Las semanas siguientes pasaron sin mayores novedades. Bueno, en realidad la novedad era esa. Hacía tiempo que necesitaba parar un poco, gastar un tiempo conmigo, estaba con la cabeza llena de boludeces. Me había creado nuevas rutinas, empecé a salir a correr, comí más sano, leía aunque sea tres páginas de un libro todos los días, y me obligué a salir al menos media hora a caminar. Esa rutina fue la revolucionaria. Me costó bastante los primeros días, no sabía a dónde ir, qué hacer, caminaba unas cuadras y me volvía, pero insistí.
Poco a poco las salidas al ser obligatorias captaron mi atención. O las hacía más interesantes o iba a terminar colgándome de un puente. Así que direccioné esas horas yendo a un museo, catalogando los barrios por más o menos interesantes, descubriendo cafés desconocidos… Estaba bueno.
El almanaque amaneció ese día contándome que era dieciséis. “Lindo”, pensé. Pero no era lindo. Debí haber puesto entre mis rutinas la lectura del diario y habría tenido mejor olfato. Ese dieciséis al mediodía me encontró mirando la puerta de la oficina, con la indemnización en la mano, viendo cómo los de la mudanza levantaban la empresa para mudarla a un departamento más chico, más lejos, más difícil. Salí con Paula, la recepcionista de la mañana que, con un sobre de igual color del mío en su mano, lloraba desconsolada. Yo no estaba ni bien ni mal. No tenía, como ella, la necesidad de inventarle a ningún “Luquitas” un mundo colorido de risas y juguetes. Le dije que no tenía mucho para ofrecerle, pero que si podía ayudarla que me llame. No me contestó, me abrazó y, sin mirarme, se fue por una vereda fresca pintada de sol estival. Ya no tenía nada que hacer.
Deambulé, continué con mis rutinas, estaba perdido. No sabía qué había pasado. No alcanzaba a digerir que mi vida me pedía urgente que me ocupe de mí, que mis rutinas eran distracciones, que el tren estaba andando, que me mueva… Uno de esos días, pensando en la imperturbabilidad estática de la urgencia de mi situación, me senté en las mesas de la vereda de un bar. “Una cerveza y un tostado, por favor”, le dije al mozo. Clavé mis ojos a un plátano viejo de la vereda y me dormí despierto. Salí por mis ojos, borré el árbol y escapé a qué se yo dónde, por eso no sé cuándo ni cómo apareció de pie a un metro del plátano esa chica mirándome como si yo fuese el monstruo del lago Ness. La vi y me sorprendí, pero ella salió corriendo como espantada. No tuve reacción, bah, no tuve reacción lógica y me quedé viéndola, sedado como estaba, cruzando la calle adoquinada, como una película francesa, lenta y silenciosa, dramática y muda. La perdí de vista y volví mis ojos al ámbar de mi cerveza y sentí una honda tristeza.
Volví a recordar los “importantes problemas” que me había pronosticado Amanda, sin embargo en el corazón se paseaba la belleza de su otra sentencia “no existe el futuro”. Y esa lápida filosófica se paseaba por mi espíritu buscando una puerta para transformarse en certeza. Claramente me había caído del mundo, y me encontraba afuera de la autopista mirando las vidas pasar. Se movieron unas sillas a un costado mío y giré. Estaba la misma chica que acababa de escapar llevada por un demonio y al lado…
“Así que vos sos el besuquero de General Tomé” dijo la chica que… que me sonaba tanto… La miraba en silencio, con las cejas arrugadas, la boca desencajada, no podía entender nada en primeras instancias así que giré toda la silla hacia ellas y al fin me desperté.
– Vos… ¡vos sos la moza del restaurante!
-Satamente –dijo jugando con la palabra-. Y ¿vos quién carajo sos?
…problemas importantes…
-Mirá, te pido disculpas por lo del restaurante, lo que p…
-¿Sabías que me despidieron deLa Lomada?
-Uh… perdoname, no sé… qué decir…
Obviamente Dios se había hartado de mí. Su plan era soltarme la mano y dejarme a la buena de mis quilombos.
