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Esta vez un cuento filosófico de Adela: Esperar

Esperar que el tiempo pase suele ser un pasatiempo bastante aburrido si no se sabe hurgar en los escondrijos de las cosas.

¿Cuánto se puede esperar a una persona?

Principio del formulario Esperar entonces no era el pasatiempo más agradable y placentero, sino que se creaba cada instante que imaginara que llegarías de nuevo.

Por eso la disposición ante el tiempo variaba para el esperador según el esperado.

Siempre que el esperado no tomara forma concreta y algo real, el tiempo se extendía como gota de lágrima en mantel de flores.

Siempre que el esperado fuera predecible en su vuelta, el tiempo se acortaba como remera manga larga de niño en pubertad…

Pero esto casi nunca sucedía en la vida del esperador: al esperador, la espera constante.

Ha sido constante desde aquella vez en que empecé a esperarte, ¿o acaso siempre te esperé? Sinceramente no recuerdo no estar esperándote, a veces cuando me cansaba de buscarte en los lugares en los que seguramente no te encontraría, empezaba a imaginar cómo hacer para sorprenderte en las casualidades, en los imposibles, esperando, solo esperando.

Al encontrarte, ese ínfimo instante de suspiros, sabía se esfumaría tan rápido como los mismos suspiros, pero también sabía la intensidad con la que lo esperaba, la misma con la que lo vivía.

Tal vez en mi imaginación hayas sido mío más veces que en la realidad …y es que es tan larga la raya del tiempo en que no estás que creo prefiero crearte en mi mente a cada instante, pero si esto fuera así, y sólo existieras en mi mente, deberías ser así y sólo así, tal como lo imagino.

O tal vez la espera sostenida por ser un esperador constante, no sea más que esto, y esa constancia sea tolerada por la incertidumbre del encuentro y por amor que siento…

¿Entonces por qué te espero? Si ni siquiera sé con certeza que te pueda encontrar, y si te encuentro se que el tiempo contradictorio en el que logre tenerte será tan pequeño, que me llena de angustia hasta los huesos, pero a la vez tan intenso, tan real, tan bello, que prefiero tenerte así, a no tenerte.

Ese espacio de tiempo en que no estás… vuelve gris mi mundo, sólo deseo a pesar de todo, que lleguen los segundos, escasos segundos, en los que me sienta a salvo entre tu piel.

Una vez más, algo sucede, algo a lo que no encuentro explicación, sólo sé que se alarga la espera una vez más…

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