Bien, eso piensa mi jefe Bomur que sería un excelente tópico para mí. Yo me pregunté: ¿este hombre me conoce? Sí, me respondí; después de 2 años de leer atentamente cada una de mis notas, ya debe saber cómo pienso. Es una joda, claramente, me dije entonces.
¿Es una joda? ¿O es la realidad? Estuve pensándolo un buen rato. Estuve todo un día pensando y pensando si eso es lo que nos pasa a las mujeres cuando llegamos a los treinta, qué es lo que más queremos en la vida.
Y me di cuenta que tenía razón Bomur. ¡Qué más quiere una mujer en la plenitud de su vida, de su sexualidad, de su esplendor femenino, que casarse! Aunque lo neguemos, aunque nos distraigamos con otras pequeñeces tales como amigas, deportes, carreras, intereses políticos, ecologistas, económicos u otros; toda mujer siente el llamado compulsivo a la felicidad; a la maravillosa experiencia que es compartir (o mejor dicho, supeditar) su vida.
Comencemos por el principio del sueño dorado de toda mujer (que se convierte en desesperación al llegar a los treinta): la del Casamiento. Una noche para la que invertiste años de ahorro o de deuda hacia adelante, según el caso, con el que bien podrías comprarte manso auto o un terreno… además de invertirle horas y horas pensando en cada detalle, escuchando a todas las que se casaron y a todas las que están en la misma que vos, tratando de estirar el presupuesto como un chicle y declinando el fiestón del siglo XXI por una fiestita sencilla, que por lo menos se vea bien en las fotos. Que si invitás, que si no, que los regalos, que la luna de miel. Todo con un esfuerzo sobrehumano haciendo huecos entre tu hora de almuerzo y sacrificando la siesta o la ida al club, mientras el nabo de tu futuro marido te escucha con indiferencia como si le diera lo mismo, y después cuando a está todo cerrado y decidido descubre que no está de acuerdo. O los precios le parecen una bestialidad, o el DJ un boludo; o su amigo de la infancia que está desocupado y consigue una cámara prestada de alguien les cobra 100 pesos menos. En fin. Todo para que la noche en cuestión se ate un pedo como nunca se lo viste, quede tirado en un sillón inconciente para escándalo de toda tu familia que se pregunta si hiciste bien en casarte con ese alcohólico. Después toda la “noche de bodas” en el hotel escuchando a ver si respira, o peor, sobándole la espalda, o peor que peor, en la guardia de un hospital. ¿Quién se quiere perder esa noche?
Luego viene la mejor parte: vos, que en tu casa no hacías nada; más que alguna vez lavar los platos o colgar la ropa, de repente no sólo tenés que ocuparte de tus cosas y de toda una casa, sino también de las de tu flamante marido. Que nunca aprendió a lavar su propio calzoncillo, nunca cortó el pasto de un jardín, no sabe cómo prender el lavarropas ni puede barrer en forma decente ninguna superficie. Que se pierde ante el más mínimo trámite entre el banco y la Casa de Gobierno, nunca recuerda un vencimiento, ni siquiera el de su propio celular; no sabe ir al súper sin gastarse la mitad de sueldo en vino y jamón crudo, compra cera para pisos pensando que es lustramuebles y trae vinagre de alcohol para la ensalada. Porque ellos tampoco aprendieron a hacer nada en su casa, pero la diferencia radica en que ellos tienen una mujer al lado que les va a solucionar todo, o casi todo.
Además de no aportar conocimientos domésticos, ni de plomería, ni de albañilería, ni de instalación eléctrica o de gas, ni de jardinería, ni de administrar un presupuesto, el flamante marido al poco tiempo de convivencia comienza a sentirse descuidado, ya que la mujer puede seguir haciendo su vida, con sus amigas, su trabajo o su estudio, en fin, que pasa todo el tiempo fuera. Y como todo hombre sabe desde que nace y toma la teta por primera vez, la mejor manera de tener a su mujer en casa es darle un par de hijos. Así que ahora, además de vivir en las nubes con el marido perfecto, adquirimos bebés preciosos que acortan el presupuesto y lloran toda la noche, y toman la teta cada 3 horas religiosamente. Igual, Dios los hizo tan hermosos para que los amemos incondicionalmente, y son una bendición para cualquiera. La mujer cada vez está más entretenida con sus obligaciones, y el muchacho que elegimos para casarnos comienza a sentirse ahogado al llegar a la casa y encontrar 2 niños berreando y pisando todo tipo de juguetes y baba. Su señora sólo habla de chupetes y raspones, ¡qué lejos estamos de aquellos años donde todo era huevear y tomar cerveza! ¡Yo me voy con lo´vago´!