“No, no me pidas perdón” dijo, y suavemente dejó florecer una sonrisa. Sus ojos se achinaron y por primera vez, la miré. Unas pecas desorganizadas se habían afincado entre sus pómulos y su naricita. Su sonrisa tenía una forma rara, no puedo decir que era linda, pero apenas alcanzó su plenitud el barrio entero respiró hondo y todo se aflojó. La miré, su pelo… ¿qué era…? Pelirroja. No, castaña. O no… no sé, pero su pelo no era duro, ni lacio. Sus manos eran femeninas, pero no de muñeca. Una remera a rayas gruesas coloradas asomaba debajo de un chaleco de arabescos ocres y marrones, y una pollera de manchas azules y amarillas chocaban violentamente contra la sobriedad de ese rincón arrabalero calcado de cualquier esquina de los bajos de Roma. Sus ojotas eran blancas.
-¡Mirá lo que es el mundo que me voy de General Tomé y al primer tipo que encuentro es a vos! ¿No es increíble?
Yo todavía no sabía si se venía de cachetazo, segunda parte, o de si ya tenía permiso para sonreír.
-Dale, tonto. Relajate que me hiciste el favor de mi vida. Sandra te reconoció y me vino a buscar, estaba a media cuadra. Gracias al chupón que me clavaste en el restaurante tuve la última escena de celos de mi novio, el responsable del restaurante, y, en una de sus rabietas pelotudas –Sandra se rió- me echó. Y fue la última vez. Así que, lejos de estar enojada, estoy muy agradecida con vos, más allá de que seas un reverendo hijo de puta –agregó con esa sonrisa rara, que era entre una mueca eufórica y serena al mismo tiempo. Una sonrisa controladamente enérgica-. Me imagino que nos dejás sentarnos con vos, ¿no?
No me caía para nada simpática…
-¿Cómo es tu nombre?
-Carmela.
No me caía nada simpática Carmela. Me parecía una mina fría, distraída de todo, abocada a sobrevivir, tenía su mirada vacía, su cara parecía una pared lavada por la lluvia, no tenía ningún peinado, no tenía ningún estilo, no tenía… Era como una mujer cualquiera. Sin nada muy llamativo. Tenía un buen físico pero no alcanzaba a llamarme la atención. Tal vez tantos colores, no sé, su forma de vestir tan rara, tan chota…
-Y yo soy Sandra.
Sandra era un bodrio. Carmela era un mamarracho, Sandra era un bodrio, yo no tenía trabajo y estaba empezando a ponerme de mal humor. ¿Para qué mierda le di un beso a esta mina? ¡Qué carajo se mete Amanda si no hay futuro! Me estaba empezando a gustar una vida sin futuro, con todo para hacer, sin resultados predestinados.
-¿Nos invitás con una cerveza? Estamos sin un mango… ¿Vos cómo te llamás?
-Marcos, pero yo también me acabo de quedar sin trabajo, y, perdónenme, chicas, pero no estoy de ánimos para…
-¡Puta! Y ¿qué vas a hacer? –preguntó Carmela.
-No sé. No tengo parientes acá, voy a tener que salir a patear la calle… Ahora que hablo con ustedes me doy cuenta de que todavía no caigo en que no tengo laburo…
-Bueno, escuchá, nosotros paramos en lo de una amiga que vive acá, a tres cuadras. Vamos a parar ahí unos meses hasta que nos salga algo. ¿Si querés quedarte…?
-Carmela –dije sin ninguna simpatía- ¿vos invitás a cualquier tipo que encontrás sin laburo a que se quede a vivir con ustedes en lo de tu amiga?
Y por primera vez sentí su encanto, y fue con la explosión de una carcajada fenomenal. Sandra era un muppet que intentaba gesticular una risa pobre, pero ella se rió con una energía que me enderecé en la silla y la miré diferente.
-Escuchame, me partiste la boca de un beso en General Tomé y te vuelvo a encontrar… Si no crees en que estas cosas pasan, tu vida es una mierda, Matías.
-Marcos.
-Sí, Marcos. Disculpame. Matías es un flaco que… bueno, no importa.
