/Radiografía de un “rocho anti-cana” Menduco

Radiografía de un “rocho anti-cana” Menduco

Hace más o menos unos cuatro o tres días atrás vi una persecución policial muy de cerca. Yo iba caminando con un ritmo tranquilo para ir a comprar… no les voy a decir que, pero fue tan loco todo, que hasta a mí me dieron ganas de corretear al “rata paloma”. Participaron 6 móviles policiales, 1 chorro, 4 viejas chusmas, 7 wachitos que bardeaban, y yo.

El delincuente, Eel Rodriguiitoh Carp, (nombre ficticio), corrió tanto como pudo tratando de alejarse de la policía, hasta se metió al domicilio de una familia para esconderse. No pensó que así era más fácil encontrarlo, cagarlo a patadas y humillarlo. Pero bien merecido lo tenía, ya que en los días siguientes se supo que había robado a una pareja de jubilados, de esos que ya no se pueden su arrugado traste para caminar.

Con este pantallazo que se dio, ahora les pregunto ¿Quien alguna vez no quiso, literalmente, matar a uno de esos “ratas” que se ven todos los días en la calle? Yo sí.

Pero… ¿Qué es un “rata” en este caso?

Definición: adj. Descalificativo: Negro, Cabeza, Tumbero, Villero. Persona (bueno casi) que vive -no siempre- en barrios carenciados, mal llamados “Villas de Emergencia” o en barrios humildes. Suelen utilizar apodos como Navaja, Turbina, Cachi, Negro (seguido de otro apodo o simplemente el apellido, ej. Negro Cicatriz, Negro Ferreiro, Negro Culiao). Escuchan la denominada música (bue’…) Cumbia Villera, en la cual las letras relatan historias de amor, como por ej. «…me robo a tu novia, y la lleno de lechita por que la ano» (muy tierno por cierto), de robos (a lo que sea, bancos, casas, personas, animales indefensos, jubilados, a sus madres, blindados, etc.), de palmas arriba (repetidamente la canción dice siempre eso, alternando a veces con un «moviendo el culito») y rimas tan delicadas y elaboradas que conjugan la palabra rocha, bombacha, muchacha y agacha en todas o casi todas sus estrofas. Utilizan indumentarias particulares, como serian pantalones jogging de marcas como Adibas, Mike o Kappa utilizando las botamangas de los mismos solo hasta los tobillos, remeras varias, por lo general camisetas truchas de equipos de fútbol (las utilizan todo el año ya que son térmicos estos muñecos); calzan mejores zapatillas que cualquier jugador de básquet (y son de ese estilo) y tan caras que solo los reyes de Europa podrían comprarlas, obviamente estas si son de marcas originales, como Adidas, Nike, Reebok, etc. -nunca entenderé como las consiguen-; y por último la infaltable Gorra, la misma es utilizada cuidadosamente ubicada a 45° apuntando (la visera) hacia la Osa Mayor en el cielo nocturno.

Esta especie de seres personajes, utilizan un dialecto propio con palabras como Guachin (chico), rescatate (calmate, ubicate), bigote (policía), llantas (zapatillas), bigote de foca, entre otras. Consumen todo tipos de drogas (o no) que puedan ser fumadas y/o absorbidas y/o aspiradas y/o inyectadas como, marihuana, cocaína, pasta base, crack, heroína, cal, aspirinas, ositos de peluche, pasto, mandarinas, celulares, microprocesadores (aunque no saben que son), mascotas, bueno en resumen, TODO. Sus ingresos proceden de dudosa fuente legal, por lo general consta de “changas” para el público en general, pero “choreo” para el particular.

Y así son estos hijos de puta, lástima que cada vez son más y uno tiene que lidiar con el miedo de saber de que algún día podemos ser víctimas de su pelotudez por robar al laburante, a los niños, a las madres o a quien puta sea.

Lo peor de todo es que el gobierno genera planes para mantener y cubrir las necesidades de los hijos de estas personas, que tuvieron la mala leche de nacer en esas condiciones, y los mismos son mal gastados, mal controlados y jamás llegan a satisfacer las necesidades básicas del niñito. Ves a los pibes mal vestidos, mal alimentados, mal cuidados y mal amados. ¿Y que hacen los hijos de puta con esa guita? Se gastan esa plata en pelotudeces como, equipos de música (utilizados en cualquier evento que dé pie a sacarlos a la vereda), celulares de alta gama (comprados en algún persa o en la misma Galería Tonsa), o en drogas. Y no me vengan con la cantaleta de que esto no es así porque en el 99% de los casos se da tal cual lo describo.

Para ellos no existe la propiedad privada, porque dicen ser “pobres”, y se entiende, o sea, vos podes usar el pantalón de tu hermano y vos le prestas tu corpiño, o cosas así, pero lo de ellos ya va a otro extremo: no roban para comer, es más tolerante hoy en día saber que el tipo robó pan o alguna fruta para llevarle a sus hijos, que enterarte que le robo el celular a tu hijo, o las “llantas” solo para poder conseguir el “ladrillo” para la semana.

Ya cuando caen en cana siguen siendo unos parásitos del sistema, ya que tienen mejores comodidades de las que ellos mismos esperaban. Disponen de teléfonos celulares, televisores, radios, facones, fasos, muñecas inflables y mucho más. Durante su placentera estadía el rata intercambia métodos de robo y cuando obtiene su “pronta libertad”, reincide. La cárcel viene a ser un posgrado en delito.

Y bue’… así son. El remate se los dejo a ustedes. Hasta la próxima.

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