/Una década de terror y sangre II: Tercer Perónismo

Una década de terror y sangre II: Tercer Perónismo

Leer capítulo 1

Las elecciones sin Perón

Lanusse empieza a planificar las elecciones ni bien asume, baraja varias posibilidades hasta que decide levantar la proscripción del Perónismo, pero impidiéndole al mismo Perón presentarse en ellas.

Perón decide designar como “presidente transicional” a Héctor J. Cámpora, un odontólogo que había sido amigo personal de Evita, pero sin ningún peso político, aunque contaba con el apoyo de todo el arco sindical y la izquierda Perónista.

Cámpora gano las elecciones con casi el 50% de los votos, superando a Balbín (UCR) por amplio margen.

Si en los últimos años se quiso identificar a Cámpora con la lealtad, es importante recordar como recompenso el peronismo la misma: asume el día 25 de mayo de 1973, con un supuesto apoyo de la cúpula montonera, pero a las 20:00 una multitud de 30 mil manifestantes rodea la cárcel de Devoto (donde se alojaban los Montoneros detenidos), exigiendo la liberación de los supuestos presos políticos.

Si bien Cámpora había prometido una amnistía a los presos, la manifestación exigía lisa y llanamente la liberación de todos, cualquiera fuera el crimen que se le imputara. Tenía dos opciones: reprimir la manifestación y echarse en contra la poderosa organización; o ceder ante sus exigencias. Termino cediendo, craso error que marco el quiebre definitivo entre la derecha peronista (sindicalistas en su mayoría) y la izquierda.

No llevaba ni 6 horas en el sillón de Rivadavia y Cámpora ya había mostrado debilidad en un momento en el que a los débiles se los comían los buitres. Se dice que Perón, con 76 años, no planeaba presentarse como presidente, puesto que sabía que no le quedaban más que unos meses de vida, pero la debilidad de Cámpora lo decidió, aunque quieran vender otra cosa, el viejo no se lo tragaba, lo desairó y desprecio cuando fue a España a planificar su regreso; y eligió manejarlo con la dirigencia sindical.

Masacre de Ezeiza

El triunfal regreso de Perón a la Argentina se planifico para el día 20 de Junio de 1973, en un predio a 3 km del aeropuerto de Ezeiza. Los organizadores, encabezados por José Ignacio Rucci, prescindieron totalmente de la participación de Montoneros. En las horas previas a la llegada del caudillo comenzó a aglutinarse una inmensa cantidad de personas en el enorme predio, cada sindicato tenia un lugar asignado, en el frente, bien a la vista de Perón. Montoneros convoco una inmensa marea humana, que significo la mitad de la concurrencia ( ¡estimada en 2 millones!) y, como era de imaginar, busco llegar hasta el frente, donde los esperaban comandos armados compuestos por sindicalistas. A partir de ese momento reino el caos, la concentración se disperso totalmente, y nadie entendía muy bien lo que pasaba. Leonardo Fabio que era uno de los presentadores, intentaba calmar a la multitud sin saber que mierda estaba pasando, hablaba de paz mientras en el suelo yacían al menos 13 muertos. Perón fue informado de la caótica situación y el avión que lo transportaba ni siquiera aterrizó en Ezeiza.

Al día de hoy se desconoce con certeza el número de muertos, las fuentes oficiales afirman que fueron 13, aunque algunos las elevan hasta el centenar. Una de las hipótesis es que fue un movimiento premeditado por la derecha sindical para desplazar del poder a Cámpora que renuncio junto con su vicepresidente a favor de Raul Lastriri.

a1

El viejo juega otra vez: El vice

Podemos hacer mil interpretaciones históricas de Perón, puede gustarnos o no, podemos amarlo u odiarlo, pero dos hechos no se pueden cuestionar: es la figura política mas importante de nuestra historia; y era un tipo sumamente inteligente, un orador descomunal y un líder de masas como nunca antes se ha visto en nuestro país.

Como tipo inteligente que era, sabia que no le quedaban mas que unos meses de vida cuando volvió a la Argentina, por eso había planeado dar su bendición a un dirigente para que fuera su representante, pero viendo la incapacidad de Cámpora y la guerra que se avecinaba, decidió presentarse a las elecciones.

Lo que quedaba por decidir era quien lo acompañaría en la vicepresidencia, que en nuestra patria es un cargo decorativo, pero que sabiendo que debería sucederlo cuando muriera, cobraba relevancia.

