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8 propósitos para el 2015 que te pasarás por el orto

Otra vez llegan las fiestas y estamos fumándonos desde principio de noviembre la invasión de campanas, borlas brillantes, pinos navideños y papás noeles que hace que todo el aire se impregne del espíritu festivo. Por más escéptico que seas, el comienzo de un nuevo año te lleva a replantearte distintas metas en esta nueva oportunidad de 365 días que la vida nos da.

1 – Recibirte y/o estudiar más: Hay alguna posibilidad de que esto ocurra, pero si has hecho un proceso de aceptación interno y ya sabés que sos un pajero, necesitarás de algún aliciente externo. Que tu vieja te raje de casa, o que te deje de pagar la facultad o que cumplas 35 años y estés en segundo de diseño gráfico y sin laburo.

2 – Adelgazar, ir al gimnasio o salir a correr: Ya estás grandecito como para saber que lo único que podés correr es al matambre navideño, pero es un noble propósito. Y si no, siempre podés clavarte alto cinturón gástrico que te de una mano para dejar de parecerte a la Tota Santillán. Esta encabeza mi lista de metas (desde 1999)

3 – Deseos de paz y amor: ¿Vieron que todas las tarjetas de salutación por las fiestas hacen referencia a la unión, la paz y todas esas boludeces?

Bueno, puede que tu alma se conmueva, pero ya vas terminando el año como el orto, porque si te ponés a analizar, andas tan irritable que puteás a medio Mendoza. Sin contar los que te putean a vos, como tu cuñada por no llevar morfi a la casa de tus suegros, o tus amigos que se calentaron porque pusiste Vittone y te tomaste el Branca o los siempre desahuciados empleados de comercio, con toda la entendible cara de ojete, cuando caés el 24 a las seis de la tarde a comprar un atún.

4 – Viajar: Si sos clase media y laburante normal y silvestre, y has postergado esto por años, lo más probable es que quede el deseo inconsciente en el fondo del corazón. Sabiendo que no te alcanza ni para pagar un viaje a Costa de Araujo. Pero como la esperanza es lo último que se pierde, comprás una Tómbola Combinada y te imaginás todo lo que vas a hacer cuando te la ganes.

5 – Tener tu casa, edificar y/o construir: El sueño del pibe. Muy loable. Lo bueno es que estás más activado mentalmente en tus propósitos que el IPV, que anda hibernando hace un par de años. Y eso que la querés pagar con el fangote que te gastás en alquiler. La concha de mi tía.

6 – Dejar de preocuparte por guita: Si te ponés a pensar, aún no sabés como llegar a fines de enero con una moneda en el bolsillo. ¿De verdad crees que va a ser distinto el resto del año? ¿En un sólo pago o en Nevaplan, señor?

7 – Casarte, formar pareja y/o misceláneos: En esta hay una buena parte librada al azar y tiene la particular característica de querer retrotraer, en el futuro, los efectos del deseo al estado anterior en el que se encontraban. El año que viene, al convivir con la histérica de tu señora, estarás deseando un divorcio, o un rifle en su defecto.

8 – No volverte tan loco con las fiestas de fin de año: Puede que te dure hasta principios de diciembre, para dos días antes de Navidad salir rajando a gastarte el aguinaldo en regalos, decoración para la casa, petardos y tu abuela en tanga.

¿Y vos? ¿Qué propósito te vas a pasar por la raja? ¡Felicidades para todos!

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