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Metete tu carrera facultativa en el orto

Primero que nada, quiero llamarlos a la reflexión acerca de porqué estudiamos. ¿Cuál es el motivo? ¿Superación personal? ¿Vocación? ¿Tener un futuro? ¿Y a qué se refiere “tener un futuro”?

Más allá de las causas filosóficas y altruistas, forjarse un futuro sería básicamente ser (o tratar de ser) independiente económicamente, pudiendo hacer lo que te gusta, en un laburo ideal y bien pago y con vacaciones al caribe todos los años, y si sos más hippie, la libertad de irte de mochilero al Macchu Picchu cuando se te cante. Y plata para la marimba, que lamentablemente, no crece en los árboles de tu cuadra.

Sin ir más lejos, lo que estoy hablando es inculcado desde pequeños por nuestras madres, con la eterna frase de “No vas a terminar trabajando de cajero en el supermercado” (como si tuviera algo de malo) o “Yo quiero lo mejor para vos”. Y lo mejor para vos es muy probable que llegue a través del paso por la institución universitaria, sobre todo si no tenés familia millonaria o te ganás el Quini que te permita vivir de mirar culos ajenos, como es el sueño de tu vida. La vieja sueña con verte con guita, contento y feliz. Y el que me diga que la guita no hace a la felicidad, probablemente tenga razón, pero yo no soy muy feliz rebuscándomela para llegar a fin de mes, por lo tanto cierran el orto. Reconózcanlo: Son fracasados igual que yo.

Vamos a lo que la mayoría aspiramos a la hora de clavarnos 5 años en la Facu: el confort, la seguridad económica tuya y la de tu familia, el reconocimiento, el altruismo (pero bien pago o que te permita tener un buen pasar). Habrá escasísimas excepciones, pero tenemos mente capitalista. Si escuchás a Calle 13, lo hacés con el último Ipod y si investigás más te enterás que el cantante vive en alta mansión en New York. Es más, es muy probable que me estés leyendo desde el Smartphone o la notebook que te compraste con gusto y placer, o que sacaste en 20 cuotas con la tarjeta que a duras penas pagas todos los meses como un esclavo. ¡Ni te cuento si sos mina! Zapatos, carteras y la mejor pilchita querés en tu placard, sumado a cuanto cosmético y perfume ose pasar delante de tus narices.

En fin, lo que quiero dejar en claro es que, a pesar del cuentito divino de la superación personal y la realización de brindarse a la sociedad, nos empernamos diez años estudiando porque queremos tener un buen pasar, y si es haciendo lo que nos gusta, mucho mejor. Pero para no perder la objetividad y que decidan el  criterio a adoptar les dejo algunas carreras para que consideren (abandonar), analizadas a través de un proceso de investigación exhaustivo:

Despachante de aduanas

Expectativa: Genial, me clavo esta carrera corta, y después me voy a laburar a la triple frontera o donde sea, total, son re bien pagos estos trabajos. Soy un maldito genio.

Realidad: El 101% de estos puestos son acomodados por política y otras yerbas. Ves a cada pelotudo laburando de eso, con sólo hacer un curso de dos semanas, mientras tanto vos te vas colando en el orto el certificadito que tanto te costó conseguir. Terminás despachando lácteos en el Oscar David.

Licenciado en Turismo

Expectativa: ¡Qué buena carrera! Más en una zona turística como Mendoza, siempre se necesita gente capacitada. ¡Y los turistas invierten millones de dólares! De paso meto el cursito de Inglés on line en el curriculum y seguro que cuando adquiera experiencia en el rubro, me ofrecen ir a Londres a hacer los recorridos del Palacio de Buckingham.

Realidad: Los turistas pagan en dólares pero vos terminás siendo un pobre esclavo, que cobra la mínima y está en negro. Tu jefe pone cara de orto cuando necesitás tomarte algún día para hacerte una limpieza de colon, porque es una actividad dinámica y hay que estar siempre disponible. De paso, si no es época de vendimia, es fin de semana largo o feriado puente. En consecuencia, te rompés el orto por el emprendimiento turístico para que el dueño progrese y vos no podés comerte ni un canelón de más, porque la buena presencia (como en todo) es requisito fundamental para la buena impresión. Sólo hay posibilidad de progresar mínimamente teniendo el capital necesario para poner tu propio emprendimiento. O siendo Enólogo o algo parecido. Cantidad de carreras perdidas en el upite: 1.

Comunicación Social

Expectativa: De chiquito siempre fui histriónico y con este título entro a cualquier canal de TV o radio famosa. ¡Ya me estoy viendo como el próximo Fer Hidalgo!

Realidad: Podés estudiar mil años, pero si sos un parco del orto y no tenes labia, ni ingenio ni nada que se le parezca, vas a terminar laburando en Musimundo o capaz que sos vivo y rendís para el Juzgado, cosa que podrías haber hecho a los 18, pero no, te empeñaste en estudiar esto pensando en la fama y la fortuna. Además, de los grandes de la comunicación, ¿Cuántos serán profesionales? Tal vez los del diario. En una de esas entrás y te dedicas a la comunicación social efectivamente. Pero es más probable que agarres unas horitas con carpeta de antecedentes en los Altos Limpios de Lavalle.

El tema es que en la primera juventud universitaria, uno cae en la falsa ilusión de la carrera y el desarrollo de la profesión ideal. Y eso mismo te lleva a, entre otras cosas, estudiar Ceremonial y Protocolo.

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