Hay una diferencia enorme entre dejar huella o dejar cicatrices. Las cicatrices son señales de daño, de dolor, de heridas abiertas, de emociones que necesitamos limpiar y tratar. Las cicatrices son marcas que no elegimos tener y que nos recuerdan un dolor que se podía haber evitado o al menos prevenido.
Sin embargo, las huellas son marcas imborrables en la piel y en la memoria que nos hacen rememorar momentos de amor, de aprendizaje y de crecimiento, personas que en ese momento puede que no tengamos una clara dimensión de la importancia e influencia que tienen en ese momento vivido y mucho menos en como eso influirá en el futuro.
Hay personas que entran en tu vida y lo cambian todo, personas por las que vale la pena parar, respirar y valorar lo que realmente es importante, como un abrazo, una palmada de aliento, una mirada de esas que no es necesario agregar palabras para saber que se quiere decir, una sonrisa de complicidad o un simple ¿Cómo estas hoy?
Estas personas pasan por nuestras vidas para marcar un antes y un después y quizás no para quedarse, si no para traer un aire nuevo y renovarnos, y si se van, permanecen como una huella indeleble en nuestros recuerdos.
Digamos que estas personas especiales, si te abrazan, logran recomponer tus partes rotas, te enseñan a vivir y a revivir tu interior, en general de manera inconsciente y desinteresada. No están pendientes de dejar marcadas a las personas si no que se produce solo, como consecuencia de los buenos actos realizados a los demás ayudándolos a tener otra visión de las realidades, que pueden ayudar a cuestionar el pasado e influir en el presente y el desarrollo del futuro.
Existen personas que nos dejan huellas y otras que nos marcan para toda la vida, por eso son una especie de salvavidas. Llegan por casualidad, o tal vez de manera intencionada, y te cambian para siempre. Te abren los ojos a realidades que normalmente no vemos, cosas que tenemos y no valoramos, te hacen ver lo que duele, lo que puede llegar a doler y lo que tiene un significado maravilloso.
Sin embargo, con ellos al lado, nada duele tanto. Porque las personas que dejan huella no ocasionan daños permanentes,no se dedican a marcarte porque sí. Y, aunque pongan tu vida patas arriba y esa realidad que te muestren te incomode, cruzarte con esta gente es lo mejor que puede pasar, “La verdad es sanadora por más dolorosa que sea” decía Fernando Peña, si pones en tu diccionario la palabra Suerte, aparecerán ellos.