Estimados lectores de El Mendolotudo, esto me llegó a mi casilla de correo, le hice un pequeño retoque de errores y se los paso tal cual lo recibí, es enviado por Miguel Arbama de Tupungato. Hablé con él por teléfono y me certificó la veracidad de todo lo escrito a continuación. Las fotos fueron mínimamente retocadas porque son de una casa real, de una empresa real. Para no tener líos sobre todo. Los dejo con el email textual:
Dr. Bomur, te escribo este email para contarte lo que me pasó. Sinceramente no sé por qué lo hago, es algo que pasó hace un tiempo y no he podido hablarlo con nadie. Es la primera vez que rememoro los hechos y sinceramente me cuesta mucho hacerlo. Es algo que me viene pesando hace tiempo, como una mochila densa y tengo la necesidad de contárselo a alguien, a un desconocido al menos.
¿Y porqué te elijo a vos? Pensarás… bueno, porque he leído tus historias de terror y sé que te gusta e interesa el tema, también sé que quizás me puedas ayudar y puedas publicar lo que me pasó, por ahí a alguien le ha pasado igual y me das una mano. Sería muy bueno encontrar a otro tipo que haya sufrido lo mismo que yo…
Soy de Tupungato, jamás creí en cosas raras. Incluso le ganaba desafíos a mis amigos entrando solo al cementerio de noche o a la casa “embrujada” de Ancón (hecho sobre el cual podrías averiguar). Siempre fu muy escéptico y descreído. Lógicamente jamás pasó nada.
Hace unos dos años que vivo en La Rioja por cuestiones laborales. Trabajo en una bodega en la cual además de pagarme un buen sueldo, me dan una casa y movilidad. El hecho es que esta increíble casa en la que vivo se encuentra en uno de los parajes más tenebrosos y desolados de la región de Chilecito (La Rioja). Pero como jamás me asustó nada, esto siempre para mí fue banal. Aunque desde un principio percibí una energía extraña en la casa, algo negativo, algo pesado, que hacía que en el silencio y la soledad no pudiese estar tranquilo.
En un principio conviví con dos compañeros de laburo, terminada la temporada estos chicos volvieron a Mendoza. Así es que conseguí el permiso de mi jefe para que pudiera irse a vivir conmigo la que ahora es mi esposa. Varias semanas después me enteré que estos chicos no solo se habían ido por la caducidad de sus contratos, sino porque no habían querido renovarlo si no les daban otro alojamiento.
Gracias a mi pareja, todo marchaba sobre ruedas y yo me sentía muy feliz con lo que estábamos viviendo, y para incrementar esa felicidad decidimos tener un bebé. El lugar y el trabajo relajado ayudaron a que en poco tiempo mi mujer quedara embarazada, por lo que la noticia no nos tomó de sorpresa. Todo andaba bien, no había nada raro en nuestras pacíficas vidas… hasta que decidimos viajar hacia Tupungato a visitar a nuestras familias, pero no por un fin se semana, sino que por varios días, ya que era un finde largo.
Lo primero que nos pasó fue que habían desaparecido todas las llaves de la casa. Al principio creí que era un chiste, una broma pesada, pero al contemplar que ni siquiera las llaves del fondo, esas que dejábamos siempre puestas del lado de adentro estaban, me comencé a asustar. A mi esposa le dio una especie de ataque de claustrofobia y comenzó a gritar, al tiempo que llamaba a un cerrajero y trataba de calmarla. Me decía que no sabía que le pasaba pero que necesitaba salir ya, que algo la asfixiaba. Entonces destrocé una ventana y salimos los dos. Al rato llegó el cerrajero y le hice cambiar todas las cerraduras de la casa. Decidimos salir al otro dia… pero tampoco pudimos. Mi auto, que siempre había andado de diez, no arrancó, le di y le di arranque, incluso lo pechamos y nada… estaba muerto. Tuve que llamar a una grúa para que lo lleve al taller. Sentíamos que algo en la casa no nos dejaba escapar.
