Habiendo escrito una nota hablando de los 7 tipos de novias que, a mi criterio, existen (leer nota) me decidí por demostrarles a ustedes “ídolos de la soberbia” que no sólo somos nosotras las histéricas e incomprensibles sino que tienen mucho de “minita insufrible” en su interior.

Vale destacar que no son iguales, cada uno se maneja diferente dependiendo su tipo de relación:

Los histéricos-liberales

¡Básicamente no quieren compromisos! Por eso te piden diariamente que no te enganches, siempre saben hasta dónde llegar y evitan salidas con vos y su grupo de amigos para no formalizar. Ellos fingen estar en otra recurriendo a la malgastada y trillada frase “mereces algo mejor”. Sabés que es así y por increíble que suene optas por no darle bola. Pero basta con clavarles esa (ahora bendita) tilde azul en wasap para que te atormenten con mensajes llenos de dudas, reclamando un olvido de una relación que (a causa de su histeria) no sucedió. En fin, le dan a la histeria como turro al “alto guiso”.

Los infieles

Podría dividirlos en dos clases:

1- Los “Culposos”: Saben que te están forreando y aunque parezca alocado los invade la “culpa” que aparentan tener. Al menos nos hacen pensar que sienten algo por nosotras, lo que los lleva a gastar parte de su preciado sueldo en regalos que puedan tapar los cuernos que te está metiendo con “Jenny”, la verdulera que pela mejor la banana.

2- Los “todo me chupa un huevo, ¡ay qué capo que soy!”: Ellos son lo peor de su especie, no les basta con volverte más cornuda que Wanda Nara (sin la guita y sin Icardi), sino que se atreven a maltratarte. Pero vos seguís ahí, pendiente de ese boludo al cual llamás desesperada cuando los sábados te deja colgada y te negás a ver la realidad: “está con otra, muñeca”. Pero no te importa, seguís esperando esa llamada que, creeme, no va a llegar, al menos hasta que termine de sacudirse a la flaquita que posiblemente haya conocido a través de esos amigos gateros que tanto odias. Carecen de conciencia, si pudieran te propondrían un trío, pero son forros y no pelotudos. Vos seguís llamando.

Los que le escriben a la ex

Hombres patéticos si los hay y ¡justo te lo tenías que cruzar vos! Lo peor de todo es que intentan justificar tal vergonzoso acto recurriendo a frases carentes de sentido tipo: “pero gorda, vos sos más linda”, “pará de celarme”, “ella me escribe”, “agendé su número por las dudas”, “ahora somos amigos”, entre otras. Y vos intentás como siempre dirimir qué concha estás haciendo mal (porque como buena mina te culpás por todo) para que el tipo siga enganchado con esa mujer que le hizo más daño que su viejo el día que le contó de dónde salen los bebés y lo que le hace a la mamá por las noches.

Los “amigolotudos”

¡No importa lo diosa y partible que seas! Nunca les hagas elegir entre sus amigos o vos porque nos vemos en Marzo mi pichona. Lo tienen incorporado a su genética. Hacen de todo con ellos: asado, fútbol, play y truco con los pibes. Menos para el sexo… ahí por fin te suena el celular y vos caés a sus pies cual princesa que acaban de desvirgar. Así que si te interesa una relación con él, resignate a la idea de estar en segundo plano. Sus amigos son como una secta, por eso evitá tenerlos en contra o podrías ser sacrificada y ofrecida como tributo. ¡Posta están re locos! No olvides que estás compitiendo con ellos por su amigo.

Los que te prohíben arreglarte

(Obviando que es un tipo de violencia) Típico machista que quiere conservar tú belleza sólo para él. Te pide que uses ropa suelta que esconda la magia de tus curvas y que no uses maquillaje, con un corrector de ojeras vas a estar bien. Se cansan de mirar culos por la calle, saben que los hombres en general lo hacen, por eso intentan evitar que vos te veas como las mujeres que él mira. Si tenés la desdicha de cruzarte con alguno de ellos, ¡corre como el viento tiro al blanco!

Los psicópatas

No te dejan salir con tus amigas porque “son piratas y se visten como gatos”. Pero cuando vos le planteás eso sobre sus amigos que son más gateros que Nicolás Cabré (sin la facha) ¡se indignan! Te leen los mensajes, te reciban el facebook y hasta te mandan mensajes tipo: “hola linda, te acordás de mi” con un número desconocido para ponerte a prueba y vos, como mucho le respondés “salí de acá preso del orto”.

Los alzados

Los hombres dan amor para obtener sexo y las mujeres dan sexo para obtener amor. ¿Se dan cuenta de la diferencia? Pero hay algunos que se saltean la parte romántica y quieren ir a los bifes e intentan que le entregues el coliflor por haberte comprado un vino en el boliche. Olvidate de las salidas románticas a la luz de las velas, los pétalos de rosa y la música lenta, y preparate para terminar la noche en el telo “la luna” en la habitación de “osado masoquismo”, comiendo un pancho al costo y fumándote un pucho que te haga olvidar que te enganchaste con un pelotudo que parece un conejo.

Los empalagosos

Estos “me dan cosa”. No conocen el punto intermedio. Te ven, te abrazan y besan. Te abrazan y siguen besando delante de tus viejos, de tus suegros que te miran con cara de orto porque volviste al “nene” todo un pelotudo, del perro que los ve y se excita, del gato que está planeando algo y de sus amigos que te odian por haberles robado al mejor delantero de su equipo “los metegoles”. Y mientras, vos deseás que te suelte un rato para poder respirar ya que te pusiste una faja para esconder la zapán.

En resumen mi querida, nunca vas a encontrar al novio perfecto que no use tacos ni le gusten los hombres. Así como ellos jamás van a conocer a una mujer que no esté loca. La diferencia está en que nosotras aceptamos lo que nos toca, nos resignamos a la idea de pasar el resto de nuestras vidas con ese tipo que, podría ser mejor, ¡pero no! A vos te gusta así, por eso existe la ley del embudo. “La más bonita con el más boludo”