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¿Hace falta un nuevo Banco Provincial?

Hace unos días trascendió en los medios la intención del Gobernador de la provincia de conformar un banco provincial de fondos estatales.

Eso me hizo recordar (les cuento a los más jóvenes) que hace muuuuchos muchos años, cuando no habían celulares ni internet; supimos tener dos bancos provinciales: el Banco de Mendoza y el Banco de Previsión Social, con sucursales en todos los pueblos, que recibían los depósitos de los mendocinos ahorrativos, manejaban la caja de jubilaciones y los pagos de los estatales, además de recibir y distribuir las ayudas financieras del Banco Nación.

Era lindo para los mendocinos tener bancos provinciales. Lo que no fue nada lindo fue el modo como los vaciaron, se fugaron toda la guita y los cerraron, en poco menos de tres años.

Los hechos, como toda obra maquiavélica y mafiosa, son intrincados y dan más para un libro que para una nota. Pero como un resumen nivel CENS diré que en épocas menemistas y durante la gobernación de Gabrielli, se comenzó a barajar la “necesidad” de privatizar ambos bancos y a instalar el tema en la sociedad; y durante la siguiente gestión de Lafalla se llevó a cabo la peor y más vergonzosa privatización posible: ambos bancos, con activos de más de 700 millones de pesos-dólares, pasaron a las manos de Moneta y asociados por el saldo de 30 millones. Una ganga se llevó el hijo de puta. La fusión se llamó Banco Mendoza, y por supuesto exigió previo a la venta, varios despidos y una ayuda del Banco Nación de 140 millones extra, al parecer porque los bancos eran una mierda y el generosísimo Moneta no tenía con qué llegar a fin de mes.

No voy a decir que entre los asociados estaba Vila, López (Metro), Pérez Cuesta (shopping) y Matas, ¿para qué?

La cuestión es que Moneta comenzó a derivar el dinero hacia el Citibank de Nueva York, y de ahí a paraísos fiscales, y en tres añitos (1996-1999) se las ingenió para llevar al Banco Mendoza a la quiebra y el cierre. Se comentaba entre los caretas “high society” de Mendoza, que fueran a sacar préstamos, que no iban a tener que pagarlos. Y muchos por supuesto lo hicieron.

No hay que tener más de 5 neuronas para darse cuenta que lo que se cometió fue un robo multimillonario y una estafa al pueblo mendocino, uno más de los que se cometieron durante esa década nefasta de peronismo neoliberal, genuflexo con los capitales y el FMI.

¿Y saben cuántas personas de las implicadas en semejante delito están en la cárcel? Cero. Ninguna. Todos andan libres, gozando del dinero obtenido después de 3 años de arduo trabajo, algunos por la mismísima provincia con la nariz parada, en barrios privados y tratando como escoria a los la laburamos. Ni privados ni funcionarios públicos fueron condenados por lo que hicieron, más bien se los reverencia, se los distingue por su trabajo, manga de hijos de puta sin escrúpulos.

Hasta los medios mendocinos son cómplices, primero, hablando de la conveniencia de privatizar los bancos y dándole una buena imagen a Moneta; después, informando sobre el cierre del Banco Mendoza como si fuera una eventualidad meteorológica, tapando información, lavando caripelas bien sucias.

Acá en Mendoza, hayan peronistas, radicales o demócratas, nada cambia, porque todos se conocen, todos se criaron en los mismos colegios de caretas, todos se ven en el club y en los eventos, se limpian el culo entre todos, se entregan negocitos jugosos con la guita nuestra, se nombran entre ellos en puestos políticos. Esa es la razón por la cual Vila, Manzano, Pescarmona y muchos más que se mantienen en las sombras hacen lo que quieren con los fondos mendocinos, los políticos que quieren ser gobernadores y los jueces que quieren llegar a la Suprema Corte lo saben y se aseguran de sobarles bien el miembro… porque si no, no llegan.

Y en estas condiciones me parece una tomada de pelo que se quiera abrir otro banco provincial. No señores; acá, primero que nada, hay que condenar a los hijos de puta que provocaron la quiebra de los anteriores. Porque de esta forma, ¿quién nos garantiza que no vayan a venir los mismos de siempre o sus herederos a robarnos descaradamente otra vez? Si están libres y gozan de fama y fortuna, hasta se los llama “personalidades”, mirá que hay que ser pelotudos.

Si a tu hijo de 10 años le prestás el Iphone y en la esquina se lo roban y no te sabe decir quién fue ni cómo… ¿le volverías a prestar el Iphone al día siguiente? Entonces sos un choto. No nos dejemos meter el dedo tan en el orto por Dios.

“Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro” dicen por ahí. Y acá va mi humilde aporte.

Escrito por “El Tuerto” Pereyra


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