Por culpa de estos hechos, ese fin de semana no pudimos viajar, por lo que postergamos el viaje dos semanas más adelante, pero tampoco todo salió como esperábamos.Como es costumbre viajo de madrugada para evitar el sol en la ruta, iba todo tranquilo hasta que a la altura de Chepes comencé con una extraña sensación de cansancio. Mi novia iba durmiendo, ya que eran las cuatro de la mañana, entonces algo en la ruta pasó… a escasos metros de mi auto vi a un grupo de gente deambulando, aletargados, tratando de taparme la calle, señalándome, vagando hacia mí, como fantasmas moribundos. Desesperado frené como no se debe frenar y nos salvamos de milagro de volcarnos. Con un pánico atroz me baje en el medio de la nada y… no había nada. Miré hacia ambos lados, respirando agitado y nada. Me maldije a mi mismo por manejar tarde, supuse que era sueño y tranquilice a mi mujer con una frase absurda, que me salió de adentro, como esas cosas que uno no piensa, sin querer dije: “amor, sentí que me venían a buscar, que quería que volviera a la casa”… ella me miró espantada y no pegó un ojo en todo lo que faltaba del viaje. Todavía no se por qué lo dije, pero era el sentimiento quien puso esas palabras en mi boca.
Llegamos y estuvimos el fin de semana sin recordar lo sucedido, hasta que llego el momento de volver. Mi mujer se encontraba en una fase del embarazo de mucha sensibilidad, así que decidimos que se quedara con nuestras familias para que la contuvieran ya que en La Rioja estábamos los dos solos y yo trabajaba todo el día.
Antes de volver, tuve que pasar por las oficinas centrales de la bodega, que estaba en la ciudad de Mendoza. Luego de una agria charla con mis jefes, me comunicaron que las condiciones laborales habían cambiado drásticamente… y para mal. Menos sueldo, más horas de trabajo, menos disponibilidad horaria. En Mendoza la cosa estaba peor, así que tuve que aceptar y seguir adelante.
Esa noche llegué a la casa con el ánimo por el piso y fue entonces que la pesadilla comenzó. Apenas entre empecé a escuchar ruidos lejanos, cosas que se caían, o se movían de lugar. Me desaparecían platos, vasos, cubiertos, jabones y aparecían en cualquier lado. A los dos días de llegar, volví a mi casa del trabajo y estaba toda la cama revuelta, las cortinas y las puertas abiertas de par en par. Creí que me habían robado, pero no faltaba nada, ni un solo centavo.
A los días los ruidos ya no fueron lejanos. Entonces comenzaron las apariciones. Juro que veía por el rabillo de mis ojos a un hombre caminando por el pasillo. En el momento que giraba para verlo, desaparecía. Sentía todo el tiempo que alguien me observaba desde los lugares oscuros de la casa. Por las noches, al acostarme, sentía que alguien se sentaba a los pies de mi cama, se movían todos los elásticos. Juro que esa sensación espantosa que uno siente cuando uno siente que lo están mirando, la tenía cada vez que observaba un placard, una puerta abierta, una sombra. Alguien estaba en la oscuridad, y no lo podía ver. Comencé a prender todas las luces de la casa y dormir con todo encendido, pero me levantaba a la madrugada y alguien había apagado todo. El miedo me había invadido y no sabía que hacer.
Absurdamente pensaba que iba a quedar como un loco si contaba algo, así que prefería guardarlo para mis adentros. Luego de una semana, los ruidos y las apariciones se transformaron en algo peor… algo mucho peor. Y atentaron contra mí, de manera violenta, tangible y satánica. Pero aún seguía pensando que me iban a tomar por loco.
