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Test psicológico para saber si sos un “princeso”

Últimamente he tenido la desagradable mala leche de cruzarme con uno que otro “princeso”, cuyo significado para mí no es el original (princeso surgió como burla hacia las mujeres que se creen princesas y son atorrantas, palabras texuales); sino que describe al hombre, digamos, que se cree un príncipe encantador que vale oro, y en definitiva es un boludo o histérico, que cree que todas las mujeres lo quieren enganchar en una maliciosa red de amor para casarlos, darles hijos y hacerles Dios sabe qué otras maldades más. Las muy perras… En los de mi edad, claro está. De más chicos están más relajados pero igual muestran todos los síntomas.

JOVEN ARGENTINO: si tienes entre 20 y 1000 años y últimamente alguna mujer te ha dicho “Andáaaaa histérico” o variantes, dejándote estupefacto; este test es para vos, ¡querido! SOS TODO UN PRINCESO: Si te sentís identificado de alguna manera con más de 5 situaciones como ésta: no te aflijas, no agachés la cabeza…que se te cae la coronita.

1) Lindo tipo… para mí: Soy un tipo fachero, si me pongo una pilchita de marca y con un poco de gel, más de una se da vuelta cuando le paso por al lado. Lo malo es que ninguna de ellas es la que me gusta.

2) Igualdad de género… hasta ahí nomás: “Me enferman las minas que quieren igualdad de género pero no se pagan ni un chicle”. Al día siguiente: “¡uhhh la mina más rara! Apenas llegó el mozo con la cuenta le afanó el ticket, le pagó y me dijo: ¿vamos a otro lado? ¡Más bruta! Te juro que pensé que en cualquier momento pelaba un sorcho de treinta cm y me ponía contra la pared… Le dije que la dejaba en su casa porque trabajaba temprano”

3) Anti cariño: Al día siguiente de la primera cita, me mandó 3 whatsapp seguidos: “Hola”, “cómo estás”, “qué lindo la pasamos anoche”. ¡Ésta a la tercera salida me va a invitar a cenar con los viejos! ¿No sabe que hay que esperar por lo menos dos días para volver a comunicarse? Yo le clavé el visto y la dejé esperando hasta el martes… no me contestó, la muy histérica.

4) Reaccionario a la “ordinariez verbal” femenina: Me molestan las mujeres que dicen las palabras “coger”, “pete”, “orto”, “pija”. Ya no hay minas como la gente, o son frígidas o son unas atorrantas.

5) Piropero amilanado: La otra vez con los vagos en la esquina, le chiflo a una que iba pasando y le dije “vos con esa zanja y yo sin botas”. La muy urgente se da vuelta y me dice “vení que tengo unas en casa”, yo haciéndome el canchero me le acerqué pero al verla de cerca ya no era tan linda, tenía rollos y seguro que celulitis; así que le dije “cuidado como contestás, que viene uno más maleducado que yo y te hace pasar un mal momento”. Cuando volví, le dije a los chicos que la mina me había re-puteado…  para qué dejarla mal…

6) Asexuado: A mi novia la dejé porque quería todo el día meteyponga… pará, nena, que no soy una máquina.

7) El pasado las condena: Yo busco el amor de mi vida… pero la última chica que me gustó en serio, tenía un repertorio sexual que obvio había estado con 500 tipos por lo menos. Es lo que más extraño… era una experta, la hija de puta.

8) Manicure: En una mujer, lo primero que me fijo son las manos. Si tienen las uñas pintadas pero muuuy largas, son gatos. Si las tienen cortas y sin pintar, son unas descuidadas. Si las tienen un poquito largas (unos 3 a 5 mm afuera del dedo) y pintadas pero de colores lindos, nada de metalizado o dibujitos, esas sí valen la pena.

9) Consolador consolado: Con una chica nos chateamos de todo durante 2 meses… cuando por fin le digo de juntarnos, me dice ok, nos vemos en la Arístides, charla va, charla viene, me cuenta que rompió con el novio y está mal. Obvio me le hago el romántico, la consuelo, le digo que el tipo no la merece, que quién sabe haya otro amor alrededor y ella no lo haya visto (guiño, guiño) y bueno, me la llevé a un telo. En plena previa le digo “nadie más te va a lastimar” y se empieza a reír a carcajadas. Después de diez minutos logra explicarme, en bolas y con la mano en mi… bueno; que ese era un chamuyo que ella tenía para escaparle a la tensión de las primeras salidas. Imaginate qué culiada, ¡mentirme así! Se me bajó en el acto.

10) Tarde piáste: Al principio pensaba que mi mujer me odiaba porque trabajaba mucho, porque nunca la invitaba a salir, porque todos mis planes eran con mis amigos. En una discusión me dijo que yo no le daba suficiente sexo, que a ella le gustaba más de un polvo por vez, que estaba cansada de esperar que me durmiera para darse placer sola. Me dejó duro. Pero fue peor cuando dejó de estar enojada, y la oí cantar y bailar como una loca por la casa. Aunque la empecé a llevar a cenar, aunque intenté hacer poses locas como la del perrito, todo le daba igual, todo estaba perfecto. ¿Por qué a mí? ¡Nunca le hice mal a nadie!

11) Me la baja cualquier cosa: Estoy a full poniéndola, cuando ocurre algo, cualquier cosa (pero cualquier cosa EN SERIO) que me distrae o no me gusta tanto, quizá frío en las bolas, quizá la chica hace un ruido o una cara que no me pinta, quizá me acordé de que mi ex también me decía “bebé” o “papu”; en fin, ante el menor contratiempo no me dan ganas de  acabar durante la relación. Se me baja la inspiración. Y no me da vergüenza ni pena (aunque si me vieran Cacho Castaña o Acero Cali se morirían del asco), es más, le aviso a mi partenaire que no acabé, hasta con cierto orgullo de macho insatisfecho. (Este solo vale 2 puntos)

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