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5 características negativas que nos definen como mendocinos

Mendoza tiene sus aciertos y sus errores, sus victorias y sus fracasos, sus virtudes y sus falencias… y en todo eso estamos nosotros, los mendocinos.

Ser mendocino no es moco de pavo. No es fácil convivir al lado de una provincia que está llena de sanjuaninos. No hablar de limitar con un país que está lleno de chilenos. Que se yo.

Pero la realidad es que tampoco nosotros somos perfectos por más que lo creamos. Acá paso a enumerar algunas cosas que posta, si las cambiamos, pasamos a ser la ciudad maravillosa por la cual competimos y nos fue como el culo.

1 – En cinco minutos llego

Todo mendocino saltó una acequia, comió en papito Barloa y llegó tarde a algún lado. ¿Qué lineamiento planetario hace que ser puntual nos chupe un huevo? Además es algo que va empeorando y contagia a quienes si son puntuales con las reuniones, citas y demás yerbas, porque si yo llego a la hora que tenía que llegar pero el otro no lo hace, en la próxima no me preocuparé estar a tiempo para perder el valioso tiempo de mi rutina.

2 – Yo no fui

Nuestra provincia no es perfecta, y creo que muchos de los errores y conflictos surgen porque no nos hacemos cargo. Y con esto me refiero desde el gobernador que tiene el hilo de nuestro futuro así como también del que tira basura a la acequia cuando nadie lo ve y después se queja por el desborde de las mismas. Ni hablar de los que miran al costado cuando alguien necesita ayuda… ¿para qué ayudar a alguien que está como está si yo no tuve nada que ver en eso? O por supuesto, esos ambientalisdad que defienden al oso Arturo desde su casa. Media pila, si vamos a mear que sea un mea culpa.

3 – Somos los mejores del mundo

La humildad es algo que no nos caracteriza para nada. Tenemos el mejor estadio de todo cuyo tenemos a las mujeres más lindas de Argentina, tenemos las mejores montañas y paisajes, tenemos la mejor gastronomía, etc. Pero… ¿esto es realmente así? Si tenemos y somos los mejores del mundo, ¿por qué no logramos siquiera programar bien los semáforos, evitar que la gente siga muriendo por manejar ebria o simplemente sacar a gente de la calle que duerme bajo un puente? Para ser los mejores en algo, tenemos que ser los mejores en serio.

4 – Que lo haga otro

Pedro de Villa Nueva se queja de la mugre que es su barrio. Juan Carlos de Luján se queja que en el supermercado no respetan las promociones. Mariana de San Martín se queja que los políticos de turno se roban hasta la lapiceras del municipio. ¿Y después qué? Nada. Si alguien hace algo ilegal, ya vendrá otro a denunciarlo, si los políticos en vez de limpiar, ensucias con sus pegatinas de campaña electoral, ya vendrá alguien que llame a una radio y haga la denuncia pública, si hay alguien en la calle con hambre, ya vendrá alguien a darle de comer. Y no, lamentablemente la mayoría de las veces no pasa. Sería un golazo empezar a actuar en vez de esperar que alguien más actúe.

5 – Conformistas de la moda

Es muy difícil que en Mendoza funcione algo que esté fuera de lo que nosotros creemos que es lo más de lo más. Los bares son de la Arístides, los boliches de Chacras, las obras del Independencia y los recitales en el Malvinas. ¿Han notado que cuando un boliche se pone de moda es cuando va todo el mundo y en realidad la pasás como el orto porque te pisan, empujan y tiran tragos encima? O el bar más copado es aquel en el que pagás por una cerveza y una piza lo que te sale una cuota del 0km. Pero no importa, porque si eso ya está impuesto, para que transgredir lo que todos dicen que hagas. Por eso que si vos ves bien pagar 2.000 por un pantalón que sale lo que sale porque lo comprás en una calle donde todo se cotiza en dólares, sos un mendocino de pura cepa.

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