/El frío no sirve

El frío no sirve

Esta es una carta abierta y por demás sentida, para todos aquellos caras de nalga que les gusta el invierno.

Primero y antes que nada, váyanse a cagar. Ese amor por tiritar y vivir con el traste pegado en la estufa es de persona con problemas serios.

Transitar los casi cinco meses que dura el invierno en esta provincia, con más de cuatro prendas encima. Que salir a la calle resulte una agonía y ni hablar de la nieve forra. Verla caer es re lindo, más cuando sale el sol y se comienza a derretir. Todo lleno de barro y si no prestas atención, haces culo patín en cualquier lugar público. Bochornoso.

Mi viejo vivió en Punta Arenas. Ahí justo en el culo del mundo. El hombre todas las mañanas tenía que correr la nieve CON UNA PALA, para poder sacar la camioneta. Insalubre. Inhumano.

El frío es una poronga hecha con odio. Es la ira de Dios. Seguramente alguno de esos siete días de creación, se levantó mal pegado y dijo: “Que se vaya todo a cagar, y que estos boludos la pasen como el orto un par de meses de sus miserables vidas”

Detesto no poder tomarme una birra en el jardín, mientras tomo sol y me fumo un pucho. Detesto ese instante crítico en que cortas el agua de la ducha y se te acalambra cada centímetro del cuerpo. Y no pensemos en que te olvidaste el toallón. Tenés que salir en pelotas y empapada para buscarlo por toda la casa. Y así podría seguir por horas. Porque el frío es abominable. Lo odio. Y a vos también «team invierno».

Quiero sentir más de treinta y cinco grados en mi cuerpo, toda pegada y circular por la vida con mini falda y remera. Quiero cenar afuera y escabiar como si no hubiera un mañana, mientras estoy tirada cual lobo marino de Mar del Plata.

El invierno es una bosta. Y se terminó.

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