El primer candidato fue un viejo enemigo, Ricardo Balbín, un importantísimo dirigente radical que militaba desde la última presidencia de Irigoyen. Durante la presidencia de Perón fue un acérrimo opositor, presidio el bloque opositor, e incluso paso varios meses encarcelado por esta razón. Sin embargo Perón vio en él una garantía de gobernabilidad, puesto que se trataba de un político fuerte, con muchísima experiencia, nacionalista y con capacidad de movilización. Se reunieron en reiteradas ocasiones desde el año 1972, Balbín lo visito en Madrid, parecía que el acuerdo llegaría a buen puerto. Ezeiza cambio todo, ninguna de las facciones iba a permitir que entrara un tercero en disputa, ya tenían suficiente con el conflicto interno.

a2
Perón y Balbín

Perón recurrió a la nostalgia, a la fibra sentimental del movimiento peronista. Recurrió a la única figura que generaba adoración tanto en la izquierda como la derecha, tomo a su esposa, la peino con ruleros, le puso tacos y le enseño modales, la disfrazo de Evita, y lanzo la Formula Perón- Perón.

Las elecciones

Las elecciones se realizaron el día 23 de setiembre de 1974, la formula Perón – Perón arrasó con mas del 60% de los votos.

Pero nada era lo mismo, el mundo, Perón no era el mismo. A diferencia de la bonanza económica con la que se encontró en el 46, en el año 1973 el mundo entero atravesaba una de las crisis mas importantes de todos los tiempos, la “Crisis del Petróleo”, que encareció el transporte, la energía, las materias primas, etc, truncando desde el inicio cualquier plan de industrialización.

Perón tampoco era el mismo, mucho de los avances que se lograron en las primeras dos presidencias se debieron a un grupo de asesores de excepcional capacidad, gente que pocas veces se habían congojado en un mismo lugar, Savio que planificó y puso en funcionamiento la primera acería de la nación, Carrillo que recorrió todo el país como ministro de salud y erradicó enfermedades que mataban a miles de personas todos los años. Pero no estaba la mas importante, no estaba Evita, a la que podremos criticar, pero nunca despreciar, no podemos negar su papel en el ámbito social, el lado humano de un gobierno de militares.

A cambio de estos próceres, Perón eligió como mano derecha a José López Rega, un policía retirado, una especie de tarotista, enfermo por el poder, lamebotas e incompetente; en vez de Evita eligió a Isabelita, una prostituta argentina que conoció en Panamá (no es en modo despectivo, realmente trabajaba en un burdel), sin ningún tipo de formación, débil, viciosa, decadente. Este dúo de hijos de putas son de la peor basura que hemos tenido que sufrir.

Operación Traviata

José Ignacio Rucci era desde el año 1972 el sindicalista mimado por Perón, tenia amplio consenso en los diferentes ámbitos. En un acto de campaña, mientras desfilaba frente a la Juventud Perónista, le corearon:

«Que lindos que son tus dientes

le dijo Rucci a Perón.

Perón contestó sonriente:

¡Ja, ja!, morirás como Vandor.»

Vandor era un sindicalista que había sido asesinado de 5 tiros en su oficina.

El día 25 de setiembre, dos días después de que Perón ganara las elecciones, Rucci fue asesinado junto a sus custodios a la salida de su casa. El cuerpo del dirigente presentaba 23 heridas de bala, por lo que el hecho paso a conocerse como “Operación traviata”, por que la publicad de la galleta decía “la de los 23 agujeritos”

Al día de hoy se desconoce la autoría del crimen, nadie se lo adjudico (como solían hacerlo los grupos terroristas), algunos se lo adjudican a Montoneros como venganza por Ezeiza, otros dicen que fue la derecha sindical, puesto que sabían que Perón desataría la persecución hacia la izquierda.

a3

a4

La Triple A

Aunque ambas tendencias habían entrado en conflicto desde hacia por lo menos un año, es cuando Rucci muere que Perón le declara la guerra a la que hasta hacia unos meses había sido la “juventud maravillosa”. El Perónismo suele desligar al propio Perón de la organización de la Triple A; lo pintan como un viejo decrepito, e incapaz, pero a mi entender les es mas fácil tildarlo de viejo gaga que admitir su tendencia filofascista. Lo cierto es que la Triple A fue organizada con fondos del Estado, canalizados a través del Ministerio de Bienestar social que dirigía Lopez Rega. La mano de obra la aportaban los sindicatos (Moyano formo parte de ella, así como muchos otros dirigentes), la experiencia y las armas la Policía Federal. Fue a partir de su creación que se pierde toda oportunidad de detener la escalada de violencia, puesto que siendo un gobierno con inmenso apoyo popular, y con los medios para reprimir a las guerrillas en el marco de la ley, se eligió la ilegalidad. Que quede claro que a esta altura de las circunstancias era inevitable el derramamiento de sangre, pero se pudo evitar un mal mayor.