Una noche algo se abalanzó contra mí mientras me bañaba, me envolvió en la cortina de la ducha y entre ahogo y golpes me sacudió desde el baño hasta mi habitación… sin que siquiera tocara el piso. El último golpe me dejó inconsciente unas horas, me levanté de madrugada, solo y destrozado. Fue tal la angustia que sentí, más los ruidos, los golpes y los espantosos moretones que “algo” me hizo esa noche que decidí sin sentido aluno emborracharme con la intención de irme de ese estado “mental” al cual estaba siendo sometido. Al despertarme a las once de la mañana del día siguiente observe que me faltaban dos dientes y tenía los ojos totalmente cerrados y negros. Todo mi cuerpo tenía quemaduras y golpes. Abatido decidí buscar ayuda.
Pasé por la bodega, deje las ordenes de trabajo a mis compañeros y me fui al centro a esperar no se bien que cosa, loco, desquiciado y aterrado. Cuando me di cuenta eran las siete de la tarde. Sin ganas de volver a aquella casa me fui a un bar donde me volví a emborrachar del terror que sentía, para olvidarme un poco de la locura que estaba viviendo.
A la madrugada el lugar cerró y decidí manejar hasta la salida del sol. No sabía que hacer, pero pensar en la casa a oscuras, con “eso” dentro esperando por mí me helaba los huesos. Pasé por la puerta de la iglesia, esperando por alguien, pero sus puertas estaban cerradas. Me quedé en la ciudad fumando y dando vueltas en círculo por la plaza, pensando que podría esquivar lo que me perseguía en la casa… pero me equivoque
De pronto mi auto se detuvo y allí comenzó nuevamente el suplicio. Se trabaron las puertas y los vidrios. Los seguros se levantaban y se bajaban sin déjame salir. Se encendió la radio y comenzó a hacer interferencia, se mezclaban las voces de los noticieros matinales, con espantosas melodías de fondo y gritos desgarradores a un volumen electrizante. Mis gritos eran ahogados por los ruidos de los parlantes. Escuché varias veces la palabra “mentira”, “asesinos” y “suicidio” muchas veces, en un coro demoníaco, con un eco desgarrador que jamás voy a olvidar.
La locura me sobrepasó, destrocé una de las ventanillas, me baje del auto como pude y empecé a correr sin destino. Al cabo de unas cuadras encontré un móvil policial, lo detuve y ante la desesperación, el oficial me llevo a la comisaria para que les contase lo que me estaba pasando. Al darse cuenta de que no estaba borracho me interrogaron y sorprendentemente me creyeron todo. Seguían cada palabra con absoluta atención, afirmando con la cabeza cada vez que mencionaba un lugar o una hora determinada. El que me había llevado se llamaba Gordillo.
Recuerdo que una de las cosas que me causaban gracia al llegar a La Rioja, fue lo supersticiosa y creyente en cosas “raras” que es la gente del norte, pero esa mañana estaba desconsoladamente agradecido. El oficial Gordillo, después de calmarme, me dijo que me iba a llevar a hablar con Don Juárez. Al cabo de una hora, salió de la comisaría, vestido de civil. Había acabado su turno.
Subimos al auto de civil de Gordillo y me comentó que si había alguien que me podía ayudar en toda la provincia era Don Juarez, una especie de brujo o chamán de pueblo. Mi agnosticismo me llevó a pensar que era un chanta… hasta que lo conocí.
Conducimos varios kilómetros por la ruta, hasta que nos desviamos por una calle de tierra. Pasamos un pequeño caserío y llegamos hasta una zona árida y medio desierta. Ahí en el fondo, entre cabras y arboles secos, había un viejo extraño. Al vernos entró a su empobrecido ranchito. Gordillo aplaudió en la puerta, costumbre que se utiliza a modo de timbre, y gritó que traía a alguien “con problemas”. Don Juarez dijo “que pase”, desde el interior.
El rancho era diminuto, un calor seco impregnaba el ambiente. Y al fondo, entre las sombras, estaba el viejo. Le podía ver la cara a contraluz, pero todo en torno a él era oscuridad. Lo saludé y no me dijo nada… simplemente me miró y me dijo:
– Casa, Espíritu, Alma, Familia, Sentimientos, Trabajo, Felicidad. ¿Tiene todas estas cosas en paz?
