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Razones para no militar en un partido político

En respuesta a la nota propuesta por Richard Bomur titulada “La importancia de militar en un partido político” (clic acá para leerla) he decidido armar esta contranota de un tema que hace tiempo no toco, el tema político, ya que es el único lugar que he encontrado en donde me puedo expresar libremente del tema sin recibir advertencias.

Al contrario que mi colega, hace años que milito y lucho para que la gente de una vez por todas abra los ojos respecto a la política, no estoy para nada de acuerdo con la forma de democracia Argentina y Latinoamericana en su gran parte, que muchos como para justificarla dicen que es “el menos peor de los sistemas”, cosa que me parece lamentable, porque es como estar con alguien que bueno, me trata mal, se aprovecha de mí, es un vago, pero como hay otras personas peores, entonces lo acepto.

Primero definamos el concepto. ¿Qué es la política? No en la teoría, porque siempre son palabras bonitas las teorías, sino lo que realmente es la política, lo que el diccionario no puede decir porque es un libro formal. La política es un sistema en el cual unos pocos pueden acceder para obtener grandes beneficios a costa de los contribuyentes, que son la mayoría, teniendo pantallas para no hacer esto tan obvio como acciones gubernamentales varias, que son un muy pequeño porcentaje de lo que realmente se podría hacer. Me explayo: con grandes beneficios me refiero a poder acceder a posiciones de poder que por ejemplo nos permiten aprovecharnos del manejo de recursos para así poder quedarnos con dinero que no es nuestro, y destinar lo que queda de ese dinero de vuelta al pueblo, que esto último es lo que me refiero con pantalla.

Bien, definido esto, se entiende mi postura de participar en un sistema así. Si empezara a formar parte en este momento (porque es mi pensamiento de hace años, hasta la actualidad, el cual puedo llegar a cambiar o no, pero nunca por razones deshonestas, sino por empezar a confiar) sería lo mismo que esos zurdos que dicen “estoy en contra del capitalismo” pero se compran un tele grande para ver el mundial, cambian el auto cada cierto tiempo, no les basta con un celular básico, sino que les gusta los colorcitos y la conexión de datos, etc. poniendo la excusa de que “usan las armas del sistema para combatir al sistema”. O sea, traduciendo, es lo mismo que decir “me meto en la política para cambiar la política, pero mientras tanto participo de acciones un tanto corruptas, deshonestas y fuera de la ley”. Todo esto bajo el concepto personal de lo que es la política que detalle más arriba.

Muchos creen en el cambio, yo en cambio me guío por los hechos cronológicos. Para mí África siempre va a ser pobre, pocas naciones van a tener el dominio mundial, Latinoamérica siempre será un conjunto de países corruptos. Cientos de años ha sido así, nunca cambió ni un poco, por lo que no creo que cambie en ese sentido. Si nos referimos al caso específico de la Argentina, desde su creación se caracterizó por su gran corrupción y por su tolerancia a la misma. Esto se hizo más explícito y evidente a partir de la creación del peronismo, tanto el tema de actitudes bastante criticables como así también por la gran aceptación y festejo de la gente en que esto fuera así. De acá podemos dilucidar varios puntos, uno es que para qué cambiar si la gente no tiene problemas con las cosas que la minoría quiere cambiar. Otra de ellas, y volviendo un poco más a la actualidad, meterse a un partido que no sea peronista es tiempo perdido para los que piensan distinto que yo y crean que se pueden cambiar las cosas. El peronismo impregna cada esfera política, y siempre estaremos gobernados por ellos, siempre estarán en el poder, por más que otro partido gane las elecciones (más las del poder legislativo que las del ejecutivo, pero ese es otro tema, solo sepan que son más importantes los diputados y senadores a la hora de votar que el presidente), ya que los que mueven los engranajes de todo son ellos, y no hay forma de que sea diferente, sino se viene el país abajo en serio.

