/EMMA – Capítulo 1: “Lucía y el sueño”

EMMA – Capítulo 1: “Lucía y el sueño”

Emma está perdida… camina lentamente por laberintos de roca firme. Intenta salir, no lo logra aún. No consigue ver luz alguna, esperanza alguna. Se sienta en el piso y llora. Siempre su vida igual, siempre nadando en la nada.

Ve una mano blanca, pálida como la luna; una mano hermosa. Se abalanza hacia ella, lentamente y desconfiando un poco. Al subir su mirada se encuentra con la mirada de una mujer de edad…eterna. Confía sin dudarlo en aquella dama blanca y se deja llevar por su sonrisa.

EMMA- ¿Quién sos?

LUCÍA-Mi nombre es Lucía. Vine para ayudarte, vos me llamaste…

EMMA-¿Te llamé? ¿Cuándo? ¿De dónde venís?

LUCÍA-Ya lo vas a entender…todo.

EMMA- Estoy perdida, ayúdame por favor.

LUCÍA-Estas perdida porque tenés que aprender a vivir y encontrar un propósito a tu vida. No es que seas tonta, no es que ignores al mundo que te rodea. Es sólo que la llama de la curiosidad no se ha encendido todavía en tu interior. Tiempo de disfrutar los placeres pequeños y dejar de pensarlos. Tiempo para entender al amor como algo más que un sentimiento entre un hombre y una mujer.

Emma quedó paralizada ante la sumatoria de afirmaciones que Lucía acaba de mencionar.

EMMA-Pero no entiendo… ¿hay otro amor aparte del que surge entre un hombre y una mujer? De serlo…me siento, además de perdida, engañada.

LUCIA-Tranquila amiga, no has sido engañada, sólo te falta descubrir muchas cosas.

EMMA-Seguís haciéndome perder la razón. Necesito hechos, necesito verdades. Con la palabra “cosas” no me das ni una pista.

LUCIA-Lo cierto, es que las pistas las tenés que encontrar sola. La vida es como cualquier otro juego de misterio, sólo que nosotros siempre somos Sherlock.

EMMA- Encontrarlas… ¿pero por dónde empezar? Sigo perdida… Siento que sabía tanto y ahora de repente no sé nada. Siento que perdí mí tiempo viviendo emociones que, ahora que hablo con vos, pienso que nunca existieron.

Su mirada comenzaba a llenarse de frustración, y por lo tanto de lágrimas. Ese laberinto en el que había quedado atrapada…podía ser una viva imagen de lo que pasaba en su corazón.

LUCIA- No Emma, el tiempo no se pierde. El tiempo es siempre útil de maneras que nosotros no comprendemos a veces. Yo incluso, a pesar de todo lo que creo saber, no comprendo la manera de sentirlo útil…pero en el fondo de mi corazón sé lo necesario que es el paso del tiempo. Lo de las emociones no es como decís, tanto las emociones como las personas que nos las hacen vivir existen; son reales y son la manera más rápida que tiene la vida de enseñarnos a vivirla.

Se quedaron ambas en silencio. Emma comenzaba a ver un poco de luz en el horizonte; sabía que tenía que dirigirse hacia ella. Su brillo la atraía enormemente.

LUCIA- Personas van a llegar a tu camino para enseñarte, amarte y ayudarte a entender. La clave es la paciencia. Por último, nunca dejes de creer en el amor, sólo así vas a poder sentirlo realmente como lo que es.

Emma despertó de su sueño confundida, transpirada y llorando. Hacía meses que no soñaba nada o al menos no recordaba uno de sus sueños. Ahora acababa de tener el sueño más nítido de su vida. Aparecía Lucía, una mujer desconocida para ella pero que a la vez le inspiraba un sentimiento tan dulce y familiar… Necesitaba tranquilizarse y pensar…pensar en el significado de las palabras de Lucía, que resonaban en su cabeza como campanas. Y el eco de las campanas no iba a irse tan rápido. En su interior intuía que de esa experiencia algo tenía que aprender. Tenía que buscar a Lucía, necesitaba verla de nuevo.

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