Cada vez que se manifiesta alguna juntada de amigos, una reunión de trabajo, una asamblea de padres, en las cosas que definen los caminos a tomar y quién lo marca, hay constantemente referencias ocultas al poder. Esa cosa invisible, etérea, a los que todos hacen alusión, veneran y pocos se preocupan en interpretar y comprender. He aquí entonces, mi humilde reflexión sobre el mismo.
Yo soy una persona que no busca el poder en forma permanente. Por alguna razón que no me explico razonablemente, considero que el poder se termina devorando al que lo ejerce; lo aleja de su autenticidad y lo justifica de la tarea de la búsqueda de la mejora interior. Y eso, para mí en particular, son banderas irrenunciables de la vida. Ejercer poder significa hacerse cargo de muchas valijas pesadas ajenas. Pero conozco sus ventajas y necesidad, por eso, lo uso ocasional y moderadamente, eligiendo las situaciones cuidadosamente. Eso me genera cantidad de personas que se enojan conmigo porque a mitad del camino las dejé decidiendo por su cuenta, y el desprecio de la mayoría que me achacan inconstancia. No me importa. Yo le doy al asunto solamente hasta que siento que me estoy alejando de mi centro. Pero hasta acá hablo de mí, porque decididamente, creo que a ustedes tampoco les mueve la aguja.
Retomando, creo que una persona con poder sobre los demás no define a la persona en sí: ejemplos hay miles. No la mejora en absoluto, sólo la potencia. No es una virtud, es una habilidad. En el mundo complejo de hoy, donde el arte de mover voluntades ajenas necesita múltiples herramientas de ayuda como la sicología, la empatía, el carisma, el sentido de la oportunidad, sumados a las habilidades clásicas de la voluntad y la fuerza, se hace difícil asumir el liderazgo claro y visible sin comprometer casi todos los aspectos personales de uno. Y aquí, una de las claves: la gente está mucho más informada, por lo que ella misma presume de no ser gil; sin embargo tiene todo el bagaje de información, y no sabe cómo procesarla. El líder actual, tiene la condición natural de ofrecer a sus dirigidos esa masa de información ya digerida, procesada (y manipulada en el caso de los líderes malos) en dirección a una idea. Y a eso le llama mesiánicamente VISIÓN. Me río de eso, y me apuro a decirles que la visión es otra cosa: es tener una idea incomprendida de un escenario futuro donde las leyes y el entorno de hoy no la justifican… aún.
Procesar información certera de hoy y proyectarla a futuro, no significa más que una mera y simple PLANIFICACIÓN, que cualquier paleto puede hacer. La habilidad comunicacional de los líderes de hoy, les permite distorsionar estos aspectos, y lo hacen asombrosamente bien, en algunos casos. Lo raro de esto es que, pese al avance del conocimiento y la tecnología, todavía se considere necesario dotar de mística impostada la figura de los candidatos a líderes para suplir la necesidad oculta de la gente de seguir cosas sin razonar. Menesteres que antes se ocupaba la religión de cubrir, por ejemplo; en la antigüedad, los sacerdotes estaban al lado del poderoso y el general para terminar de formar la tríada del poder: fuerza, mística e ideas; ahora, la fuerza la pone la masa dirigida, pero aún no se le encuentra la vuelta a suplir la mística. Aún, dije. Estimo que ya va a llegar. Todo esto genera un contrato implícito entre el poderoso y el seguidor, donde este último dejará en manos del primero, el manejo de la dirección de sus próximos actos en determinado aspecto. Al fin de cuentas, se trata de comodidad o falta de cabeza, o ambas cosas. (Por eso, ser seguidor absoluto de algo nunca me convence, me imagino un idiota completo)
El poder en la vida cotidiana
Todos ejercemos algún factor de presión sobre nuestro entorno; lo hacemos para hacer respetar nuestro espacio y alcance, y si después hay éxito, abusamos y nos vamos al carajo. Vos dale a un empleado tuyo un subempleado que lo ayude, y vas a ver en vivo y en directo, la tiranía que te achacan a menudo a vos, en toda su expresión. Moraleja: Lo peor de la gente asoma cuando tiene poder.
Cuando tenés que adoctrinar a tus hijos, es una tarea titánica frenar el impulso de manipular tu poder afectivo para que hagan tus planes según tus deseos. Y la cara inversa; cuando crecen y se paran en sus propias ideas, lo primero que harán es usar esa pequeña cuota de poder para sojuzgarte, criticarte y a menudo, condenar tus fallas, según la medida de tu abuso anterior. Moraleja: toda persona que abusa del poder y lo deja de hacer, lo termina padeciendo en carne propia.
