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Querendón

Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia.
Henry Miller

Quiero cambiar al mundo.

Quiero que el mundo no me cambie.

Quiero que el amor sea verdadero y no un vidrio enterrado en la arena.

Quiero que la libertad no sea en gotas o comprimidos.

Quiero que el sol brille, ni tan poco ni tan mucho.

Quiero una tortita raspada con manteca y azúcar.

Quiero que el piso no este frío cuando voy al baño en la mitad de la noche.

Quiero que entre por la ventana un poco de paz.

Quiero que vuelvan los fósforos de cera, y que cuando los encienda estallen en minúsculas explosiones termonucleares.

Quiero una rebelión pacífica, de esas que dicen no ante las injusticias; que sea un no calmo pero seguro. Una rebelión calma pero segura.

Quiero que tus manos vuelvan y que esta vez no tengan escamas de serpiente.

Quiero tener alas y paracaídas.

Quiero un lanzallamas para quemar los insomnios.

Quiero a mi bandera, planchadita.

Quiero que los niños sonrían desde el primer momento, y lo sigan haciendo a medida que crezcan hasta hacerse luz y empiecen nuevamente a sonreír.

Quiero jugar al billar usando de bolas a Neptuno, Saturno y Júpiter. Nunca jugué al billar.

Quiero tener un cronovisor para fotografiar el pasado y una Hasselblad porque me gustan.

Quiero esconderme…Paloma, paloma, el que no se escondió se embroma, la culpa no la tengo yo.

Quiero ver un recital de Led Zeppelin en vivo y que Bonzo me regale las baquetas.

Quiero que la montaña venga hacia mí, me da pereza ir hacia ella.

Quiero un mundo de sensaciones, un mundo de vibraciones que te pueda regalar.

Quiero una flor amarilla, que sea muda, ciega y sorda; que sea sólo una flor.

Quiero navegar por ese río pequeño que desemboca en el Mar Caribe, cerca de Jaqué; y que la selva y los mosquitos me hablen y entonces pagarles un tributo con mi transpiración y mi sangre.

Quiero una nueva oportunidad y que vuelvan todas las oportunidades que dejé pasar.

Quiero que las cartas del Tarot sean benévolas y parciales, que las monedas del I Ching terminen en Cielo sobre Cielo y que los sueños premonitorios sean en colores.

Quiero que la angustia no sea azul.

Quiero trabajar de reflectorista en Saló de Pasolini.

Quiero usar alpargatas todo el año.

Quiero un submarino amarillo.

Quiero ser un súper héroe y salvar al mundo de tus garras, malvado villano que estás leyendo.

Quiero despertar.

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