En las relaciones personales hay gente que te cae bien y quienes te caen mal, por lo general uno sabe si esto será así a medida que va charlando y conociendo a las personas, pero hay algo por lo menos para mi inexplicable: esa gente que te cae mal al primer contacto visual.
No necesariamente tiene que ser alguien que por lo general no te agrade en cuanto a su esencia como persona, capaz a medida que la vas conociendo y sabiendo quien es, incluso tienen gustos y aficiones parecidas, esto no quiere decir que te caiga mejor o en gracia porque evidentemente desde el primer momento había algo que no te cerraba a vos.
Es como ese momento inexplicable de la vida en que sos flechado por el amor, el amor a primera vista, te sentís mareado y obnubilado por esa persona, en este caso sería algo así como “odio al primer roce”, todo lo que diga, sugiera o haga te va a caer mal, incluso podrías dejar de hacer cosas que te gusten a vos por el simple hecho de que esa persona las haga.
Uno los puede conocer en cualquier lado, puede ser la novia de un amigo, un primo se alguien, la madre de otro y así podría nombrar mil personas identificables como posibles sujetos de odio y resentimiento.
¿Qué hacer en estos casos?
1- Como primera medida tratar de evitar el mayor tiempo posible el contacto con esta persona, seguramente vas a quedar como un ridículo tratándola mal sobre todo si recién la conocés.
2- Hablar poco y nada, emitir las mínimas opiniones en debates y discusiones en las que se encuentre, ya que por lo general intentará llevarse bien con todos, probablemente allí uno de los focos de odio, no podés estar bien con Dios y con el diablo, jugatela por un lado panqueque divino.
3- Si es posible evitar las reuniones en las que está persona participe, salga con otro grupo de amigos, intente relacionarse con el sexo atrayente o simplemente vuélvase un ermitaño con tal de no quedar mal enfrente de la sociedad.
4- Si su instinto de vida social le impide hacer todas estas cosas para llevar una vida armónica y pacífica, salga, enfréntelo, insúltelo, hágale la vida de cuadritos, que sienta su respiración hasta que el se aleje del grupo social al que usted frecuenta.
5- Si nada de todo esto resulta termínelo con un martillazo en la cabeza, repita esta operación hasta desintegrar el cráneo, sonría cínicamente, todo ensangrentado y espere a la gente del neuropsiquiátrico, levantando las manos hacia arriba todas ensangrentadas y riendo, mirando al cielo con la mirada perdida y un dejo de locura en sus iris, mientras su ojo izquierdo titila al igual que hace un movimiento de que me importa con su hombro derecho.
El Mendolotudo se convirtió en cosmopolitan tan gradualmente que no me di cuenta.
muy buena nota