Llegan las Pascuas y todos terminamos con sobredosis de chocolate y algunos otros como yo, mutados en choclo norteño de los miles de granos dolorosos que aparecen en nuestros preciosos rostros.
Cuando llega esta fecha en particular, siempre me surge el mismo planteo existencial de todos los años. ¿Que tendrá que ver el chocolate con Jesús, los huevos de Pascuas y el conejito con la canasta en la mano? Nada tiene sentido.
Generalmente son los viejitos los que empiezan con los rituales católicos ridículos unas tres o cuatro semanas antes del domingo de “resurrección”.
Gastan dinero al pedo en pescado, porque si no, Dios se va a enojar. O Jesús, nunca entendí ese quilombo religioso. Lo que si tengo en claro, es que el tipo era manso líder, ayudaba sin esperar nada a cambio, y no se metía en la vida de nadie. Seguramente estuvo de novio con alguna minita judía, y que mantuvo relaciones carnales también. Pero esa parte en el librito sagrado no la cuentan, porque era asqueroso. Como ahora. Miles de años después, sigue siendo pecado algo que es esencial para la vida de una persona. Jesús hizo cochinadas, superenlo.
El niño prodigio se ensució las manos lavando pies ajenos, compartiendo pan duro y un vino que debe haber sido horrible. Lo cagaron azotando, cargando con un pedazo de madera re pesado y sangrando. Medio moribundo y agonizando como un condenado al rayo del sol y todo lleno de clavos, la gente se le burlaba y los romanos le seguían dando dolor hasta que claramente se murió sufriendo. Bah, no se murió del todo en realidad. Supuestamente resucito al tercer día, convirtiéndose así, en el primer zombie de la historia.
Tanta agonía al pedo, para que venga la Teresa Encarnación a levantarle un santuario a un gaucho borracho y quilombero. O en su defecto, a una boluda que le importó tres pedos la salud de su hijo recién nacido, para salir a buscar al marido que no volvía, atravesando medio desierto. Se murió por supuesto, y la criatura se salvó de pedo.
Cada página de la Biblia escrita en vano, cada vez que un Papa se viste con prendas llenas de oro, y zapatos de diseñador. Ridículo.
Me dan ganas de tener una charla con Jesús, buscando las respuestas a todas estas cuestiones.El porque el ser humano, aún habiéndole dejado las instrucciones bien claras de como seguir el legado, hizo las cosas tan para el culo.
No creo que sea un acto de herejía, comerte unas hamburguesas que hizo tu vieja el viernes santo, porque no le alcanzó para comprar la merluza que el pescadero canchero aumentó el doble, porque es pecado no consumirlo ese día.
Dejémonos de joder con las costumbres de antaño y logremos comprender que lo mas sano para la humanidad, es que seas buena gente, no que llores y escuches música sacra cuatro días seguidos.
Con todo esto quiero decir, que si crees que ayunar y no comer carne te hace bien, hacelo. Pero después no te burles del vecino porque es afeminado, no trates de puta a la chica que se quedó embarazada a los catorce años, ni trates de tránsfuga al tipo que se compró una camioneta cero kilómetro porque te mata la envidia.
Córrete y hacé tu vida. O en su defecto, rezate veinte rosarios completos. Vas a cambiar el mundo sentado en tu sillón, contando pelotitas y repitiendo como robot un montón de oraciones con los ojos cerrados.
Yo, mientras tanto, voy a comer cinco kilos de chocolate con mi hijo, mientras le enseño que el verdadero sacrilegio, es gastar guita en un asado y no comerse hasta la parrilla.