No niego que los que empiezan a militar tengan ilusiones y proyectos y ganas de participar, pero para poder crecer, para ir ingresando en posiciones que realmente valgan la pena para actuar y llevar a cabo cosas, hay que negociar, hay que empezar a aceptar la transa, la negociación basura, la falsedad y otras cosas, y acá es cuando se dicen cosas como las que dijo Bomur, aunque sé que no lo dijo en el sentido que le voy a dar, pero que se usa en ese sentido “porque para sacar caballo del barro, hay que enterrarse, embarrarse (…)”. Este tipo de frases se ha usado muchísimas veces para justificar actos de mierda por parte de quienes manejan el país, como diciendo “sí, hago cosas de mierda, pero porque no nos queda otra para poder hacer cosas buenas.”

Vuelvo al tema de la militancia política. He ido un par de veces a reuniones de diversos partidos, porque no me gusta discutir en base de supuestos, y sinceramente, al contrario de las ideas expresadas por Bomur en su nota, son reuniones en las que se expresan ideas, se pasan horas hablando y debatiendo cómo cambiar el mundo, pero con la diferencia de que en vez de ser en un café es en una sede o cualquier otro sitio de reunión. Sí, después salen de vez en cuando todos juntos agarraditos de las manos saltando felices y cantando cánticos de unión entre los miembros de la hermandad tratando de llevar a cabo proyectos (algunos de los cuales se llevan a cabo finalmente), hasta que entramos en las ligas mayores y ahí sí, a empezar a tener dos caras y en nombre del cambio te la pongo de lo lindo porque “hay que meterse en la mierda para cambiar la mierda”.

Resumamos mis ideas y mi postura:
*La política es un sistema en el cual unos pocos son favorecidos de maneras totalmente deshonestas aprovechándose de la mayoría y de los ilusos.
*Los países no cambian, si un país es corrupto, lo seguirá siendo porque está en el ADN del país. Si queremos otra cosa, es irnos a un país de nuestra preferencia que se ajuste más a nuestras ideas.
*Como ciudadanos tenemos el total derecho a reclamar a nuestros representantes a que hagan las cosas bien, porque para eso pagamos todo lo que pagamos y por eso tenemos la obligación de voto. Basta de eso “si quieren cambiar las cosas, formen su propio partido y ganen las elecciones” o “hay que militar o meterse en la política”. O sea, si no puedo exigir que se hagan las cosas bien, que no me cobren más impuestos y todas esas huevadas y yo, al desligarme de mis obligaciones, ahí acepto que no pueda tener derechos.
*No pierdan el tiempo en la militancia política, algo totalmente estéril, si quieren hacer algo, preocúpense por su mundo y cuando tengan ganas de una buena acción, vayan y háganla, pero recuerden que el solo hecho de aportar mediante impuestos al sistema, ya están aportando a esas cosas que el país necesita, ya si con eso no se hacen las cosas bien o nuestros líderes engrosan su patrimonio, ya no es culpa suya, al menos que sigan apoyando a esas personas.

Para lo único que veo que puede servir la militancia política es para conocer minas que están buenas, a saber:
Los partidos zurdos y comunistas tienen como militantes minas riquísimas con cara de enojadas, como las ecologistas, cosa que las hace más dables.
Los partidos de derecha como el PRO tienen minas re producidas y bastante perras para quienes gusten de ellas.
El kirchnerismo tiene un poco de todo, te encontrás con las que son un poco malolientes y con las pseudozurditas con guita, que esas sí están buenas.
Los radicales tienen minas que están buenas más naturalmente, sin tanta producción e interesantes, que estas son las que más me gustan.

Algunas lecturas:
La civilización del espectáculo – Mario Vargas Llosa

El atroz encanto de ser argentinos 1 y 2 – Marcos Aguinis
El flaco – José Pablo Feinman
Propaganda gubernamental – Beaudoux, Adamo, Slavinsky
La comunicación política – Arnau Mercier
El Príncipe – Nicolás Maquiavelo
Mi lucha – Adolf Hitler
El arte de tener siempre razón – Arthur Schopenhauer
Ranking Corruption All Stars de 100reportes (Información en inglés)
Índice de corrupción mundial por Transparency Internacional (Información en inglés) 

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