Somos demasiados adultos para ser tímidos y demasiado adolescentes para ser extrovertidos. Somos demasiado libres para sentirnos atrapados, y estamos demasiado ocupados para seguir pensando en escapar. Pasa porque somos la división justa entre lo que debemos ser y lo que queremos ser; eso es lo que nos hace humanos. Pero ya no más. Porque ya es tiempo.
Es tiempo de hacerle caso a esa pequeña voz que silenciamos con la rutina. Tiempo de dejar entrar el sol de los lunes e imaginarnos que el viernes se repite en todo el calendario. Tiempo de abandonar la palabra imposible y remplazarla por un “…qué pasaría si…”.
Después de todo, ¿Cuál es el miedo? Nuestras mentes están trabadas en lo vacío. Es tiempo de llenarlas con algo.
Cumplamos sueños.
Rompamos barreras.
Crucemos metas.
Olvidemos el mundo.
No hay porque seguir esperando eso que no va venir…eso que no va a volver.
Es tiempo. Ya no es necesario seguir dando vueltas sobre el mismo asunto una y otra vez. Creo que ya es tiempo.
Es tiempo de dejarnos de mascaradas, de terminar de lastimarnos para saber si estamos vivos. Es tiempo de dar un paso al frente y encararlo todo. Es tiempo de ser valiente.
Porque el tiempo es ahora, siempre fue ahora. El ayer fue hermoso, o tal vez no. El presente es perfecto o quizás reine la anarquía. Pero queda solamente en nosotros hacer del futuro la utopía a cumplir.
No pienses mas, el tiempo es ya.