Y así, el sueño de toda mujer, de estar todo el día en casa sola, con sólo dos bebés balbuceantes para charlar, de lavar 28 millones de veces el mismo plato y levantar del piso por billonésima vez las medias sucias de su príncipe azul, de intentar dormir entre tos de bebé y ronquidos guturales; de recordar cuántas fetas de queso quedan en la heladera, de compartir la cama con un gordo pelado que cada vez nos da menos y sin embargo mira a los gatos de la tele como si fuera capaz de darlo todo (sí, sexualmente hablando), de compartir la cena con un ente que sólo se interesa en ver en la tele por quinta vez el gol que vio en vivo en la cancha y que apenas termina se levanta y se va a la juntada de póquer, de compartir fiestas y reuniones con un Barney que se va derechito a la barra y nos deja planchando sentadas toda la noche, o peor, con alguien que no va a fiestas; de intentar interesar al bagre con camiseta en los problemas de sus hijos, de esperar a las 4 de la mañana a que llegue el cara de piedra y encima se sienta ofendido si le preguntamos dónde mierda estuvo. El sueño de disimular que no quiere a ninguna de nuestras amigas ni a nadie de nuestra familia, de soportar escenas de celos estúpidas y arranques de furia más estúpidos aún, de escuchar las pelotudeces que habla y que no escuche nada de lo que decimos, de fingir que la pasamos bien en la cama después de 15 años de estar con el mismo corto repertorio (cada vez más acotado), de reprimir nuestros sueños más profundos de unas vacaciones en el caribe con un hombre potente, tierno y considerado, de recibir una plancha para el día de la madre y un juego de cacerolas para el día de la mujer; en síntesis, el sueño de toda mujer de ser empleada doméstica y soporte emocional de un hombre promedio; ¡por fin es realidad!
Después de leer todo esto, un hombre como Bomur pensaría: igual las mujeres se siguen casando así que tan mal no la deben pasar. Bien, es cierto, las mujeres se siguen casando. Pero no por estar casada y ser una housewife (el término en inglés lo describe muy bien); sino por alguno de estos tres motivos:
1) Amor. Sí, el amor vuelve a la mujer estúpida (desde el punto de vista práctico) y deseosa de crecer como persona (desde el punto de vista espiritual) y es capaz de someterse a semejante sacrificio por amor. Pero no vamos a adentrarnos en una forma de sentimiento tan ajena a la mayoría del sexo opuesto.
2) Hijos. Sí, los hijos son una experiencia única, maravillosa y milagrosa. Y para tener hijos hace falta un hombre, desgraciadamente (si es posible, antes de los 30).
3) Trabajo. Muchas mujeres deciden no trabajar, y dejar que alguien las mantenga. Para eso hace falta un hombre. Y cómo no le va a bancar todo… mientras la provea de lo necesario.
Bien, jefecito querido, espero que su duda existencial sobre por qué las mujeres quieren un marido se haya subsanado. En todo caso, le dejo una síntesis: Las mujeres en nuestro sano juicio NO QUEREMOS un marido, en todo caso queremos un padre para los nenes, un casamiento, un apellido de casada, un segundo sueldo, un nicho doble, una pareja para las fiestas, vaya a saber qué. Deje de sentirse que le hace un favor a su señora por haber nacido, más bien, alégrese de que el amor la haya privado del sentido común temporariamente.
¡Ojo! Disfruto mucho de la compañía de los hombres como amigos, amantes, familiares, compañeros de trabajo… son divertidos, ocurrentes, payasos, siempre planean formas disparatadas de hacerse millonarios. Los adoro. Pero de ahí a querer tener uno de marido…
Fuente de la imagen:
zankyou.es
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El año pasado escribíamos:
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jajajaajajaj… sabía que metía el dedo en la llaga…
Es buen punto de vista desde donde lo expones vos, aunque tampoco creo que la cuarentona solterona, con kilos de reboque y mechas teñidas bailando en un boliche para hacerse la moderna, llegando a su casa escaviada como quinceañera a las cuatro de la mañana, haciendo deporte con viejos gatos y gatos viejos, yendo al cine sola y de viajes con lesbianas, este muuuuuy copado.