– Hasta hace unos días si – le conteste.
– ¿Con cual esta en conflicto? – preguntó.
– Tengo una situación delicada en el trabajo, estoy por tener una hija y siento que ya no creo tanto en el alma ahora que veo que la luz de mi Nona se apaga. – Dije sin medir mis palabras, igual a la vez que le dije a mi mujer que me venían a buscar. Sin siquiera pensar en lo que había dicho.
– Trabajo y familia… ahí está el conflicto. – me dijo. – ¿Donde trabaja?
Le respondí, pero prefiero omitir el nombre de la bodega.
– Los dueños de esa bodega cargan con un pasado oscuro en Mendoza… lo mismo pasa acá. ¿Tiene algo que haya estado ahí? ¿Algún objeto? – me preguntó.
– Mmmm… no se… tengo puesta la ropa de trabajo que aún no me saco. – Le respondí dubitativo.
Se acercó y pasó la mano por mi camisa, luego me tomó la mano y pasó su pulgar por mi palma. Siempre mirando hacia abajo, con los ojos cerrados. Se dio media vuelta y con una voz extraña y casi gutural hablo…
– Hay alguien… Ramón Ormeño, un antiguo empleado de la bodega que por los años ochenta murió electrocutado con un cable alrededor del cuello. Esta archivado como suicidio. Ese día todavía no recibía el telegrama de despido pero por una “corazonada” se mató. Eso dicen sus ex compañeros… pero no es cierto. Asesinato… fue un asesinato. Se está tratando de “sincronizar” con usted, para descansar en paz. Usted no puede hacer nada, pero él no lo sabe – sentenció el viejo.
– ¿Y entonces? – le pregunté espantado.
– Hay más… la flaqueza de su alma está causada por la enfermedad de su abuela. Ella prácticamente lo ha criado por el trabajo de sus padres, pero usted tiene que aceptar que el ciclo de la vida es así. Y ella en algún momento tiene que morir. – me dijo firme. Tome esto.
Entonces me dio una bebida fuertísima y cuando digo fuertísima, lo digo en serio. Yo hago bebidas y he tomado grapas de setenta grados y esto era mucho más fuerte.
– Vaya a su casa ahora, duerma bien que nada lo va a despertar. Sin miedo. – me dijo con una seguridad absoluta.
Fui y lo hice tal cual me dijo, y nada más pasó. Al otro día todo estaba tranquilo nuevamente, no más ruidos, no más golpes, solo esa extraña sensación de sentir que había alguien más conmigo en casa… pero parece que ahora ese “algo” sabía que no me podía
“sincronizar” con él. Pero algo pasa, algo está en la casa, algo me sigue… y no es en la bodega, sino acá. No se si me estoy volviendo loco o no, pero tengo que buscar, esta escondido acá, abajo, adentro…
Hasta hoy pienso en eso todas las noches aunque ahora tengo un ángel a mi lado… mi hija, ella me cuida, pero “eso” sigue ahí. A mi familia le dije queme había lastimado jugando al rugby. Nunca lo conté hasta ahora. Por eso te pido que si decidís publicar esto, veas como tenés tu espíritu para que te defienda, por que en ese momento, aunque vayas con un ejercito, vas a estar solo….
Al que le haya pasado algo similar o quiera sacarse dudas sobre la veracidad de esta historia, le ruego que le escriban a Miguel Arbama a el email [email protected] o que le pregunte por acá, mediante comentarios.
Si quieren descargarse las fotos de la casa hagan click acá abajo:
También podes leer:
El orfanato maldito de Rivadavia
El año pasado escribíamos:
Típicos personajes de la secundaria
Muy bueno!