La triple A asesino, desapareció y torturo a intelectuales, guerrilleros, gremialistas, dirigentes políticos de izquierda e incluso radicales, por igual, la cifra de muertos que se le adjudica oscila entre los 700 y 1500.

Los meses siguientes a su asunción, Perón se aboco de lleno a llevar a cabo el llamado PACTO SOCIAL, en el que convoco a gremios, empresarios y oposición, en un intento de frenar la crisis que se cernía sobre la Argentina. Al principio el acuerdo logro resultados muy positivos, creció el consumo y bajo la inflación, pero cuando se hizo evidente que Perón moriría pronto, comenzó la desbandada.

La agrupación Montoneros se tomo con calma los primeros meses de gobierno, y aprovecho para robustecer su estructura incorporando a sus filas a las FAR, para ese momento se decía que Montoneros era la guerrilla mejor equipada y financiada de Latinoamerica, puesto que tenia muchos contactos con el exterior, y aparte en los 43 días que gobernó el inútil de Cámpora, logro hacerse de un arsenal gigantesco.

Los imberbes

El veranito no había alcanzado para apaciguar del todo las aguas; y fue durante el discurso de Perón del 1º de mayo de 1974 que Montoneros fue definitivamente expulsado.

Perón comenzó su discurso en el balcón de la casa Rosada diciendo:

“Compañeros: hace hoy 19 años que en este mismo balcón y con un día luminoso como éste, hablé por última vez a los trabajadores argentinos”

La numerosa columna de Montoneros ( mas grande que todas las demás agrupaciones juntas), comenzó con sus cánticos, apagando la voz del viejo:

“¡Qué pasa,

qué pasa,

qué pasa, General,

que está lleno de gorilas

el gobierno popular!”

“No me equivoqué ni en la apreciación de los días que venían ni en la calidad de la organización sindical, que se mantuvo a través de veinte años, pese a estos estúpidos que gritan”, fue la réplica de Perón.

A partir de ese momento, centró su discurso en el elogio a las organizaciones sindicales, a las que atribuyó el mayor protagonismo en la resistencia a las dictaduras y gobierno ilegítimos que se sucedieron en el país luego de su derrocamiento en 1955: “A través de estos veinte años, las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más méritos que los que lucharon durante veinte años. Por eso, compañeros, quiero que esta primera reunión del Día del Trabajador sea para rendir homenaje a esas organizaciones y a esos dirigentes sabios y prudentes que han mantenido su fuerza orgánica y han visto caer a sus dirigentes asesinados, sin que todavía haya tronado el escarmiento”. (Ténganlo muy en cuenta cuando algún ignorante use esta frasecita, Perón la dijo como declaración de guerra).

“Perón, Evita

La patria peronista”

Perón siguió retando: “Ahora resulta que, después de veinte años, hay algunos que todavía no están conformes de todo lo que hemos hecho…”

Esta vez la respuesta de Montoneros fue: “¡Conformes, conformes, conformes, General, conformes los gorilas, el pueblo va a luchar!”. Y en ese momento, inició el repliegue de sus columnas para abandonar la Plaza. En un marco de caos generalizado, con muchos que no entendían qué pasaba y una gran mayoría de gente no encuadrada que sólo había ido a escuchar a Perón, el servicio de orden de Montoneros, sirviéndose de palos a modo de “corralito”, intentó, con un movimiento envolvente, asegurar que se retirara el mayor número de personas posible.

Perón siguió: “La clase trabajadora argentina, como columna vertebral de nuestro movimiento, es la que ha de llevar adelante los estandartes de nuestra lucha. Por eso compañeros, esta reunión, en esta plaza, como en los buenos tiempos debe afirmar decisión absoluta para que en el futuro cada uno ocupe el lugar que corresponde en la lucha…”

“¡Aserrín, aserrán, es el pueblo el que se va!”, fue el cántico de respuesta.

Mientras, Perón decía que los días por venir serían de reconstrucción nacional y de liberación “no solamente del colonialismo” sino “también de estos infiltrados que trabajan adentro, y que traidoramente son más peligrosos que los que trabajan desde afuera, sin contar con que la mayoría de ellos son mercenarios al servicio del dinero extranjero”.

Y a modo de conclusión, decía querer “un pueblo sano, satisfecho, alegre, sin odios, sin divisiones inútiles, inoperantes e intrascendentes”, agradeciendo a continuación”la cooperación que le llega al gobierno de parte de todos los partidos políticos argentinos”.

También expresaría su deseo de “verlos de nuevo en esta plaza el 17 de octubre”.

Perón moriría dos meses después, iniciando la época mas oscura de nuestra historia moderna.

Continúa mañana…

ETIQUETAS: