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Vendimio lotudos

Como todos los años, empieza la época donde se festeja el esfuerzo de todo el año celebrando a la cosecha por excelencia mendocina, la época de vendimia. La ciudad se viste de globos morados, hojas de parra y la marcha gracias a la cual podemos nombrar todos los departamentos de la provincia sin quedarnos pensando cual nos falta en la lista.

Orgullosamente me considero mendocina de pura cepa, pero con la fiesta anual, tengo un par de cosas para cuestionar, las cuales serían estas:

Como primer punto a criticar voy a tomar un evento de dos días que nos lleva a pensar que realmente, vivimos en una sociedad que se conforma con poco, y es la Vía Blanca y Carrusel. Acoplados de camiones decorados con más colores que salita de 4, donde desfilan todas las candidatas, que no les queda otra más que saludar hasta que pierden la circulación de las manos, y en todo caso mejor ya que si se ponen a saludar a la chusma enardecida que las rodea corren el riesgo de caerse del carro o revivir una escena de «The Walking Dead». No sólo me molesta el hecho de que un viernes a la noche el centro se encuentra totalmente colapsado, sino que cada vez desfiguramos más una tradición que nace 1913, mostrando carros que muchas veces no tienen NADA que ver con la vendimia (Pescarmona, todo bien, pero no sé qué tiene que ver una de las aspas usadas en el dique Potrerillos con la cosecha), sino que no hay nada más ilógico que verlas a las reinas bailando reggeaton o alguna brasilera de moda. Taladra mentes la canción de los departamentos, pero si festejamos que sea como se debe. Ni quiero hablar de la parte donde la gente se saca los ojos por agarrar algo de lo que tiran en los carros, es como tirarle migas a las palomas de la plaza Independencia.

Como segundo punto, ataco directamente a la famosa elección de la Reina. La fiesta en sí nació con las «Chinas». Pero seamos honestos, las chinas eran las verdaderas cosechadoras, minas de pura cepa que se laburaban el día al sol, conociendo todo sobre el fruto en cuestión. ¿Qué tenemos ahora? Minas que de pedo deben saber que el vino se hace de la uva y que juran que lo más importante que les pasó es ser reinas y tener dos momentos de fama durante eso. Ah, sin contar, el hecho de mostrar que vivimos en una sociedad por demás superficial y terminar en una revista con nombre más careta que boliche de Chacras con un enano que tiene una relación cerebro-operaciones proporcionalmente inversa.

Por eso, en mi humilde opinión, la mejor manera de festejar la fiesta máxima de los mendolotudos, es destapando un buen vino, brindando por el esfuerzo de quienes lo trabajan, disfrutando una fiesta donde nos traten como racimos de uva por sector donde la tradición sea el evento principal, no la huequedad del concurso de belleza que nos empuja cada vez más a parecernos a yanquilandia.

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