/¿Te hicieron una lobotomía? ¡No, me puse de novia!

¿Te hicieron una lobotomía? ¡No, me puse de novia!

Hay algunas mujeres (y hombres me imagino que también, pero yo no me los tengo que fumar) que cuando se ponen de novias se ponen tan boludas que uno las mira y las mira y no sabe si la abdujeron los alienígenas y le extrajeron una parte del lóbulo frontal o si la tienen encerrada en una jaula y lo que estás viendo es un clon, o si el novio la droga con tranquinal para elefantes o simplemente se estrelló contra una puerta de vidrio y no se hizo ver a tiempo…

Tenemos el vivo caso de la militante de izquierda, que quemaba corpiños y escribía manifiestos feministas, juntaba comida para un comedor y no perdía ocasión de culpar a la Iglesia de todos los males del mundo. De repente, no la vimos más en las juntadas ni los cumpleaños… y cuando la recuperamos vía Facebook, parecía otra, bah, ERA otra: una damisela enamorada de un muchacho con apellido bodeguero, que asistía puntualmente a misa todos los domingos, y ya sólo publicaba estados como “el amor es maravilloso sólo si es contigo”, “cine y cena con mi bebuchuni”, “mi amor perdón por llamarte durante el partido”.

Otro caso: una amiga muy amiga, que la remó muchísimo para poder atravesar una muy difícil situación económica familiar siendo una adolescente. Trabajaba y estudiaba, y para poder pagar la luz y el gas se iba caminando hasta la UNC. Siempre caminó mucho a cualquier hora, volvía a su casa a las doce de la noche después de tomarse dos micros cuando salía de trabajar, nunca con miedo. Tuvo vecinos y amigos de todas las clases económicas y sociales y con todos se llevaba bien. Luego de 6 meses de novia (tiempo que yo consideraba apto para que se le pase el camote y que tuviera ganas de visitarme sin estar mensajeando permanentemente con el novio cosa de poder mantener una conversación más o menos fluida), me sorprendió lo temerosa que se había vuelto. Ya no salía casi a ningún lado si el novio no la llevaba y la iba a buscar. Todos le parecían unos “negros”. Su conversación viró hacia la ropa y los accesorios de moda. Obviamente al rato la pasó a buscar el novio y me dejó con el culo lleno de preguntas.

Generalizando un poco más, encontramos a la hippie que se vuelve cheta, la ñoña estudiosa que se vuelve un ama de casa, la ex-grupo-juvenil que nunca más pisa una iglesia o templo y no bautiza a los hijos, la mujer decidida y autosuficiente que de repente no sale ni al kiosco sin avisarle al novio, la que se aprende los nombres y habilidades de todo el equipo de fútbol de su amor y aturde a las amigas con datos que a ninguna le importan… y mil ejemplos más. La pregunta es: ¿realmente amaban lo que hacían antes?, ¿o era un pasatiempo? ¿Sólo son mujeres apasionadas y  lo que cambia es el objeto de su pasión?

En fin, que como una las quiere y las ve felices, aunque extrañe a su amiga como era originalmente, le hace el aguante y un lugarcito en el corazón a esta nueva mujercita cuyo mayor interés en la vida es compartir todo con su pareja, hasta sus ideas religiosas, políticas y sociales. La duda que me asalta es: ¿yo me pondré igual de boluda cuando estoy enamorada? Si es así, pido delante de todos los Mendolotudos que me vuelen la cabeza de un tiro sin mediar palabra. Gracias.

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