de bolsos. Mesa de luz todavía no, entonces el celular al piso (después de haber intentado agarrar señal de Wi-Fi y no haber encontrado ninguna), lo demás a la cartera y al noni.
Cuando van pasando los días de tu nuevo estilo de vida, te vas dando cuenta de las mil y unas cosas que te faltan. Te falta la plancha (y la planchadora) entonces la reemplazas por el espacio del medio del somier en donde metés todas tus ropitas estiraditas esperando que queden lisas; la compu, tan necesario ahora; la alacena llena de galletitas dulces; el lavarropas con los jabones para lavar que nunca se terminaban porque tu mamá siempre compraba cuando faltaban; las ganas de colgar la ropa (ya fermentando después de 5 días dentro del lavarropas); etc. Facilidades que tu familia te daba cuando vivías con ellos, e incluso ese calor humano que nada va a volver a reemplazar.
Vivir solo te enseña miles de cosas, cosas que desafortunadamente aún no sé porque todavía no tengo los medios económicos para irme solita, pero sé que todo esto me va a pasar en el momento de mi vida en que deba abandonar el nido. Hay que aprender a acomodarse y a vivir con uno mismo; a no a ser cómodo y tener 40 años y seguir viviendo con tu mamá; ya obviamente hay que aprender a valorar a la mamucha que tenemos al ladito nuestro y a la que demasiado seguido olvidamos. ¡Feliz día adelantado de las Madres!
También podes leer:
Lo que yo quiero como estudiante
El año pasado escribíamos:
demasiado bueno!! lo vivi en carne propia.. cuando solo almorzaba en el comedor de la facu y si tenia suerte y ganas me mandaba unos guisos! alabadas sean mis ganas adolescentes de aprender a cocinar cuando se iban de vacaciones!!
dioss!! q fea etapa jaja hasta que te acostumbras
jajajjajaja cosas tan ciertas!!! me fui a vivir sola a los 17 cuando empece a estudiar y la verdad vivir solo tiene sus pro, pero nunca como estar en casa!
jajaja, la casa de Conep es así!!!!
Ni me imagino el video club de conep….
JEJEJEJJEJEEEJEJEJE es tal cual!!! Una gran nota Madame!
tankius cumpañero
y cuando se te rompe algo .. queeeeeeda ahí por que no sabes como puta se arregla, hasta que decis «bueno a ver, voy a llamar a alguien que lo arregle» pero te das cuenta de que sale cariiiiiisimo llamar por ejemplo al plomero, y entonces te acordas que en tu casa de esas cosas se encargaba alguien mas..
Madame! cuánta verdad en esta nota. La sensación de vacío, de todo vacío es tal cual. Pero como dijo don José Larralde, «nunca el hombre tiene poco si le suebra libertad». En lo personal me pasó eso, sentí el golpe seco del «minimalismo» forzoso, pero todo eso queda chiquito al sentir la libertad que te invade hasta en lo más mínimo. Excelente la nota.
Gracias sir, el pánico de que esto me pase es gigante, pero las ganas de aprender a vivir solo superan todos los miedos. Veremos que sucede, luego contaré algún día mi experiencia personal.
«los cuentos de nuestras vidas siempre terminan en irse a vivir solo» nooooo, empiezan, madame!!!
Pero es real que uno valora a su mamá como nunca cuando comienza a vivir solito. Un secretito? Mamita es lo más, y aún cuando nos hemos ido, ella se las arregla para seguir facilitándonos la vida! Alabadas!
La mamucha es la mejor, está en todas!
no todo es tan malo eh! yo vivo sola hace casi un año y aunque no lo crean la decoracion de mi depto es moderna y vanguardista, aprendi a cocinar y lo disfruto, en mi casa no tocaba ni un plato y siempre me decian «vas a vivir en la mugre» ahora no dejo que nadie pise mi depto con sus zapatillas sucias! a ponerle ganas que todo se puede!
Buenísimo!! Me das muchisisisismas energías jejej esperemos que eso se me cumpla a mi tmb. Saludos
jajaajajajajajjaja como me tente con esta nota.. jajajajajja voy a empezar a ahorrar, porque yo me quiero ir a vivir en una casa como la que primero describiste! jajaja
¡Ja! Que manera de decir verdades. Ni que hablar cuando uno viene a vivir a Mendoza desde otro lugar. A todo lo que nombrás sumale que no entendés un carajo el léxico. Te doy un ejemplo: «-En un rato paso por tu casa. Poné la tetera así tomamos unos mates»; y te quedás pensando de donde mierda sacás una «tetera» cuando solo tenés la pava que usó tu tatara- tatara abuelo cuando se iba de camping, y porqué estos mendocinos tomarán mate, de una «tetera»?.
O cuando cae una visita y te pregunta ¿donde está el «basurín»?, y vos le respondés que vivís solo, que no compartís el depto. con nadie apodado «basurín».
Ni mencionar que te quedás una hora esperando el «trole», mirando cada micro que pasa, a ver si tiene un par de tubos que le salgan por encima, que te lleve hasta tu casa, hasta que el Kiosquero que se te cagó de risa durante esa hora, sale y te dice que el trole es ese que se te pasó cinco veces y no tiene absolutamente nada de trole.
En fin, es duro irse a vivir sólo, pero mas que unas cuantas comidas quemadas, otro tanto de camisas. Café que parece agua sucia, o en su defecto petróleo sin destilar. La libertad de saberse responsable de su propio destino, no tiene precio.
Que horror!! Ya me imagino lo que me espera mi dios jajaja
Muy buena la nota Madame!!! yo la viví del otro lado…mi hijo se fue a vivir solo, y es todo tal cual, ahora yo soy la Diosa q lo atandía como nadie, ah! y cero síndrome del nido vacío sen
tí…ajajjajajja y al q le guste el durazno…..
pues que se aguante la peluza jajaj
Es cierto pero lo que más duele actualmente es el bolsillo, ya que si tenes mucha guita podes hacer milagros de la nada ja ja ja.