La repulsión que te causa una mujer así es la misma que a mí me da ver los cuarentones ebrios con una camisa chupina, con un fernet en la mano y la mitad del pelo en la cabeza tapando la mitad que le falta, haciéndose los langas con chicas de 25… me dan vergüenza ajena y asco,
pero como vos opinarás que esos tipos deben tener sus ventajas por estar solos y que nadie les hinche las bolas, acostándose con chicas diferentes cada vez… yo opino que las mujeres solteras tienen todo el derecho a salir y divertirse.
¿Al cine solas? Por favor, para que a un marido se le caiga una invitación al cine… La diferencia es que la soltera fue al cine aunque sea sola. La casada hace 10 millones de años que no va al cine.
¿Viajes con lesbianas? Está bien si vos pensás que 2 mujeres solteras de más de 30 años juntas son trolas. Es como cuando los gastamos a vos y a Conep. Es un prejuicio tuyo. Y si van al Caribe a bajarle la caña a 20 negros musculosos, yo creo que se merecen una ovación de pie. Y si realmente son lesbianas: ¿para qué se van a casar?
Y lo de hacer deporte, no entendí qué quisiste decir.
UUUUUUUUUUHHHHHHHHHHHHHH (va con la h al final, porque es un golpe de knock out)
Para mi esos viejos no tienen ventajas. No si lo equilibras con un viejo de su misma edad en una familia normal.
Te doy la otra cara de la típica mujer solterona, para que veas que no es copado tampoco quedarse sola.
Mirá conozco muchas mujeres solteras de 40 o 50 y ninguna calza con esa imagen. Además, ¿quién dijo que estar soltera es lo mismo que estar sola? No tener marido es una cosa, no tener macho es otra.
sos una genia, te aplaudo, muy buena nota. Tengo 32 años y estoy sola, sin hijos, tengo mi título y trabajo de ello muy bien y no me hace falta un gil q me venga a alegrar. Todos me dicen q para cuando, para cuando, pero realmente les molesta a ellos q esté sola, no a mí y la paso muy bien y por si alguien piensa q es porq soy un cuco, no es así. La verdad q voy a seguir así sin sentir culpa por lo q me digan los demás casados q no quieren ser sólo ellos los q la padecen.
jajajaja… por favor, espero una contraparte desde el punto de vista masculino… jajajajaja
muy buena nota!!
Estimada Doctora: lamento haber leído tanto sufrimiento y desesperación suyo en esta nota.
Le informo que Ud no tocó el tema de la mina que se rasca el ombligo todo el día y se preocupa solo de que su culo no crezca mucho..pues la próxima bombacha que se debería comprar sería una carpa de circo.
No tododos los hombres son gordos y pelados, lo que hace que su percepción del matrimonio sea solo utopica.
También el modelo masculino que ud plantea es algo feminista..y me hace pensar que Ud padeció algún problema familiar con personas de esas características.
Por último..al haber leído esta nota…ahora entiendo porqué sos solterona con 30 años.
Un besito
huuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!
Esa era mi intención! que entiendan por qué una es soltera…mientras pueda.
No digo que los hombres tengan todos esos errores, por supuesto. Pero uno que otro seguro tienen aunque no lo quieran reconocer. Las mujeres tenemos nuestras cosas también, pero no me corresponde a mí señalarlas.
Por último, si pensás que me molesta en algo que me digas «solterona»… no entendiste nada! ja ja ja
Estimada no es mi intención molestarla..solo es una humilde opinión mía.
Saluditos
ja! que suerte tiene mi mujer entonces! se cocinar, se lavar, atender niños (auque a esta altura de mi vida, ya los quiero lejos) soy plomero, gasista y electricista, me doy maña en el súper y como si todo esto fuera poco, tengo todos mis pelos en su lugar…
Muy bien! Esos son machos carajo!
Pero sigue llegando a altas horas de la madrugada… 😀
bueno… pero tampoco podés querer TODAS!
je je je ej
DO-MI-NA-DO
bueno esta bien…no te lo presento nada jajaja pero igual tendrias q aunq sea haberlo mirado!!!
Ah, viste? justo hablando de viejos que se hacen los langas!!! je je je je
Hay que cojer porque el mundo se acaba…
Otra razón para no casarse!!!
¿No ha probado, querida doctora, el meterse con una de su mismo sexo? Quizás le termine gustando más que estar con una bestia peluda, como lo somos nosotros.
Ja ja ja ja no salte como macho herido que la cosa no es con Usted!!
Aunque si se ha sentido tocado en lo más mínimo… su novia me lo va a agradecer algún día, muy en lo profundo de su corazón.
