/Mendo Conchudéz: 10 cosas que odio (Parte I)

Mendo Conchudéz: 10 cosas que odio (Parte I)

En una charla con Betty sobre las cosas que nos secan la concha o nos molestan y que, por cortesía o urbanidad, generalmente, no las decimos. Pero, como somos conchudas y, por sobre todo, MENDOLOTUDAS, hicimos una lista de las 10 cosas que nos dejan la pochola igual de húmeda que un estropajo/virulana.

1-Que me digan “perrita”, “gatita”, “yegua”. ¡Pará, infradotado del culo! Si tenés problemas de zoofilia, hacete tratar en terapia y dejá de tratarme como animal.

2-Los pelotudos que te preguntan “¿acabaste?” O sea, Darling, si hubiera acabado, te das cuenta bombón. Me voy a retorcer, gritar, gemir, las patas me van a temblar y, probablemente, las paredes de mi linda vagina me tiemblen como Chile el 25/02/10. ¡No me apures, la re concha de tu abuela en tanga!

3-La picazón pos-depilación y las ganas de arrastrarte por un campo de cactus hasta quedarte sin concha. Hay que aprovechar las primeras dos semanas porque cuando te empiezan a crecer, la comadre parece Bosnia Herzegovina después de la guerra, con los cardos encarnados y colorados… Incogible te queda la hija de puta. Igualmente, seguro que mientras te arrancan el alma con la cera de mierda, vos pensás en la Señora Chupada que te van a dar ese mismo día a la noche y que te cancelen ese y los siguientes hasta que te vuelven a crecer y cagarte en el pijo de Satanás.

4-El papanicolau de mierda ese y la recalcada concha de Tita Merello. Te mandan el espéculo como  viene, te abren la zanja como si abrieran un matambre.  Está bien que tenés más batallas que Leonidas, pero para ingresar siempre hay otro entusiasmo y otra apertura cual flor de loto. Con vos no, miraconchas horrible. ¡Me estás metiendo un caño, chabán, o vaya a saber qué! Parece que me estás haciendo el cateo de la minera San Jorge. Te voy a presentar un proyecto de ley a la Legislatura, a ver si le aflojás con la excavación, la puta que lo parió.

5-Reventarte el marulo para lograr un movimiento groso en el Candy Crush que te de un súper poder para poder terminar el nivel y, quizás, alcanzar al forro sin vida que va primero en todos, cuando, de repente, cae una golosina del diablo y te caga a la mierda todo el laburo de obrera culo peludo y te revienta la bombita a la pija y se va el mundo entero a la recalcada concha peluda de mi tía que va a la pileta y le muestra el cavado a medio mundo.

6-El  fiambrero de mi barrio y de todos los barrios del mundo. O sea, chabón, te pedí cien gramos de paleta sandwichera… no le pongas 130 y me digas “¿ahí está bien? ¡No, no está bien, porque estoy a fin de mes y tengo todo calculado, para manso sanguche y los puchos y venís vos con tu codicia capitalista a mandarme dos fetas más de las que te pedí!  Ahora, si me faltan 25 centavos para los puchos me tengo que cagar en vos y en la cageta de tu abuela que no saben calcular cuántas putas fetas de salame hacen 100 gramos a pesar de que laburas hace 20 años cortando fiambre, viejo del orto.

7-El familiar y/o amigo que te pregunta cuándo te recibís. Papito, si me recibí te hubieras enterado porque agarraría el título y te lo refregaría en la jeta esa de nerd tragalibros que tenés. Que vos seas mamón no quiere decir que no existamos los de vida más relajada (por no decir pajera). Dejame fracasar en paz, conchudo, que encima me preguntás sabiendo que todavía no rindo una.

8-Los hijos de primos que les encanta hablar mal, y utilizar palabras como “haiga”, “suangüich”, “banyonesa”, “emprestame”, “al propósito”, “dentrar”, “mondiola”, “la calor” y la hemorroide infectada que te llegó hasta el cerebro, tapándote los oídos y los ojos, por eso escuchás  y escribís como el culo. Ojalá te dé artrosis.

9-El estornudo cuando estás menstruando y la posterior sensación de tener entre tus gambas las Cataratas del Iguazú, del Niágara y la zaina overa yegua madre puta que parió a mi ex. En ese momento te acordás lo ilusa que fuiste cuando creíste en esa nueva propaganda de toallitas super ultra recontra absorbentes para flujo super ultra re abundante y toda la guita que te perdiste entre los cantos del culo por comprar “publicidad”. Deberían existir toallitas marca “Rexona” que no te abandonan y no “Days” para recordarte los “days” que pasaste vergüenza con el manchón rojo el orto porque tu amiga forra te mintió en la preguntonta “¿me manché?”. ¡Todos putos!

10-Las parientas viejas chotas que te preguntan si te casaste o tenés novio en cada fucking juntada familiar y al ser obviamente negativa la respuesta, obtener una cara de compasión como si tuvieras cáncer.  No, señora, estoy soltera porque los que conozco son unos pelotudos, o la pelotuda histérica soy yo por no conformarme con cualquier cagada como su maridito que seguramente ni cogérsela bien sabe. Prefiero mil veces morirme haciéndome la paja a despertarme al lado del Frankenstein ese que se dignó a verla garchable a usted, vieja cara desproporcionada.