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Consumo gusto (del orto)

Comprar, cosas que no valen pa na

comprar, para olvidarlas en el desván

comprar, es un placer excepcional

comprar, como me gusta despilfarrar.

Linda canción de Ska-p para empezar este tema: El consumo. Y lo “del orto” es por la semana del CULO nomás, no porque me guste expresarme así.

Tuve dos detonantes para escribir este tema, que lo venía pensando hace tiempo, una nota de Bomur (click acá para verla) y un artíCULO que leí en una revista.

No podemos negar que vivimos en una sociedad consumista, donde gran parte de nuestros días están marcados por el consumo como fin, dándole una prioridad vital antes que otras cosas, convirtiéndose en un “consumo luego existo”.

No voy a negar que el consumo es tentador, nos bombardean todo el tiempo, nos meten ideas de una regla de dos simple, más consumo=más felicidad, menos consumo=menos felicidad, con todo lo que eso conlleva, nos miran mejor si mejores cosas tenemos, nos miran peor si menos cosas tenemos, siempre nos miran, eso sí.

Tampoco puedo negar que me haya sentido tentado en más de una vez. Un solo ejemplo que se puede extender a muchos otros casos: fui a la casa de un amigo y jugué a la Xbox, impresionante, alucinante, la definición, la calidad, la emoción de los juegos, ¡qué ganas de tener una para poder hacerlo cada vez que quiera en mi casa! Pero volviendo a mi casa, me puse a pensar en que tengo una Playstation 2 juntando polvo, que la uso como mucho una vez al mes, ya que además de casi no tener tiempo por mi trabajo y por otras actividades, cuando tengo tiempo priorizo la lectura y las relaciones sociales. Entonces si ni siquiera puedo hacer uso de mi play ¿por qué tendría tiempo de usar una Xbox si me la compro? Extiéndase como dije a cambiar un auto que sigue funcionando y me genera menos gastos que un auto nuevo, comprarme ropa nueva cuando me alcanza la que tengo, comprarme un nuevo celular cuando el que me compré hace dos años me basta y me sobra, etc. Y acá es cuando me lanzo flores y me felicito por tener hoy en día la capacidad de razonamiento y cuestionarme cada compra que haga, sin que eso signifique ser ratón, sino en no irme a lo superfluo.

Pero, como no puedo dejar de hacerlo, mi crítica va principalmente a la sociedad más que a los que alientan al consumo, no se le puede echar la culpa al publicista, ya que nosotros elegimos creerle sin que nadie nos obligara, en vez de cuestionarlo. La crítica va hacia vos lector, que prioriza las apariencias y las relaciones y círculos sociales, que se deja llevar por el falso concepto de mejores cosas=más exitoso soy.

El consumo genera actividad comercial, y de la actividad comercial vive la mayoría, el consumo es necesario, mueve el sistema en el que estamos y aceptamos estar, pero es necesario hasta cierto punto, el consumo no tiene que ser un fin como dije al principio, sino un medio para llegar al fin de cubrir lo que realmente necesitamos, y nos daremos cuenta de lo que realmente necesitamos ejerciendo siempre una evaluación constante de lo que son las necesidades reales y las necesidades ficticias. Siempre pongo ejemplos porque es la mejor forma de dar a entender un tema. Y se me viene a la cabeza uno excelente para explicar este párrafo. Cuando estudié diseño, nos inculcaron muy bien que para ser diseñadores serios y profesionales, teníamos que crear productos que satisficieran necesidades reales, ya que los que creaban productos ficticios eran los diseñadores de Sprayette. Y nos dieron un ejemplo un poco extremista, pero que se entiende muy bien, si tenemos sed, la necesidad de tomar agua es una necesidad real, pero si solo tenemos sed de coca cola, dicha necesidad es ficticia.

No puedo criticar mucho a la forma de consumir en la Argentina, he visto en otros países lo que es un verdadero consumo desbocado, que aun en épocas de crisis, la gente no podía dejar de consumir (hasta los mismos argentinos, que supuestamente tendrían que tener una conciencia más previsora). Eso mismo me demostró que la crisis que están viviendo los países del primer mundo es una crisis que no afecta las necesidades sociales, sino que afecta al consumo desmedido (no como nos quieren hacer creer acá), pero bueno, no es el tema de esta nota.

Así que a modo de conclusión, no lleguemos a eso, ya que vamos en camino, que después en épocas de vacas flacas ningún gobierno nos va a salvar, por mas nac&pop que sea. Y sí, palo para el gobierno, que alienta cada día más el consumo para seguir sosteniéndose. Pero como dije, la decisión es nuestra, por lo que si consumimos como locos y a más no poder, la culpa es nada más que nuestra.

Con esto he querido explicar una postura que no es extremista, sino que he buscado ofrecer una alternativa, ya que una postura extremista sería el irse al comunismo, y a mi entender es peor que el capitalismo, sino que busco cambiar algo (el consumo) en un sistema que no me parece malo, además de que no se puede cambiar en sí (el capitalismo).

Recomiendo mucho lecturas sobre el decrecimiento, la pueden encontrar tanto en internet como en libros. Es una teoría interesantísima de hacer varios años, que recién ahora está tomando fuerza, que abarca no solo lo económico, sino también su relación con lo social, lo cultural, y hasta lo ecológico y humano.

Como sé que es más fácil ir hasta cualquier lugar de electrodomésticos y endeudarse con cualquier cosa que ya tenemos antes que buscar algo sobre el mismo, les paso un par de enlaces:

La gloriosa Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Decrecimiento

Libro: En defensa del decrecimiento de Carlos Taibo (pueden leerse resúmenes y extractos por internet).

Para más cosas, no sean vagos y busquen ustedes.

Chau, me voy a Musimundo que hoy tengo descuento con mi banco, a ver qué me puedo comprar para aprovecharlo.

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