Cada vez que escuchamos a alguien usar la frase “estas entre la espada y la pared” entendemos que la persona esta forzada a elegir entre dos cosas, independientemente de cuales sean las opciones, una de las dos será o debería ser descartada y eliminada.
Como muchos de los aficionados a la escritura, tengo una obsesión con las letras, su significado y como son reflejadas en la vida cotidiana. En este caso son las letras O e Y, se preguntarán ¿por qué la letra O? es una letra que genera conflicto, que es contradictoria, que nos hace decidir entre una u otra opción y descarta uno de los dos lados de la situación. En cambio, la Y es inclusiva, unifica personas, cosas, definiciones y de todo.
Más de una vez nos ha tocado elegir entre una cosa u otra, y hay veces que uno no quiere o no puede elegir. Uno puede serle infiel a su pareja y a la vez querer estar con ella toda la vida, puede estar cansado de pasar mucho tiempo en el mismo trabajo y a la vez no querer irse de ese lugar, también puede querer cambiar el auto pero no dejar el más viejo por el cariño que le tomamos a las cosas, puede querer irse de viaje, vacaciones y a la vez no querer hacerlo por el cansancio que produce tantas horas volando o manejando, puede tener ganas de armar una pareja y querer seguir con el modo de vida del soltero y una infinidad de ejemplos que podría nombrar.
No solo se da en las cosas materiales, uno para describir a una persona dice, es buenísimo, es simpático, no lo quiere ni la madre, es insoportable, es más bueno que el pan y muchas formas más que no son determinantes de cómo es la persona, nadie es bueno o malo del todo, todos somos buenos y malos al mismo tiempo independientemente de quien lo mire y como se den los hechos en ese momento, todos somos locos y sanos, simpáticos e idiotas, simples y complicados, podemos ser egoístas negándole jugar con algo a un niño y a la vez ser generosos enseñándole que por algo no se lo deja hacer lo que quiere o a la inversa, siendo buenos con el niño dándole todo lo que el quiere y formando una persona totalmente caprichosa.
Pensando en niños se me presenta un caso muy común visto a diario, veo una pelota olvidada en un costado del jardín que hace tiempo no es usada para más que ocupar un lugar sin nada de importancia, si viene un chico que no es el dueño y se pone a jugar con ella, es pero totalmente seguro que el niño dueño la quiera y haga un escándalo hasta que vuelva a su poder, tal vez este con ella diez o quince minutos y la deje tirada de nuevo. Es ahí donde se presenta de nuevo el caso de la “Y”, él no quiere jugar con la pelota Y no quiere perderla.
“Sos patito feo pero el espejo siempre te devuelve un cisne”, decía el fallecido actor uruguayo Fernando Peña en uno de sus libros, explicaba que cuando estaba en televisión, para las cámaras el veía que era un cisne, bien arreglado, maquillado, que tenía las excentricidades comunes de la gente famosa y demás, pero cuando eso se acababa volvía a ser una persona normal, que andaba de diario por la calle, que comía comida recalentada, que andaba en taxis como todo el mundo, un patito feo. También se refería al tema porque decía que disfrutaba de las dos cosas, de ser el cisne que deslumbraba a su público y seguidores, y de ser el patito feo que era una persona normal como todo el mundo.
En las relaciones entre personas, muchas veces se da la situación de amor-amistad, miles de veces escuche de gente que por no perder, dañar o que la amistad se viera afectada, no incursionaba en ellos, no daba el primer paso para formar una relación o al menos para ver qué pasaba le pasaba a la otra persona. Se puede querer como amistad y amar a la vez.
En síntesis, cuando estemos “entre la espada y la pared”, muchas veces nos va a pasar que no va a estar la opción de quedarnos con ambas partes, y eso nos va a poner en una situación incómoda, sepan no está mal querer las dos cosas, a veces uno lo quiere así.