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Vete Dimia

Ante todo, buenos días, yo soy el infeliz de la nota de acá al lado (Ven Dimia), que probablemente hayan leído previo a ésta, si no lo hicieron se los recomiendo. Como les decía, en la nota anterior debo confesarles que les he mentido descaradamente! Esa nota fue redactada en un momento de extrañitis por mi provincia, mientras me encontraba en el exterior, recordando amigos, familia, fiestas y otras yerbas. Por lo cual es una nota optimista y llena de mentiras y exageraciones banales. Luego de haber pasado más de dos días seguidos con clima vendimial, estas son mis verdaderas impresiones.

La Vendimia realmente es una cagada, creo que no me gusta nada de ella. Es una fiesta antigua, pedorra que festejan no sé qué. Nadie entiende bien a que carajo viene el tema de la Vendimia si al fin y al cabo es lo que pasa más desapercibido. ¡Es una calamidad!

Primero y principal, la Ciudad se convierte en un caos, tanto vehicular, como peatonal. No se puede circular tranquilo por ningún lado. Está todo cortado, porque obviamente, como vamos a ser el centro de atención del país por un par de días, todos se quieren hacer los laburantes y revientan todas las calles para hacerlas de nuevo. Las calles que no están refaccionando, están cortadas para poner alguna carpa infame para publicitar algún aspecto vendimial. La idea básicamente, es que uno no pueda circular tranquilo ni en pedo.

En segundo lugar tenemos la provincia copada por extranjeros. No es que me caigan mal los gringos,  pero realmente pienso que más pelotudos no podrían ser. No entienden nada, les roban todo el día, no se esfuerzan ni un poco para ser un ápice menos ahuevonados. Gracias a esta invasión de bárbaros cada vez que quiero salir a tomar una cerveza con amigos, tengo que dar 20 vueltas por todos los bares de Mendoza para encontrar un puñetero lugar. Otra cosa bastante curiosa es la posibilidad de salir a comer algo a la noche. Es completamente imposible ¿Por qué? Porque estos mismos gringos antes de salir a chupar a MIS bares, salen antes a morfar a MIS restaurants, donde sorpresivamente ahora sale todo un 30 por ciento más oneroso. Básicamente, estos tipos me arruinan la existencia durante su incómoda estadía.

En tercer lugar, no sé si afortunadamente o lamentablemente no tengo una actividad laboral-comercial vinculada al sector vitivinícola ni turístico, por lo que todo este boom, lo único que hace es hincharme las pelotas gratuitamente sin ganar un sope de mas. Lo que se dice un perno!

Siguiendo con las maravillas que nos deja la bendita Fiesta Grande, tenemos los actos preparatorios a la fiesta, o sea la Vía Blanca y el Carrousel, diseñados especialmente para romperle a uno las bolas, cortando las arterias principales de la Ciudad, incomodando a todo aquel que no le interesa el deplorable show, que repiten año a año sin cambiarle absolutamente nada.  No entiendo como estos gringos se dejan chorear así…

La Vía Blanca y el Carrousel, en esencia son exactamente lo mismo. Un desfile de pueblito chico donde se muestran un montón de cosas que poco tienen que ver con la cosecha de la vid. Se pasean gauchos hablando por celular, algunas comunidades como la boliviana y la peruana, unos hippies tratando de imitar una murga y tractores sponsoreados paseando a las Sheinas! Todo esto obviamente condimentado por el elemento difícil que rodea la escena en cuestión desesperados por caranchar un racimo de uva medio podrido y picoteado por las aves, que revolean las chichis de los carros armados con cartulina! Gran choreo de los municipios.

Por otra parte la gente de los distintos departamentos pareciera que año a año se hacen más ignorantes. Defienden el cetro y la corona vendimial, como si los hubiera ganado su hija. Se fanatizan más que con el fútbol y se encarnizan vociferando que “Todo está arreglado” cuando no gana la soberana de su elección. Igual que en la política. Qué espanto!

Una vez que llegamos al acto Central, vemos a donde van a parar nuestros preciados impuestos… Se utilizan para pagar una horda de salvajes simulando ser artistas con ínfulas de Joaquín Cortés y con pretensiones salariales similares a las de Julio Bocca. Para después hacerse los exquisitos y bailar y hacer piruetas, sólo si lo creen conveniente. Maldito país de gremialistas!

Ahhh y por favor no nos olvidemos de los dos eventos cúlmines que tiene esta época. Por un lado el almuerzo de las Fuerzas Vivas (que últimamente está cada vez mas muerto) donde se congregan los ladrones a los que el pueblo votó, para seguir con sus negociados, relaciones públicas y para seguir viendo básicamente como seguir choreando.

Por otro lado se encuentra el almuerzo en San Isidro, casa del novio de Pamela, donde se van a lavar los pecados de nuestros empresarios mas encumbrados mediante la práctica de la caridad en su más puro sentido… cuak.

Mientras todo esto sucede, tras bambalinas se cuecen las verdaderas habas, y nuestros politicuchos y empresarietes de turno se van pasando facturas, cobrando favores y arreglando escaramuzas por detrás de este circo romano armado para la gilada y para los turistas que vienen a romperle las pelotas al pobre boludo que labura normalmente.

A mi no me deja nada positivo la Vendimia, me parece de mal gusto, me parece una estafa para el turista, un gastadero de guita sin sentido, enquilomba enormemente la Ciudad y por sobre todas las cosas decimos que es la fiesta de todos ¡como si nos regalaran botellas de vino a todos! ¡Es la fiesta de unos pocos, que la pagamos entre todos!

Por eso y como antes le di la bienvenida diciéndole Ven Dimia, ahora sin duda ni hesitación le digo por favor ¡Vete Dimia!

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