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Egresados del Liceo General Espejo: Los LMGEtudos

En la vida no hay que generalizar porque es de cuadrado ignorante y necio. Peeeero sí puedo apuntar esta nota al 50% de los egresados del Liceo Militar General Espejo, fábrica de empresarios o ejecutivos mendocinos que gustan de coquetear con la política e ir a misa. Ejemplo de ello son Cobos y Paco Pérez.

La gente de mi edad que ha ido al Liceo (recuerden que sólo hablo del 50%) es gente muy rara. En general son chicos de inteligencia media, con padres de clase media, que consideran a sus compañeros de clase como su verdadera familia, y siguen siendo compinches aún pasados los años. En Navidad y Año Nuevo prefieren estar entre ellos, al igual que en los cumpleaños; y no es de extrañar, ya que durante la mayor parte de su infancia y/o adolescencia son depositados allí por sus padres y confiados al criterio de un grupo de oficiales y profesores que eternizan los valores del Liceísta promedio.

El Liceísta es educado como un ser superior, llamado por la Patria y los Santos Evangelios a poner orden en este mundo imperfecto con gente negra y villera. Desde niños miran a la gente por encima del hombro y ven a las niñas como bichos extraños, como tierra a conquistar. Aprenden en sus primeras salidas a actuar como una jauría, tanto para imponer su presencia en un bar, como para levantar minas, o como para picudear a otros pibes siempre que éstos estén en inferioridad física o numérica. No es que salgan tanto, tampoco. Pero siempre salen en manada, digo; en grupo. La mayor parte del tiempo prefieren estar en terreno ya conquistado, la casa de alguno, un grupito de amigas “bien” o mejor aún, “fáciles”. Ahí ya son los reyes y disfrutan. En esto no varían mucho de los “cabeza de guinda”.

A finales de quinto año ya se sienten los reyes del mundo. No me imagino bien qué les dicen en ese colegio; pero entre la soberbia propia de los 18 años y la soberbia de un LMGEtudo en su máximo nivel de instrucción LMGEtuda, el resultado es una cosa de lo más espantosa. Seguro se acuerdan que a fines del año pasado los mocositos tuvieron el tupé de dejarlo a San Martín hecho un Drag-Queen como festejo por haber egresado. Pero a mí no me sorprendió, desde que yo salí del secundario eran tristemente célebres los desmanes de los Liceístas, sintiéndose muy bichos por romper vidrios, mear o cagar en las casas de la 5ta sección, y toda clase de destrozos que después sus papis pagaban sin que se les moviera un pelo.

En la universidad rápidamente contactan gente de su misma “condición” (también llamada gente-como-uno) como para compartir una gaseosa o un café. No se detienen mucho a hacer amistades, siguen sólidamente unidos a sus hermanos LMGEtudos como una mosca al asado de tira o como un nerd a su muñeca inflable. El resto del tiempo estudian, y buscan posicionarse en el mundo adulto. En general tienen contactos, pero a esos contactos (parientes propios o de un hermanito liceísta) hay que chuparles las medias como locos, y bueno, quizá haya que pisarle la cabeza a algún hermanito, pero todo se perdona porque la competencia es obvia y dentro de todo, de reglas claras. Es también un buen momento para buscar una chica de “buena familia” (lo menos alejada posible del entorno), una que entienda el vínculo indisoluble con la jauría, una que no joda demasiado con las salidas o viajes grupales. Es ideal una futura docente, nutricionista o una que se dedique al deporte y al autocuidado. Apenas se reciben obviamente se casan. Y mediante ese proceso se genera el Gran LMGEtudo.

El Gran LMGEtudo tiene como característica principal la incoherencia. Con el mismo desparpajo que le permite a los 18 años desfilar en uniforme cual modelo de juventud luego de una noche de vandalismo a la propiedad ajena; de adulto consigue sentirse un ciudadano ejemplar y un católico ferviente siendo la realidad muy distinta. Como los políticos nombrados anteriormente, creen servir a la sociedad cuando lo que en realidad hacen es SERVIRSE de la sociedad para favorecer negocios, propios y de su jauría. Piensan que son muy católicos porque no te faltan un domingo a misa, pero son soberbios, hipócritas, clasistas, explotadores. Creen que la solidaridad es comprarles juguetes a los hijos de la empleada doméstica que tienen en negro y tratan para el orto. Creen que piedad es compartir la foto del facebook con el niño deforme que con 1000 likes se cura. Creen que ser fieles a sus mujeres es no enamorarse de las prostitutas con las que hacen todo lo divertido. Creen que ser buenos padres es comprar lo más caro.

A los LMGEtudos, en síntesis, le gusta tener todo en orden. El dinero en el banco, la mujer en la cocina, los pobres en el servicio, el rosario en el cuello. El poder en el bolsillo.

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