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¡Lean, boludos!

El Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía de la ciudad de México terminó, el pasado febrero, un estudio que ha arrojado un resultado alarmante: en Latinoamérica, de cada 100 personas mayores de 18 años, sólo 45 aseguran haber leído un libro en el último año.

45 de 100.

A la hora de hacer el estudio no se tomó en cuenta las cualidades del libro.No preguntaron si era de muchas o de pocas hojas, si era para estudio o por entretenimiento, no preguntaron si era una novela gráfica, un comic… sólo preguntaron si habían leído un libro en el último año. El 55% no lo había hecho.

La gente lee cada vez menos. Y eso sí que es alarmante. Es alarmante que se procrastine tanto –y cada vez más- una actividad tan vital para el ser humano.

Leer es similar a estar vacunado. Vacunado contra una de las principales epidemias del siglo XXI: la ignorancia. La ignorancia te hace vulnerable a la idiotez, la idiotez te transforma en un blanco fácil para las aves rapaces: las instituciones. Instituciones como las religiones infundadas, la política nociva, el chimento barato. Todo está relacionado. Y todo se puede curar con lo mismo: leyendo.

Leer es volver a jugar con la imaginación. Es crear mundos imposibles, crear héroes imbatibles. Leer es erigir monstruos horripilantes, es enfrentarse a situaciones inverosímiles. Leer es algo que no te va a brindar ni la mejor película o serie del mundo. Leer supera absolutamente cualquier entretenimiento establecido.

Leer es informarse. Porque no necesariamente hay que leer un periódico para hacerlo (Todo lo contrario, son los medios los que deberían leerse con menos frecuencia.) La lectura, en cualquier ámbito, es buena para informarse. Así leas una novela del siglo XIX. No importa. Te puedo asegurar que si haces un habito de lectura, a la larga vas a empezar a informarte solo. Te vas a empezar a inmunizar.

¿Qué no tenes tiempo, me decís? Puede ser. Nadie tiene 24 horas para dedicarle a este hábito. Pero creeme que un libro te espera todo lo que quieras. Un libro no necesita que aprietes un botón para que se active, no necesita ser controlado por control remoto. No necesita que lo recargues cada 8 horas. Un libro podes empezarlo hoy, y terminarlo en un año, y no va a perder la magia. Un libro podes leerlo mientras vas en el colectivo, mientras estas en el baño, mientras tenes 15 minutos en la fila del banco.

Alejémonos un poco de la inmediatez de una imagen. De la voracidad de internet. Volvamos a cortarnos los dedos con las hojas de papel. Volvamos a teñirnos los dedos con tinta. No es dar un paso hacia el pasado, créanme. Es dar diez pasos hacia el adelante.

¡No seamos boludos! ¡Leamos! No por moda, no por obligación. Hagámoslo para enriquecer la mente y el alma. Hagámoslo para que en un futuro, haya futuro.

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