/5 Signos para saber que sos la boluda de la pareja

5 Signos para saber que sos la boluda de la pareja

En un gran número de parejas, hay uno que rema más que el otro. En algunas casi ni se nota la diferencia; en otras, uno hace la plancha y le deja todo el laburo al otro, esto habla de una autoestima exagerada y unos padres patológicamente complacientes.

Al mismo tiempo, el remador en general está tan concentrado en la pareja, tan enamorado, que el árbol no le deja ver el bosque; es decir, pierde objetividad y ya no sabe si el comportamiento de su pareja es normal o no, si en todas las parejas sucede lo mismo, o si es la boluda de la relación.

Pero por fortuna, hay ciertos parámetros que no dan lugar a dudas, y deberían hacerle a estos remadores prender todas las alarmas onda “escape perfecto” y salir corriendo con lo más que puedan en las manos, antes de quedar atrapados con un “sí quiero” y un par de hijos encima.

1- “Qué rica está tu amiga”: El hombre sólo debería ser capaz de decir eso una sola vez en su vida, ya que el castigo ipso-facto debería ser la amputación de un huevo. No puedo imaginar un tipo tan boludo que lo diga y no se dé cuenta de la humillación por la que pasa la mujer que supuestamente ama. Ni Forrest Gump en pedo e intoxicado con Benadryl diría una estupidez semejante sin saber lo que eso significa. Por esto, ante la primera de estas frases ya no hace falta más nada: patada en el orto (porque lo de amputar el huevo todavía no está en el código penal) y a otra cosa mariposa. No por la frase en sí, tu amiga puede estar riquísima y todo, pero esto te da una idea de lo que a él le divierte hacerte sentir insegura y poca cosa.

2- “¿Y vos por qué no me llamaste?”: Cuando están saliendo y el chabón desaparece un finde… no llama no escribe no está on-line desde el jueves. Al martes siguiente te hace esta pregunta chota con cara de perro que se lo están garchando… ¿Adiviná por qué no te llamé pelotudo?, porque no tenía ganas de escuchar tus historias (que siempre son iguales) de “es el cumpleaños de mi vieja” (ahhh ¿y lo festejás todo el finde?), o de “estoy hecho mierda no me siento bien” (¿desde el jueves? Te debés estar muriendo ya), o de “se me rompió el auto” (¿te olvidaste que yo tengo?), o de “no tengo un mango” (claro, estamos a 10 y ya estás en rojo, lo asombroso es que el 20 vas a volver a tener plata)… porque son tan giles que ni inventar excusas como la gente saben. Si empieza así, ya podés ir dejando de imaginarte las vacaciones en el caribe juntos y que te acompañe al casamiento de tu prima. O empezá a imaginarte con un cartel de “boluda” en la frente.

3- “Ya sabés que no me gusta que salgas con esa amiga”: Ahhhh no no no no, querida. Si el ombligo-con-pelusas te empieza a elegir amistades, no das más de gila. A menos que la mina te lleve al casino siendo vos ludópata (en este caso tampoco darías más de gila); que el hombre al que palanqueás el amigo se sienta dueño de tu vida social es una abominación, no es dulce, no es romántico, no es normal. Esta frase es el moño decorativo de todo un paquete de comentarios groseros hacia esa amiga “inapropiada”, le critica absolutamente todo, que es una puta, que se bajó a medio Mendoza, que es estúpida, que no va a encontrar nunca a un hombre que la quiera porque es “un gato” o “una feminista”. (Aclaración: el ´se va a quedar sola´ es un insulto gravísimo porque para ellos no hay nada más terrible para una mujer que no contar con un ejemplar de su género). En caso de una pareja amiga, el chico es “un boludo” y la mina “una frígida”. Tus amigos/as son unos giles. Cara de orto toda la noche gaaaaraaantizadooooo (cantar como Capitán América de Las Pelotas)… y lo peor es que vos BOLUDAZA nivel Jelinek empezás a darle la razón.

4- “Yo la quiero dejar, pero me dijo que si lo hago se mata”: bueeeena papá, ¿quién sos?, una mezcla de Orlando Bloom y Jason Statham… dejate de joder querido, ni tu madre te extraña, me vas a decir que “la bruja” se hizo adicta a tus pedos nocturnos y tus uñas micóticas. Payaso él, pero más boluda vos que lo creés tan especial al de barba con caspa y panza traficante de panqueques que alguna mujer no puede vivir sin él. Hacé la prueba y huí mientras todavía no te encargás de fregotearle los calzones palometeados y mandale un jamón crudo a la Teresa de Calcuta que se lo banca.

5- “Es que no sé todavía qué quiero”: Yo sí sé qué querés, querés cualquier cosa menos algo en serio, querés hacerme de todo menos feliz, querés darle masa a este cuerpito hasta que te aburras, pero no tenés huevos, no tenés espalda, no te bancás ser sincero porque pensás que la única forma de entrarle a una dama es enamorarla y confundirla. Y vos, queridísima, sos la reencarnación de la madre de Bambi con la cornamenta del padre de Bambi si seguís encamotándote con ese ser, que ya te plantó la semillita del “si hacés suficiente mérito quizás me enamore” y te colgó el cartel de “Boluda salvavidas. Usar cuando todo lo demás falle. En caso de no abrirse fácilmente, mienta descaradamente en el oído, espere 24 horas y vuelva a intentar”.

Será que yo prefiero la verdad aunque sea cruel y dura, porque detesto gastar energías en donde no sirve. No digan que no les avisé.

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