-emmmmm me da la ligera impresión, que esto es la misma chachara que lo de tunuyan que contaron anteriormente(que dijeron que iban a seguir pero hasta ahora nada de nada)
-Hay algunas contradicciones o quizás yo lo interprete mal, en un pasaje del relato este muchacho dice lo siguiente y cito …»Al despertarme a las once de la mañana del día siguiente observe que me faltaban dos dientes y tenía los ojos totalmente cerrados y negro»….Solo yo me doy cuenta de la contradicción en este enunciado?
-En fin como historia o fabula de ficción está bueno, como otra cosa (intento de enunciar algo verídico) hace agua por todas partes..
Te conviene ser incredulo porque sos un cagon! nosotros hemos visto cada huevada que ya se nos hace normal…
-Que sos de los caza fantasmas? sos el grodo Ray? Soy un cagon porque lo dice un tontito que ni pone como se llama y se esconde atrás de un seudónimo? jajajaja los demás nose que habrán visto, pero por tu comentario me doy cuenta que sos de los cagones que les da miedo ver actividad paranormal y ensima después no duerme en toda la noche de lo asustado que estas seguramente…
-Avisame cuando pongas la casa de espiritismo y voy a ser el primero en ir a cagarme de risa en tu cara..
pedazo de pelotudo sos Tomás….
No lo entiendo como una contradicción, si no más bien como parte de la descripción de los golpes que recibió. Cuando te muelen a trompadas quedás con los ojos morados y casi no los podés abrir…
Ese muñeco es algo malo… malo… ahhh… maloooo
Mmmmm, muy bien redactado, como si un escritor….
a mi me gusto no soy de buscar la quinta pata al gato… no se si es verdad o mentira pero da miedo igualllll jajaj esta muy bueno
Me gustaria saber el nombre de la bodega, para buscar informacion y tratar de conocer mas sobre el tema. Si lo podes enviar a mi e-mail, te lo agradeceria. Muy buenas tus notas Bomur!
Soy de Tupungato. Se me puso la piel de gallina y espero de corazón que a nadie más le haya pasado lo que le pasó a esta persona. Yo de chiquita veo cosas raras… que para mi ya no son tan raras. Hay gente que cree y gente que no… Quizás no creen porque nunca les pasó. Mejor así. Yo me re cago cada vez que me pasa. Bueno Chau!
En el momento que se me desaparecen las llaves y siento que me asfixio decido no volver a entrar nunca en mi vida a esa casa asi tenga que vivir abajo de un puente!
Me gusto! muy terrorifica! como la del orfanato esta excelentemente redactada! contada con lujos y detalles para que te den ganas de leer mas… El relato es muy creible, y estoy seguro que veracidad tiene, porque habre conocido gente en mi vida que me conto que le sucedian cosas similares a esto, no eran experiencias tan cercanas como esta pero son de gente que se que no me va a mentir… Muchas gracias por estos textos, descubri esta pagina porque te colgaron este relato en Taringa y la verdad no me arrepiento! a la espera de mas articulos de terror!!! que son los que mas disfruto! saludos kpo!!
En mi vida he vivido varias cositas que a uno lo harían dudar de su cordura….
Muy buen relato estimado.
como cuales? porfavor contame 😀
Conozco la casa, incluso viví en ella durante un par de meses, en momentos que se cerró la bodega fraccionadora, que es la que llaman en la nota «abandonada». Es una casa grande en un lugar desolado, al pie de la sierra del Velazco, en la localidad de Malligasta a unos 20 km de Chilecito. Mas que la casa es el entorno desolado y el largo kilómetro de tierra que hay que hacer para llegar a ella lo que te puede dar un poco de «miedito». Ahí si he visto sombras o bultos nada agradables. Dentro de la casa nunca me pasó nada, pero por si acaso siempre dormía con la puerta de la habitación totalmente cerrada y no salía hasta el otro día…
Muyyyyyyyyyy buena historia! Si de algo estoy convencido es que este tipo de cosas existen! Y lo digo porque tambien me han pasado a mi… no tan heavys como dice este señor… pero cosas raras en fin…
Hace falta sacar las fotos con efecto ? , las fotos normales me asustarían mas .. igual la historia buenísima
por escepticismo no creo nada de lo relatado , para el guion de actividad paranormal , pero la historia y el relato son excelentes felicitaciones !!!!!
