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A ejercitar la imaginación

Seamos honestos. Hoy en día nadie lee, y la sociedad mientras tanto involuciona. Los cerebros se achanchan, las mentes se ralentizan y es por eso que escuchamos a cada uno hablar cada pavada… La gente se vuelve vaga, deja de fomentar la imaginación y van a lo masticado: la televisión, la web. Miles de formas de divertirse sin mover una neurona.

Por mi parte siempre fui de leer mucho. Tuve la suerte de que mis padres me empujaran a leer y que la lectura se convirtiera en mi único vicio.  Recuerdo historias increíbles como Los hombres que no amaban a las mujeres, amores raros y atrapantes como en Crepúsculo, Gabriel García Márquez y su realismo mágico de Cien años de Soledad, historias cercanas como en La Siesta Dorada…Cada libro dejó algo en mí, una enseñanza, un personaje, una sensación. Cada libro nos da una razón para volver a leer.

No poder salir de los libros, no poder despegar los ojos de cada página. Mirar la siguiente hoja haciendo trampa, como queriendo adivinar el futuro. Una sensación increíble. Codearte con personajes que creamos de la nada, personajes únicos y diferentes en cada lector. Imaginarme los escenarios completos.

Cuando lees la vista se agiliza, la memoria se relaja y vivís el momento con la misma adrenalina que si lo estuvieras protagonizando. El libro se convierte en tu mejor amigo y para aquellos que le huyen a la realidad es un escape más eficiente que las drogas y mucho menos dañino.

Muchos de ustedes creen que leer pasó de moda, que leer es de viejos y gastar plata en libros una estupidez. No agradecen el hecho de que tenemos historia gracias a ellos, nos dan algo de qué hablar y por eso debemos respetarlos, a ellos y quienes los escribieron. Nos otorgan identidad como seres humanos. Por eso defiendo a los libros tanto como defiendo mi personalidad, porque en cierta forma fueron mis otros padres y me hicieron quién soy hoy en día. Y pienso que quizás  el hecho de que tengamos tantos problemas éticos en nuestra sociedad, se deba a la falta de estos “padres”, a que quizás vivimos una sociedad formada por “huérfanos de lectura” a los que les faltó ese pequeño aporte.

Probemos dejar un poco la tele, dejar un poco el facebook, darle mérito a ese grupito de personas llamadas escritores que tienen miles de tesoros en sus cabezas para darnos y nosotros muchas veces ignoramos. Si no saben por dónde empezar, les regalo una pequeña lista de EXCELENTES libros que he leído y que pienso que es necesario recomendar (estoy a su disposición para dar cualquier otra recomendación fuera de la lista).

Ahí van las recomendaciones de la Madame:

  • El nombre del viento, Patrick Rothfuss: para los amantes de la magia no tradicional y la aventura. Imperdible.
  • Los hombres que no amaban a las mujeres, Stieg Larsson: El primero de una saga de novelas de misterios criminales. Atrapantes.
  • Harry Potter…ya saben de quién. Puede parecerles un libro estúpido e infantil. No me interesa, a mi me encanta y si saben inglés leerlo en el idioma original no tiene desperdicio.
  • El Combustible espitirual de Ari Paluch. El único libro de autoayuda que realmente ayuda, o por lo menos el único que pude terminar de leer sin cansarme de el exceso de positividad.
  • La casa de los espíritus, Isabel Allende. Clásico. No hay familia que no se identifique con este libro.
  • Saga Crepúsculo, ¡el libro, NO la película!
  • Por último, la mejor colección de textos que se han escrito en todos los tiempos: El Mendolotudo. ¡A Disfrutar!

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