No pude darme cuenta en lo que sentía sobre ella después de esa carcajada. Algo había cambiado en mi percepción y en algún punto sentí una atracción extraña hacia ella.
-Mirá, Marcos –dijo Carmela-, no queremos tu cerveza. Nos vamos.
Se levantaron ella de un saltito gracioso y la otra desarmada como una mala muñeca de trapo.
-Pero no antes de…
Y se acercó, me agarró la cara como si yo fuese un sobrinito suyo, rozó su nariz contra la mía, y sumergió su boca entre mis labios de una manera tan natural e intensa que sentí que estábamos haciendo el amor. Todo era líquido, todo era suave, tibio, piel y saliva, el olor a pasto de su pelo llenó toda la ciudad de su presencia y solo existía ella metiéndose en mi boca, obligándome a que la coma, que la succione, que me la lleve conmigo. El gusto de la menta de una pastilla que se paseaba por nuestras lenguas me calentó más, el aroma de su piel olor “piel”, de su ropa con tierra, del sudor… Nuestras bocas se desfasaron y sentí el sabor de sus pómulos salados, el de su nuca, y sentí que me bañaba una esponja empapada por el cuello y que volvía por mi mandíbula, y me separó violentamente. El solazo ahorcó mis pupilas. Ella era un demonio de sonrisa histérica, de ojos siempre apretados, era un átomo llena de la energía del universo.
-Ojalá te vaya para el orto…
Y lo dijo como cagándose de risa. Con ese pelo raro, con esa cara desencajada y tan atrapante.
-…y vengas a buscarnos.
(Continuará…)
NdR: Estimados lectores, hasta esta noche 17/01/2012 a las 23:00hs vamos a poder recibir comentarios, luego vamos a hacer unos ajustes a la web hasta nuevo aviso, por lo que todos los comentarios que se hagan posteriores a esta fecha se van a perder. Sepan disculparnos.
También podes leer:
Fue Foul: «Problemas importantes»
El año pasado escribíamos:
Highlander
jajaja tengo el honor de volver a ser el primero en leer. Ahora si te quiero ver… una vez más con dos namis!
Gracias, Bomur! Qué mina rara esta Carmela!!
Jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa me encanto este nuevo personaje!!!!!….se pone buenoooo muy buenooooooo!!!!!….Que lindo es Leerte Marcos!!!!!..
Gracias, Johíta!! Qué bueno que te gustó, mujer!!
Si, señores.. Este capítulo si que me ha gustado. =D
Mirá vos, Carmela.. Quién diría?! General Tomé, el restó…
Que mina extraña, quiero saber ya más de ella.
Gracias, Ivan! Qué suerte que este te gustó!
Un abrazo!
SI, SI, SI!!!!! Al fin!!!! Al chiquitín le volvió el alma al cuerpo!!! Esos son besos!!!!
Señoreas y Señores, a partir de este momento, damos comienzo a la segunda temporada del ganador de «El Culebrón de Oro: Fue Foul(2011)» Nominada por la calidad en la narración, pero galardona por la profundidad y la riqueza en su reflexión….
Felicitaciones Valenciaaaa!!!!!
Saludos, besos y abrazos.-
Gracias, MaryJo!! Sí, me parece que los «problemas importantes» son un sacudón para que caiga hasta el sauco de más arriba.
Gracias, MaryJo!!
buenisimo marco!!! gran capitulo e increible narrativa!!! nos vemos el martes q viene…un abrazo
Gracias, Renzo!!
Expectacularrrr!!! Quien no paso toda esa revolución de… Y ahora que hago!!! empezar a desintoxicarse del pasado, vagar en el espacio quedandose sentado, olvidarse del mundo por un rato… pero, que te rescaten con tremendo beso! Dios!!! no a cualquiera le pasa! y después de eso, que vengan los problemas que quieran jajajaja!!! Es volver a vivir y todo comienza de nuevo!!!
Como siempre Marcos un Gusto leerte, porque no es solo que contás algo, sino, que haces que lo vivamos! Besos!
Leer es vivir varias vidas, Marchu. Me encanta que hayas podido vivir esa sensación. La mirada clavada en el árbol… creo que es un lugar común, un parador al que nadie puede ser indiferente al menos una vez en la vida.
