Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
Jorge Luis Borges
Yo soy nadie, soy sólo átomos, piel y ligamentos.
Soy el espacio exterior, vacío y lleno de luces lejanas.
Soy nadie y me rio de los tsunamis de Hokusai que me llegan a los tobillos.
Soy nadie y sobrevuelo las ciudades gracias a mis poderes de levitación.
Soy nadie y devoro a los atardeceres bellos y nebulosos de Neptuno.
Soy nadie y le acaricio los pechos a la Luna.
Soy nadie y escribo palabras que adquieren formas nuevas y metamorfosean en tigres soñolientos y luciérnagas acróbatas.
Soy nadie y estoy ingrávido en mi propio cuerpo.
Soy nadie y escupo nirvanas.
Soy nadie y tengo un Kalashnikov risueño en cada mano.
Soy nadie y mi saliva es magma.
Soy nadie y un funámbulo sin centro de gravedad, con vértigo, pero lleno de coraje.
Soy nadie y en mi pecho florecen madreselvas, jazmines y florcitas amarillas e ignotas.
Soy nadie y buceo entre escualos feroces que comen de mi mano mansitos.
Soy nadie y me meto en el vientre del Universo y bebo de su placenta.
Soy nadie y peino tus cabellos entre la distancia y la nada.
Soy nadie y veo el Absoluto reflejado en los ojos de un gato.
Soy nadie y en mi ADN convive toda la humanidad.
Entonces me confundo con el millón de personas diferentes que caminan a mi lado, a mi alrededor, sobre mi y en mi interior… Un millón de desconocidos que también son nadie, pero que estamos llenos del Todo del otro y nos reflejamos en su espejo.
No soy nadie para decir que este relato es demasiado bueno