Querida doctora esto que has escrito es extremadamente feminista yo creo que el matrimonio es una carga que ambos sexos deben soportar o te crees que es lindo para el hombre levantarse todos los dias a las 6 y media e ir a trabajar, para mantener a una esposa que le gasta la mita del sueldo en perfumes, shampoo pantene y cremitas, que mete la excusa de saber ir al super para comporar cuanta pelotudes se le canta! Llega cansado a las 10 de la noche y no tiene ganas de pensar y la mina se pone celosa porque el desubicado ve tinelli! Encima ella despues quiere sexo adolescente desenfrenado y el lo unico que quiere es descansar un poco para volver a hacerr lo mismo dia tras dia! El domingo el unico dia libre para colmo quiere que sea plomero gasista y carpintero… Mujeres no rompan las pelotas que ser marido tambien es una mierda y nos la bancamos porque nos sobran los huevos! Touche!
La felicidad es verdadera solo cuando es compartida…
Saludos estimada!
ja ja ja ja por fin una respuesta como la gente!!!
Aunque según el Chori Peña usted debería entonces ser puto!
Grande Emilsenger!
Si no rompiera las bolas… qué sentido tendría?
Cuando una mina se casa y le sobra algo de plata lo primero q piensa es en cambiar algo en la casa… (deja de pensar en cremitas y todo eso, a menos q sean las indispensables en higiene) Todos a las 10 de la noche estamos cansados… ustedes no tienen q limpiar su mugre, nuestra mugre tooooooooodos los dias, al principio es lindo, pero con el tiempo es desagradable. Obvio q nos molesta, somos celosas x qe los amamos como estuuuuupidas. A ver, «el sexo no se le niega a nadie»… y esta frase se las saque a los hombres, todos tenemos dias pesados. Un plomero, gasista, carpintero, etc, siempre tiene su recompensa. Como es en mi caso, yo no rompo las pelotas… pero es una nota en la cual me siento identificada. me gustaria saber q pasaría si los hombres y mujeres cambiáramos roles, eso estaría interesante.
creo que esta nota es un rejunte de resentimientos y exageración de ambas partes.. les tengo una solución re contra innovadora… NO SE CASEN CON UN/A PELOTUD@!!!!!!
Eso estaría bueno!!!
O mejor: no se casen! Novios for ever! que la reme toda la vida!
todo muy lindo peeeero todo eso era antes… las minas de ahora no lo pintan tan asi, a la media de cambio de todas las cosas que dijiste lo echan a la mierda, por algo no superan los 5 años de casado y hay tantos divorcios… aparte pareces lebiana antihombres Dr!!…
Es cierto, ahora no los bancamos. Por eso hay tanta divorciada o separada… No digo yo!!! Es muy difícil estar casada, hay que bancar mucho.
Y estaría bueno ser lesbiana, yo tendría una esposa que me cuidara la casa… Pero estas notitas que tanto les repelen no existirían, ya que los hombres me importarían un huevo!
es imposible creerle que no está o estubo casada dra., la descripción del matrimonio que ha hecho es exacta!
me parece que hay gato encerrado, mmmm
je je je je no me he casado, pero he convivido… y además soy muy observadora 😀
Cada vez que leo a la Dra, tengo una débil y lejana sensación de sentirme miserable. Pero luego recuerdo lo logrado, los madrugones, el aguante, la templanza, el estado de ánimo equilibrado, la fuerza, la caballerosidad; todo eso vertido en mi matrimonio, y me vuelvo a sentir bien.
Ji ji ji ji el aguante sobretodo!!!
Vamos Zippo que queda mucho tiempo todavía!
la tolerancia, el saber compartir, la contención, cuidar el crecimiento mutuo y por sobre todo mucho huevo y compromiso en el proyecto común son alguna de las características que tiene estar casado/a
por esto elegir la persona correcta, desear casarse, y luego poder vivir en pareja para formar una familia son señales del paso de la adolescencia a la madurez, tranquila, ya llegara tu tiempo
excelente nota
Compartir y tolerar son excelentes… Eso es lo que se hace además de lo doméstico! Pero a veces son demasiadas cosas juntas, para una sola mujercita. No me va a entender porque los hombres a veces piensan que las mujeres venimos con un chip incorporado y no se dan cuenta qe es un esfuerzo.
Gracias por tu cmentario conciliador!!!
Saludos.
casi me salen las lágrimas.. pero es la verdad, me siento identificada totalmente. Excelente nota, una de las mejores del Mendo 😉 sos una grosaaa! sabelo
Mil gracias Maggie!!!
Me das ánimos de seguir hablando de estos temas… a ver si les entran balas alguna vez!