Gracias, Marchu!!
A veces, la indolencia de Marcos me fastidia un poco. Uno no sabe qué huellas dejó en una persona desconocida que besó, hasta me pareció desconsiderado de su parte no invitarle una cerveza después de lo que ella le dijo. Pero así se hace el camino, a ciegas. Este estuvo buenísimo.
Yo creo que los nervios de Marcos cuando le da el beso en el restaurante hacen que realmente ni haya prestado atención a la mujer, más si recordamos que era una orden de una bruja y que él creía que sería un beso para la Tere! Y ella… ¿cómo puede olvidar a un tipo que se levanta lento en un restaurante, le clava un beso, trata de escapar y lo revientan a palos en la entrada?
Gracias por venir, Zippo, y por el comentario!
un par de develaciones y un giro… ¿inesperado?… No importa! igual, me ha atrapado la historia.
Qué bueno, Facsf! Sí, el giro es violento, de los que hay que torcer el mate para que no se vuelque.
¡ESTIMADO! Al fin ya me puse al día con Fue Foul. Tuve que imprimir los últimos capítulos que no pude leer para poder ponerme al día en los momentos de ratos libres (porque uno no esta siempre adelante de la compu vió)
La verdad que fue todo muy loco, de saltar a un encontronazo con la Tere, que fue donde me quede, a conocer a esta Carmela que apareció con la altanería como estandarte. La verdad que sos un Maestro hermano, esos volantazos bruscos que le pegas a la historia que nos dejas a todos estamapados contra la otra orilla de este bondi no tienen nombre.
Veremos como ahora este Marcos nuevo (porque es un Marcos nuevo) se defiende ante esta avasallante mujer.
Un placer gigante leerte, como siempre. Espero que estes de puta madre Marcos. Abrazos varios.
Gracias, Diem! Qué bueno que te pusiste al dia! Sí, este es un Marcos que se quedó sin sus viejas estucturas y sin sus arraigados motivos para seguir adelante. Hasta tenía nuevas rutinas! Veremos si logra ser un nuevo Marcos o se mete en un tironeo por querer que el mundo se adapte a él.
Veo que le respondes a todos los que comentan. Así es lindo comentar, dar un feedback aunque no sirva de nada como este
Segui así !!
Franco, para mí los comentarios son la novela que yo espero. Por suerte ustedes, los que leen, se toman el trabajo de dejar un comentario, porque es una satisfacción enorme. Comentando y contestando se tiene la sensación de que nos conocemos un poco. Y eso está bueno.
Gracias, Franco!
muy buen capitulo, como siempre! me encanta este personaje!
nancy
Gracias, Nancy!! Vamos a ver qué tal es esta Carmela. Carmelita descalza no parece.
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma..??
Este tema me vino al pelo! jaja Vamos a creer Marcos.. al fin y al cabo, yo siempre doy una posibilidad a que pasen cosas buenas.
Tal cual, Rusita. Vamos a creer. A creer que no hay futuro, que el futuro lo hacemos nosotros.
Qué bueno verte por acá, Rusita!!
No le crea nada a la Rusa mi querido Marcos, mire que «es cantora, es embustera, le gusta el juego y el vino, tiene alma de marinero ??
A propósito… siempre leo sus notas. Un abrazo
Que sea cantora y embustera, que le guste el juego y el vino me hace dudar si no seremos parientes. Pero que tenga alma de marinero… waw… Prefiero las marineras. Con queso y tomate.
jajajaja … por eso le digo: desconfíe Valencia, desconfíe
no dejas de sorprenderme sos un capo!! Ya me puse al dia 3 capitulos seguidos! Saludos
Gracias, Distinto!!
no sé si ya lo había comentado por acá, pero una vez alguien me dijo que uno no elige los libros sino que los libros lo eligen a uno. y así es, hace unos meses «Fue Foul» me eligió a mí y en cada capítulo creo que veo algo de mi vida (o será que al fin y al cabo a todos nos pasan cosas parecidas).
y como todo en la vida, algunas cosas más otras gustan menos. pero todas tienen lo suyo. tal vez carmela merezca una oportunidad
Qué comentario! Gracias, Jugando! Yo creo que, en el fondo, las cosas que nos pasan se parecen un poco. Es como las canciones, uno puede escuchar «Daniel» de Elton John y pensar en cualquier Agustina.
jamas lei la descripcion de un beso de esta manera tan lirica, y las personas que no son atractivas a la mayoria del ojo ajeno, besan muy bien…. me han contado. gracias valencia.