Muy bueno! Estaria manso, pero MAAANSO que hablen sobre la mansion Arenas (la de E. Civit y B. Sur Mer.. Por ahí la historia ya la conocen todos, pero la casa de sólo verla da cagazo
hey yo no se esa! contalaa o q la cuenten yo no soy de ahi y quiero saber!!
por dios!!! que buenas historias de terror!!! trabajo en un hospital y a veces de noche…soy re cagona pero me encanta leerlas quiero mas historias!!!!!!
los fantasmas existen una vez entre a la terapia y vi uno…..parecia de carne y hueso…pero atraveso una pared….
mmmm, he escuchado cosas mejores. hasta yo he vivido cosas peores
Los lectores de estas historias se dividen entre los que creen y lo que no. Yo creo hasta ahí nomás por la razón por la que otros también creen, porque algo parecido nos ha pasado.
Muy buena historia, espero que este tipo la esté pasando mejor!
Gente, a nuestra familia le sucedió algo parecido. Pero no fue tan violento. Con mi esposa vivíamos en una casita pequeña de las denominadas «interna», porque accedes por un pasillo al lado de la casa que da a la calle. Siempre fuimos personas que no nos daba miedo nada y menos algo que notáramos como paranormal. Siempre lo asociábamos a algo físico. Hasta que nació nuestra primera hija, ahí empezamos a notar cosas raras… recordarlas para contárselas ahora me hace sudar las manos. Mi hija ya de bebé se quedaba mirando al techo, siempre a lugares específicos, generalmente en las esquinas del mismo. Pero no le dábamos importancia. Pasó alrededor de un año y nació nuestra segunda hija. Y volvió a hacer lo mismo. Pasó el tiempo y una tarde que me quedé cuidando a mi hija menor, los dos solos en la casa a la siesta, la lleve a mi habitación y la acosté en la cama matrimonial para cambiarle el pañal, y noté que miraba el techo mientras la cambiaba. Y le pregunté que miraba… y me contestó que a la «nena». Ya un poco intranquilo seguí cambiándole el pañal, y le volví a preguntar donde estaba, y señaló el techo. Y después me señaló que estaba atrás mío. Ahí me puse muy tenso. La lista de situaciones paranormales que nos pasaron es extensa, siempre encontrábamos los cajones de la cocina abiertos, las luces prendidas, las puertas abiertas, nos llamaban por nuestros nombres, y muchas mas… en las noches siempre dejábamos la luz del pasillo que comunicaba las habitaciones con el baño encendida, y veíamos de reojo como desde el techo se asomaban sombras con formas humanas. Las niñas todas las noches tenían pesadillas y se despertaban llorando. Me cansé de taparlas y despertarme mas tarde para taparlas de nuevo, con las colchas corridas hasta el final de la cama. Despertarme cuando las niñas tenían pesadillas y verlas dormidas sacudiendo las piernas porque soñando decían que les soltaran las piernas. Todo esto se volvió algo normal, y eso fue nuestro gran error, el tomarlo asi. Hasta que una noche sali con mi esposa a cenar y se quedó mi suegra cuidando las niñas. Cuando volvimos, mi suegra tenia la cara blanca del susto, nos contó que estaba sentada en el sillón viendo tele mientras las niñas dormían y salio del sillón una sombra negra como si fuera alguien gateando. Esa noche decidimos cambiarnos, pero la partida de esa casa no iba a ser tan fácil. A partir de ese momento, siempre le pasaba algo al Fiat 147, o no arrancaba o se le rompia algo. Nos pudimos contactar con una persona que «limpiaba» casa de fantasmas a la cual no le tenia mucha fé. Entró a la casa y ya estaba nerviosa. Pero siguió adelante. Nos dio una charla y empezó a decir oraciones mientras encendia como trocitos de carbón. Les juro que es verdad la frase «ver para creer». No podía