/101 Situaciones espantosas (del 51 al 60)

101 Situaciones espantosas (del 51 al 60)

51- Copiarte una tesis completa de otra facultad y que el último profesor te descubra.

52- Que tus suegros se pongan a pelear acaloradamente en la mesa mientras vos has ido a cenar a lo de tu novia.

53- Que tu papá invite a cenar a su jefe y la familia de él y ahí te des cuenta de que hace un tiempo te comiste a una de sus hijas, mintiéndole con tu nombre, edad, profesión, nivel social y procedencia.

54- Estas con un amigo en un bar escaviando y piropeando minas, de pronto te llama tu novia, lo haces callar a tu amigo y le decís a ella que estas en el laburo, por entrar a una reunión. Mientras miras a tu amigo con cara de cómplice, le haces guiñaditas y burla de cómo te habla. De pronto te tocan la espalda, te das vuelta y ¡ahí esta!… tu novia.

55- Garchas con tu novio en la pieza de tus papás y el muy boludo se olvida de tirar la cadena del baño de tus viejos, dejando un forro flotando en el inodoro.

56- Vas manejando y hay un conductor parado en el medio de la calle, tocas bocina y no arranca, no se mueve. Haces una maniobra brusca y lo pasas sin dejar de tocar bocina y mirándolo con cara de bronca, en eso no te das cuenta y del otro lado te choca un Rastrojero que te parte el auto al medio por picudo y distraído.

57- Llegas tardísimo al boliche, media cuadra de cola, se escuchan comentarios como “no están dejando pasar más a nadie”, “han superado la capacidad no pasa más nadie”. Vos hace rato te venis haciendo el canchero con unos amigos porque sos “amigo del dueño”. Pidiendo permiso mientras decís “soy amigo del dueño”  a todos los flacos de la cola llegas hasta el patova de la puerta y antes de abrir la boca te dice “no entra más nadie” se da media vuelta y se va.

58- Vas en bici por el parque mirando tremenda mina y te chocas contra el baúl de un Falcon.

59- Tirártele a tu prima creyendo que te iba a dar bola y la muy forra contárselo a toda la familia, haciendo que todos te miren como degeneradito.

60- Invitar a una mina a comer y que el pelotudo o la pelotuda de la mesera diga a los gritos cuánto suma, enterándose no solo ella, sino hasta las mesas de la otra punta.

También podes leer:
De la 41 a la 50 

El año pasado escribíamos:
¿En política como andamos?