Qué bueno, Testeña! Ese beso la pone a Carmela en otro lugar, obviamente. Yo creo que hay pocas personas feas determinantemente. Juan Forn dice en «María Domecq» que hay mujeres que esconden su belleza para una segunda oportunidad. Te pego su párrafo, porque es genial, y vale la pena.
«No hay mujer que no tenga conciencia de su belleza, pero hay algunas pocas, poquísimas, que eligen no ofrecer esa información al público; la conservan para una segunda instancia de intimidad. Son mágicas desde el momento en que dejan de ser invisibles. Hasta entonces parecen hechas para no llamarnos la atención, para que las sorteemos invisiblemente en nuestro camino. Y, de golpe, no podemos parar de mirarlas, no queremos otra cosa que tocarlas, solo nos importa mantenernos a su lado el tiempo que nos sea posible.
Había algo entre ella y la vida que era hipnótico.»
(«María Domecq» – Juan Forn)
Cada mujer es un mundo, Testeña.
Te llevo este parrafo a mi muro, esta muy bueno!
Que buena que estuvo vuestra nota!!….ya me pongo a besuquear a las mozas en la peatonal para ver si pesco alguna!!…
un abrazo
Gracias, Furioso!! Metele en la peatonal! El levante tiene que ser con meta Beso. La cama es el premio evidente de esa conquista. Bah, eso es lo que me parece a mí. Y me encanta que así sea!
MK he vuelto!!!! Como veo que esta volviendo Marquitos a sus andanzas! Que bueno minita nueva! Ya me puse al tanto con las historias pasadas!
Qué bueno verte nuevamente por acá, Celso!! Sí, muñeca nueva. Y me parece que a Marcos le va a dar un par de sopapos…
noooooooooooooo!!!!!!!!!! noooooooooooo!!! para vamos por parte,, la composicion, la redaccion de este capitulo me parecio que fue de los mejores de toda esta novela,, esa mezcla de poesía, analogías y esa jerga criolla toda incorporada en un mismo texto,, pero con criterio, todo con sentido.
En el primer párrafo me preguntaba q carajo hacia marcos,, que garron, lo rajaron al mismo instante en q nos enteramos de que se ganaba la vida en algo.
General Tome?? que es eso un distrito? un pueblo?? bueno al menos sabemos dnd estaba, aunq hubiera estado bueno conservar el misterio, a vos q t encanta dejarnos en vilo todas las semanas.
Esta semana me quedo con «Obviamente Dios se había hartado de mí. Su plan era soltarme la mano y dejarme a la buena de mis quilombos.»
un placer leerte como siempre marquitos,, un saludo enorme!!
Qué lindo mensaje, Flor!! Muchas gracias!! Qué lindo lo que arrancás diciendo. De verdad.
Sobre el trabajo de Marcos, General Tomé, y otros misterios… Lo que no está, es porque no aporta a la historia. De qué laburaba Marcos no hizo falta saberlo, porque lo acaban de echar y si era publicista o mozo, era lo mismo. El pueblo de Carmela, si aparece… por algo será, Flor. Solo queda en el misterio lo que no hace falta saber, o lo que está por venir.
Gracias, Flor!
Hasta el beso dado con el enemigo/a debería encerrar mínimamente alguna de las descripciones de Marquitos, sino carecerá de sentido, incluso restará algún beso se que tenga sumando de los buenos…
todos los besos vividos en tierras lejanas del empape pleno, corren su categoría hacia los despreciados, o lo que es mucho peor, a la de los besos robados…
Cuando contemos los besos dados, solo hablemos de éstos… sino estaremos hablando como ladrones…
Impecable retorno a su cuarto de hora…