Esta semana recibí una solicitud en Facebook de una persona que hace muchos años, diez por lo menos, fue muy importante en esos días. Recordando me apareció una frase que me marco en un momento que podría ser calificado como difícil,esta persona muy sabia me dijo “Tenes que aprender a perdonar Marcio”, sin darle importancia al contexto que vivía y sobre el cual se basaba el consejo, yo le respondí que yo no tenia nada que perdonarle y ella me dijo “tenes que perdonarte a vos mismo”.
Cuando en una acción entre dos o mas personas se produce la ruptura de la confianza es cuando se debe empezar a hablar del perdón. Yo pido perdón a la otra persona, pero es una acción dirigida hacia mí, porque el perdón es un regalo que se hace unos mismo mas que a la otra persona, uno se libera del daño, del resentimiento, de la culpa y se suelta todo ese peso.
No nos olvidemos que cuando yo perdono no significa que este olvidando, son cosas muy distintas, es algo que se debe tener muy claro. El perdón de verdad es cuando uno trabaja el dolor que generó la herida y no el recuerdo, yo perdono cuando soy capaz de recordar sin que me duela, porque, si a mí me sigue doliendo, lo voy a seguir cobrando. Por lo tanto, va a ser imposible reestablecer el vínculo, que ya de por si va a ser distinto al que había antes, tomemos como ejemplo que si a mi se me rompe un vidrio yo no lo puedo pegar, seguiría viéndolo roto y me puedo lastimar, cortar o lo que sea, tengo que cambiarlo, poner otro vidrio, nuevo, distinto. Este vínculo nuevo se va a crear dependiendo del proceso que viven las dos personas y como lo viven, si fui el dañado o el que hizo daño y los aprendizajes que encontremos es estas situaciones.
Otra factor, no menos importante, que debemos tener en cuentaes que las personas hacemos lo que podemos nada más, no lo que hubiéramos querido o lo que nos hubiera gustado hacer, de acuerdo a la historia que tuvimos, a las cosas que nos pasaron, a como nos educaron y entendiendo que uno hace lo que puede, intenta mejorar, eso que hace, lo que más puede, valga la redundancia.
Y vos, querido lector… ¿has sido capaz de perdonar?