Le prestaste plata a un amigo, y luego de eso, le trabajás la moral pidiendo favores no relacionados con dinero, aunque con habilidad, nunca demuestres el propósito extorsivo. Moraleja: tu amigo te odiará. Si es inteligente, sabe por qué, si es bruto, te odiará sin saber por qué.
El chantaje emotivo, la búsqueda de lástima, implícita o explícita; la amenaza sicológica, hasta el silencio no cómplice, son pequeñas herramientas de poder que usamos a diario para diversos objetivos. Pero este tema del “para qué” del poder, es tema para otra nota.
Hay una frase que no recuerdo bien pero rezaba algo así como «dale poder a una persona para conocer su verdadero rostro». Creo que como decís vos, el poder no te cambia, sino que te potencia, potencia tus virtudes y defectos, tanto en quienes adquieren poder por el destino o por carisma como por la fuerza.
Creo que como sistema necesitamos de personas de poder que dirijan las masas, en el pasado existían las religiones como guía, en la actualidad creo que son los personajes los que marcan el camino.
En un futuro ideal (y cuasi-utópico) creo que la figurita del «hombre de poder» como conductor de masas debería quedar relegada al pasado y ser suplantado por las leyes y la justicia. No habría sociedad más justa y perfecta que aquella que respeta y teme a la ley constitucional y a la justicia real, sin dioses ni poderosos que se entrometan.
Si queréis conocer a un hombre, revestidle de un gran poder.
Pitaco de Mitilene (650 AC-?) Gobernante griego.
Fijate que, sin embargo, aún no estamos preparados para asumir un poder de múltiples rostros, un poder de sistema adquirido. Buscamos una única figura que sea líder todavía.
Convengamos que, en todos los ámbitos de la vida, alguien debe detentar el poder. Sea cual fuere la forma que éste tome. El poder pone orden al caos.
¡Por algo en las historietas, cuando llegan los aliens , lo que le dicen al primer terráqueo que ven es : «Llévame con tu líder». Jajajajaja
Excelentes reflexiones Don Zippo!
Thanks! Tengo mis momentos.
Muy buena reflexión Zippo, es verdad lo de la cuota de ser prejuzgado por tus hijos, lo hice con mis padres. Excelente.
Yo juzgué a mis viejos cuando crecí, los critiqué cuando era joven, luego los comprendí cuando tuve a los míos. Al final, hice un mix y quedó mas o menos decente la cosa.
Son geniales, tiras muchas postas viejo!
Gracias, Herno! por leer y comentar.
Nice topic. Well said.
¡Impecable, Zippo! Entiendo perfectamente lo que describís. Lo he hecho y padecido también… El poder, depende en qué manos caiga, puede engrandecer o minimizar. Hay personas que no sirven para tenerlo…
Las personas que demuestran no saber tenerlo, es porque solamente desarrollaron el sentido de oportunidad para tomarlo, Perch. Gracias por pasar!
¡Amén, querido Zippo! 😀
«un gran poder conlleva una gran responsabilidad» (el tio fiambre del hombre araña lo dijo) pero lamentablemente casi siempre el sistema o aquello de donde emana dicho poder, tiende a empoderar al ente equivocado (por ejemplo al mas chupa) y ahí se pudre toda la cuestión, por eso hay tantos jefes y tan pocos lideres o caudillos
Y sí. Las decisiones equivocadas de empoderar al tipo no conveniente, es la parte de la historia que despelota todo. Pienso igual que vos, que un jefe es muy distinto (y más pobre) que un líder.
muy acertado empezar a pensar en un sistema con buenas bases en ves de seguir esperando siempre solo un lider que componga todo . O por lo menos los que pasen tendran que seguir el sistema establecido. Muy buena nota felicitaciones! Excelentes reflecciones.
Gracias, Marcelo!.Puede que sea muy dificultoso implementar el reinado de un sistema debido a que estamos acostumbrados a intentar burlarnos de él, en todo momento. Hecha la ley, hecha la trampa…te suena? Bueno, ése es el origen del fracaso del sistema como régimen.
(¿Les comenté que la imagen que ilustra la nota es un cuadro mío?)
Tarde pero seguro…..
El tener poder es hermoso..ahora ser un pelotudo con acceso a él, es altamente peligroso.
Muy buena nota….y el dibujo bien enroscado…como el pintor..jajjaj
Estaba webeando y, de pronto, me encontré aquí… Un lagrimón recorrió tímidamente mi escracho. Veo que su mano se añeja como los buenos vinos Amigo. Un gusto, un placer. Como siempre. Ando alejado -hace años- de facebook. Y hace muchos más años, de los blogs. Espero el destino nos depare, mínimo, un nuevo asado. ¡Salud!