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Vivir de un sueño

Anoche nos fuimos de juerga con el Ángel Gris. Entre copetín y copetín la charla devengó en delires, risas, banquineos y despistes, pero entre tanto palabrerío de borracho amiguero quedaron un par de cosas pulenta y, personalmente me quedó un hormigueo cosquilloso en la cabeza.

Como habrán podido percibir nuestros más fieles seguidores, de esta reunión pagana surgió la idea de armar la fiesta de los famosos mendocinos, o sea, la “Fiesta Mendolotuda”. Primero de los despistes que ya va a encarrilarse en algo cierto, lo cual vamos a festejar de lo lindo.

Por otro lado Ángel nos contó de Orsay, la revista de Hernán Casciari, la cual nación de un blog, que luego terminó siendo la obra “Más respeto que soy tu madre” y ahora es una revista zarpada. Lo lindo de la revista es que los tipos la hacen como se les da los huevos, sale completamente de lo convencional y su slogan es “nadie en el medio”, o sea, no tienen intermediarios, no dependen de que los auspiciantes paguen, de que los escritores escriban o de que algún ente los subsidie. O sea, el sueño del escritor.

Y me quedé pensando en eso toda la noche. Flashando con la idea de poder vivir realmente de lo que te gusta hacer. ¿Sabían que solo el 1% de la gente trabaja de lo que realmente ama, de lo que realmente le apasiona? No quiere decir que no exista gran porcentaje de gente que trabaje de algo que le gusta, pero si hablamos de pasiones o hobbys solo el 1% cumple. A modo de ejemplo les pongo el de un contador que amaba su profesión, entonces le preguntan que era lo que hacía en su tiempo libre, cual era su pasatiempo favorito. El tipo contesta que le apasionaban los jardines de su casa, mantener el pasto, podar flores, darle forma al ligustrin, regar, etc. Entonces le preguntan que haría si ganase exactamente lo mismo que ganaba como contador pero dedicándose a la jardinería. El contador dijo que cerraría su estudio para siempre. O sea, le gustaba lo que hacía, pero no pertenecía al 1% ¿entienden?

Como algunos saben (y pocos creen) los que hacemos este “coso” trabajamos en lugares de verdad, porque como todos tenemos que llegar a fin de mes. Somos personas más o menos serias que más o menos trabajan bien. Conep y yo somos profesionales con título de grado, y nuestras profesiones reales no tienen ningún grado de igualdad con lo que hacemos acá. No somos del agrado de nuestros colegas tampoco, ni les agrada lo que hacemos.

Nuestras profesiones nos gustan, pero esto que hacemos nos apasiona. Escribir lo que escribimos nos fascina, lo hacemos sin pensar, nos sale solo porque lo llevamos en la sangre, con todo el huevo del mundo, con amor y dedicación. Nos preguntan si somos periodistas, si somos comunicadores sociales o estudiantes de letras, lengua, etc. Y se sorprenden cuando les decimos que no, mucho más se sorprenden cuando conocen nuestra verdadera profesión. Pero creemos que contamos con el valioso don de poder transmitir por palabras lo que nuestras cabezas generan en ideas. Y esto no se aprende en ninguna facultad. Escribir puede escribir cualquiera, más bonito, menos bonito, más rebuscado, más sencillo. Pero transmitir lo que se quiere, de la manera que se quiere y que lo puedan entender desde los versados hasta los simples mortales, no se puede hacer si no se lo lleva en la sangre. Muchas veces nos lamentamos no poder dedicarle todo el día a El Mendolotudo, sería lo mejor que nos pasó en la vida. Todo cuesta en esta vida y mucho más en Mendoza.

Y así pasan los días, las semanas. Nos hacemos “ochos” para poder subir notas frecuentemente, nos arriesgamos a que nos rajen del laburo, nos volvemos locos pensando en como hacer cosas que entretengan, flashamos con como ganar un mango digno con esto o poder vivir de lo que nos gusta hacer y creemos que ahí esta el gran secreto. Es solamente el 1%, el bendito 1% el que logra la felicidad de poder vivir dignamente haciendo lo que cree que ha nacido para hacer. Y es un número chiquito porque sino la vida sería una paja. Pero no es fácil llegar a estar en este porcentaje, para nada fácil. El secreto está en no dejarlo de intentar jamás, en ponerle el huevo posible, dentro de lo difícil que es hacer algo “ad honorem” o “de honda” o “por hobby” cuando te insume tiempo, tiempo que dejas de trabajar en lo que te da de morfar.

Muchos nos dicen que «aprovechemos el momento en el que estamos» que «no se nos pase el tren» que «ahora que los leen todos», pero sinceramente nos chupa un huevo. No venimos haciendo esto hace dos días, no lo hacemos por ser famosos o que nos lean más o menos personas, lo hacemos porque amamos hacerlo. No nos importa si pasa de moda la reina hot y nadie más entra a la página, no queremos que nos lean porque estamos «de moda». Hace un año que hacemos el Mendo, pero toda una vida que escribimos. Antes en foros y blogs, ahora en nuestra propia web, pero no es algo momentaneo para nosotros. Sinceramente, preferimos un par de lectores que lean todo lo que escribimos, se sientan identificados (o no), les dejemos una sonrisa o una duda o una sesión de catarsis (o algo), a cientos de miles que entren a ver un culo, una puteada, un chistecito y no entren más. No somos moda ni queremos serlo, no estamos de moda, no nos interesa la moda. Si las cosas se tienen que dar, pues que se den por el tiempo y las ganas que invertimos en esto, no por una novedad o noticia interesante. Y si no se dan así, sustentables en el tiempo, no nos interesa, no queremos que esto se transforme en un laburo convencional, atado a responsabilidades y presiones. Sino, seguiríamos haciendo lo que hacemos de veras «piolín en bolsa» y punto.

Y hacer esto nos encanta y vamos a hacer lo posible por estar en el 1% y si seguimos siendo parte del 99% lo vamos a seguir haciendo hasta que nos pongamos viejos y chotos y no tengamos más chistes ni críticas para contarles, o hasta que nos gobiernen dignamente, o hasta que nos aburramos de escribir. Cosas que dudamos seriamente que alguna vez pasen.

Por suerte.

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