terminar de encender los carboncitos, yo mismo veía como si le soplaran los fosforos cuando los encendía. Cuando llegamos a la habitación de las niñas se escuchaban ruidos adentro del placard que tenia las puertas cerradas y nos dijo que ese lugar concentraba toda la «actividad paranormal». Los carbones los encendió como pudo y se veían como estratos de humo. Cuando terminamos la recorrida por la casa y llegamos al comedor, vi una figura humana de color gris oscura que se encontraba adentro justo adelante de la puerta de entrada a la casa, que estaba cerrada. En ese momento se te cruza por la cabeza un montón de cosas. Cuando la persona que nos limpio la casa se fue, la paz reino un par de días mas, pero luego todo volvió a la «normalidad» paranormal. La llamamos de vuelta y nos hizo la segunda limpieza de la casa y nos recomendó cambiarnos de casa. Lo cual hicimos no sin antes sufrir mas situaciones de mala suerte. Lo que vivimos nos marcó para siempre, las películas de terror no nos dan miedo al verlas, sabemos que vivir situaciones en carne propia eso si nos deja sin sueño. La gente no cuenta este tipo de historias porque no las toman en serio…
Escribinos por privado, o metete en el facebook de Bomur o Conep y, por mensaje privado, decinos dónde queda esa casa.
Gracias
primero que nada, mas alla de que las historias sean reales o no, el que escribe lo hace muy bien, al punto tal que deje todo sin planchar por estar leyendo. Mas alla de escribir en el blog deberias dedicarte a escribir libros de terror. Te va a ir muy bien. Por otro lado, la eleccion de creer o no creer es de cada uno y deben respetarse que hay cosas, sucesos o «seres» que no responden a las leyes de la fisica. Y como dicen por ahi, el mayor logro del demonio es hacernos creer que no existe. Sigan escribiendo y deleitandonos. Hace poco lei en otro blog la leyenda del bosque susurrante en Tunuyan. Es bastante escalofriante. O la de una casa en san jose, en la calle ferrari, donde los nombres se cambiaron, pero accidentalmente en las ultimas lineas al que escribe se le escapa el verdadero nombre de una manosanta de la zona, con lo cual termine de comprobar que la historia es real. A pesar de tener una mentalidad bastante cientifica y basada solo en la observacion de los hechos tangibles y concretos, tambien yo he pasado por un par de sucesos «inexplicables». Al menos para las ciencias «exactas». Sigan escribiendo estas historias buenisimas!!!!!
primero que nada, mas alla de que las historias sean reales o no, el que escribe lo hace muy bien, al punto tal que deje todo sin planchar por estar leyendo. Mas alla de escribir en el blog deberias dedicarte a escribir libros de terror. Te va a ir muy bien. Por otro lado, la eleccion de creer o no creer es de cada uno y deben respetarse que hay cosas, sucesos o «seres» que no responden a las leyes de la fisica. Y como dicen por ahi, el mayor logro del demonio es hacernos creer que no existe. Sigan escribiendo y deleitandonos. Hace poco lei en otro blog la leyenda del bosque susurrante en Tunuyan. Es bastante escalofriante. O la de una casa en san jose, en la calle ferrari, donde los nombres se cambiaron, pero accidentalmente en las ultimas lineas al que escribe se le escapa el verdadero nombre de una manosanta de la zona, con lo cual termine de comprobar que la historia es real. A pesar de tener una mentalidad bastante cientifica y basada solo en la observacion de los hechos tangibles y concretos, tambien yo he pasado por un par de sucesos «inexplicables». Al menos para las ciencias «exactas». Sigan escribiendo estas historias buenisimas!!!!!