/Porque el trabajo dignifica

Porque el trabajo dignifica

El dicho de que “el trabajo dignifica” me parece de lo más repugnante que puede existir. No por lo que expresamente dice este dicho, sino por lo que la gente es su gran mayoría interpreta.

Que “el trabajo dignifique” para un gran porcentaje del mundo capitalista pseudo socialista en el que estamos inmersos significa que uno tiene que romperse el lomo todo el día, unas doce o catorce horas por día para tener un sueldo digno que permita darnos los lujos que esta sociedad exija. Porque convengamos que si no tenes un auto último modelo, buena pilcha y plata para salir te quedas más solo que Horacio Guaraní en una Creamfield.

Hoy si alguien se entera de que tu trabajo no es serio, formal, respetable o de que te embola levantarte temprano para ir a laburar, te tildan de vago, de atorrante, de vividor e indigno y sentencian tu futuro al de un mediocre chupasangre de la familia o del Estado.

A nadie le calienta la pasión, es mucho mejor visto un ingeniero que está metido en una obra en el culo del mundo, lejos de sus amigos, de su familia, lejos de la sociedad, trabajando para una multinacional que lo tiene como un número, pero que gana 10 lucas por mes y que no va a hacer más que gastársela en él que un tipo que tenga un trabajo común pero se desviva por ayudar a los demás o simplemente tenga una vida socialmente plena, sea querido por sus allegados y viva feliz en su casa.

El trabajo no dignifica queridos míos no nos hace mejores personas. Voy a pasar a explicarles a que se refiere esta frase que suena tan material pero en el fondo le he descubierto una capa extremadamente espiritual.

No dignifica trabajar, dignifica ser buen tipo, ser querido por los demás, tener amigos que se puedan contar con los dedos de una mano, tener un amor al lado, ser buen padre y buen hijo, dormir en paz, ser libre de poder hacer y decir lo que queramos y por sobre todas las cosas AYUDAR. Porque es la única manera de dejar algo, de dejar una huella, de ser recordados. Nadie se va a acordar de aquel tipo de la casa bonita, del auto groso o del laburo millonario, sino que se van a acordar de aquel que hizo algo por y para los demás, que aportó, que sumo, que miró más allá de sus narices. Ayudar dignifica, no trabajar.

Pero, lamentablemente hay que poner los pies en la tierra. Es por eso que pretendo acercar mis teorías a la realidad y de esa manera tratar de encontrar un equilibrio entre lo que pienso y lo que es. Creo que el motivo de la vida es tratar de vivirla feliz ajustándonos a lo que el entorno nos brinda. Y creo que una manera de vivirla feliz es ayudando, aportando algo a la sociedad, al prójimo (palabra que no me gusta usar por sus tintes religiosos pero que viene al pelo).

Lamentablemente para ayudar necesitamos TIEMPO. Se pueden golpear muchas puertas que nos van a ser abiertas si contamos con el tiempo suficiente para caminar. Pueden salir muchos proyectos lindos si uno invierte tiempo y palabras, si uno busca gente que piense igual. Necesitamos tiempo para armar un proyecto, conseguir auspiciantes, inversores, gente que aporte tierra, trabajo y capital.

¿Y como disponer de tiempo si no estamos tranquilos? Yo me podría tomar todo el tiempo del mundo, por mí lo vale, pero… ¿y mis hijos? ¿y mi familia? ¿y mis responsabilidades? De nada sirve dar la vida por los demás si tenemos a nuestros seres más queridos necesitados de algo. Esta filosofía es mía, personal, no por esto el día de mañana mis hijos o mi mujer van a tener que pensar igual que yo. ¿De que me sirve hacer un comedor comunitario en un barrio carenciado si no tengo plata para darle de comer a mi familia? De que me sirve estar todo el día ayudando a los demás sino puedo ayudar a los míos. Para tener tiempo necesito que mis familia este en paz, este segura. Necesito TRANQUILIDAD. Todo parte de la base, si mi familia esta tranquila, esta bien, yo estoy tranquilo, estoy bien y puedo darme el tiempo necesario para ayudar a los demás. Caso contrario, somos una figurita linda de la puerta de casa para afuera y una bosta egoísta hacia adentro.

¿Y que genera tranquilidad? Principalmente el amor, la unidad, la alegría. Pero, lamentablemente, el DINERO genera también tranquilidad. Culpo en un 100% a la sociedad en la que estamos inmersos, consumista, frívola, banal, absurda. Un jipi bohemio puede ser muy feliz, pero es un tipo egoísta, porque no tiene ningún futuro que asegurarle a los suyos. Y no me vengan a decir que un nene con un trompo la pasa mejor que uno con una playstation cuando todos sus compañeritos la tienen. O uno que le niegan ir a Mc Donalds por falta de guita cuando todos los amiguitos se juntan en el shoping a comer. Los niños no piensan en lo material, simplemente lo disfrutan. Necesitamos guita para estar en paz.

¿Y como se genera la guita de una manera digna? Mediante el TRABAJO. Por eso el trabajo dignifica, no porque nos hace más importantes, sino porque nos brinda el dinero para asegurarle la tranquilidad a nuestra familia y así tener tiempo para poder hacer algo por los demás. Por eso dignifica, por eso nos hace dignos, por eso nos hace honrosos.

Y concluyo mi filosofada asegurando que para mi es mucho más digno y respetable aquel que se rasca las bolas pero hace del mundo algo más agradable para todos los que lo rodean a aquel que labura como un esclavo y anda en un auto último modelo y no tiene vida por trabajar.

ETIQUETAS: