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¡Spoileame ésta!

-“Al final, a Rocky le da cáncer”-

-“¡Noooo, maldito idiota! ¿Alguien te preguntó? ¡Me cagaste todo!”

Todos nos hemos encontrado con este individuo, aparentemente normal y en pleno uso de sus facultades psíquicas, comentando en tu muro titulado “Qué ganas de ver Creed que tengo”; sin que le pregunten nada y adelantando situaciones; ganándose odio y escarnio inmediato de su entorno.

Pues bien: lamento informarles que este tipo de sujeto, no es más que un símbolo cabal de nuestros tiempos modernos. Investigando sin ganas, como es mi estilo, su antecedente más remoto fueron los juglares, que cantaban trovas pueblo por pueblo, de las andanzas de los héroes. Simplemente por pasión netamente periodística. Y porque no existía el cine ni nada de eso. El spoileador es un tipo o tipa que sufre de “incontinencia de divulgación”, adornado con unas gotas de malicia y un concepto de subversión inocente y mal entendida. Como cualquier otro medio de comunicación, ¿o no? No por eso deja de ser un adelantado.

Vivimos en una época donde la información fluye a velocidades que apenas podemos comprender: el personaje en cuestión te la está actualizando al minuto y gratis. Hoy en día, no querer saber nada de algo, cualquier cosa, cualquier libro o estreno, es ir a contramano: te obliga a encerrarte en tu casa sin internet ni TV. Hay que vivir en la época, porque la información te lleva puesta de todos modos. ¿No te gusta lo que se te informa? Problema tuyo, no del emisor. Pero la tenés. Todo es público, todo es de interés general y opinable. La era del ocultismo se acabó, atrasa 50 años.

El spoileador es un ser detestable, coincido. No adelanta nada por sumar algo, lo hace porque no puede dejar de hacerlo, compartir, sentirse importante (y blanco de odios inmediatos por un ratito). Pero hay personas que se fabrican un personaje hostil, sarcástico e infumable, por los mismos motivos, ¡y hay gente que hasta los aplaude! Y si es por sumar algo, poner una foto del plato de lentejas que te vas a morfar en el FB, tampoco suma un carajo al progreso humano. Sólo que no te dicen nada por educación, nomás. (Y para que no te caiga mal).

Pero peor, mucho peor, es el que spoilea mentiras; ése sí, merece la horca. ¿Por qué? Porque lo hace por pura maldad de amargar la expectativa ajena, juega con las emociones de los demás. Y miente, que no es poco. Este tipo de personas sabotea y traiciona la buena fe que emana de toda credibilidad en la información que nos llega; un verdadero terrorista moderno.

A fin de cuentas, el spoileador no es peor que el bullyinero, el hacker, el groominero, el stalker; todos subproductos de la psiquis social actual. Hasta podría decirse que es el menos nocivo de todos ellos.

Así que, si te gusta el durazno, aguantate la pelusa.

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