Hola qué tal, volvimos y esta vez no es en forma de bardo. Vinimos a hablarle del típico despechado que como no pudo tener nada con vos más allá de unos besos, se dedica a molestarte, a criticar todo lo que hacés, a cuestionar todo lo que decís.
Ese típico resentido que, como no te la pudo poner y se hartó de intentar, ahora te hace bullying porque necesita de tu atención como el que va en invierno con los cuatro vidrios bajos del 147 y cumbia al palo para que alguien lo mire. Te intenta levantar con algún manual berreta que seguro sacó de alguna revista poronga del kioskito, teniendo que poner los veinte pesos que se estaba guardando para los redpoint.
Algunas de sus tácticas básicas se podrían describir como:
Si te encontras en un lugar con mucha gente, alguna reunión de la facu o lo que sea y está él, se encarga de contestarte absolutamente todo lo decís y hasta cuestiona disimulando con chistes malos si tenés cerebro o no. Claramente no lo tenías en funcionamiento cuando decidiste darle bola pero por acción divina de la selección natural y un par menos de números en alcohol en sangre se te prendieron las luces y te diste cuenta de que es un imbécil a termofusión nuclear.
También otro posible escenario puede ser cuando te encontras entre su grupo de amigos, aunque te caigan mal. El sujeto jamás se encuentra solo ¡No! No le da la nafta, siempre lo acompañan dos o tres amigos pan tristes que juegan al cachipum a ver quién es más feo. Se sienten copados con cosas tan básicas como juntarse un domingo a la siesta en el parque a fumarse dos porros (pagados con la plata que les da la mamita por ordenar su habitación).
Tienen varios años encima y todavía cursan la licenciatura en años sabáticos o alguna carrera pajera, que les permite gastar su divino tiempo en cortejar minas a diestra y siniestra, siempre con paupérrimos resultados. Sus discípulos del levante son tan o más fracasados que él.
Siempre te va a contradecir en cada debate, sobre todo en política o fútbol. Pero date cuenta que sin dudas es mejor dedicarle tiempo a eso antes que darle bola al grupo de mandriles hormonales que tiene por amigos.
Odia verte diosa en el boliche porque sabe que no va a poder tocarte en toda la noche, todo por haberle enderezado el chasis.
Este sujeto además ignora que vos sabés que te critica cada vez que esbozas dos palabras o tenés alguna opinión respecto a un tema. Sueña que esa noche vos, nublada de alcohol, por fin cedas a su encanto masculino, a sus críticas varoniles y que lo desees como una perra sumisa en celos, pero no… se limita a intentar bailar como puede después de robarle los tragos a cualquier presa que se acerque a sus garras mientras vos le agradecés a todos los santos (en los que incluso no creés) por no haberle entregado el tesorito a alguien tan… exótico.
En cada momento que tiene la oportunidad, trata de explicarte “que él en realidad es todo lo que te merecés”, que un flaco como él te cambiaría la vida y te trataría como una reina pero como vos sos (según su criterio) una chica vulnerable no lo valorás. El pobre idiota jamás sabrá que no lo tocarías ni jugando a la mancha aunque de eso dependiera tu futuro. ¡MANCHA! a cierto que vos no jugas.
Si es tu compañero de laburo arma grupitos entre tus otros compañeros para decir que sos más fácil que decir “maní japonés” aunque en el fondo le duela saber que no pudo tocarte ni el pupo. Ni va a poder, seguramente la diferencia de edad también la use en tu contra porque generalmente busca minas más chicas, donde pueda dominar más fácil y sanear sus inseguridades.
En síntesis, el flaco que cree que pudo o básicamente que insistiendo va a poder, se convenció a sí mismo que tenía la situación totalmente controlada y le falta el joystick, ese salame se quedó con las ganas. Vos una vez más, priorizaste los intereses de la raza humana y no pensaste como él creía, como él quería, como él necesitaba. Se va a tener que rendir a la idea de transformarte en un trofeo para contarle tus proezas sexuales a los virgos de sus amigos un sábado a la noche mientras van por la segunda jarra de Vittone con Plus Cola.
Y por todo eso vos hoy podés mirarlo desde un escalón más alto, riéndote de cómo intenta encontrar su destino como el típico mal tipo que cree sabérselas todas y nunca va a a salir de la mediocridad que lo rodea. Porque la gente sin visión no progresa.
Lo mejor de todo es que él cree que te hizo el jueguito del amiguito que te iba a contener y dar el zarpazo, pero terminó siendo el trapo de piso de las miserias que lo persiguen por mal tipo e interesado. Todo por subestimar la inteligencia de una mujer y por aprovecharse de tu vulnerabilidad.
Y en la actualidad ahí lo tenés, dispuesto a poner veinte pesos para la birra del levante. Pero discúlpame hermano, no vas a poder. Seguí esperando tranquilo amiguito, le decís mientras le pasás tus apuntes de historia. Que será todo lo que va a obtener de vos, al menos en esta vida.