/Dicen que soy aburrido…

Dicen que soy aburrido…

–         Perdoname mi amor, se que te embola, pero el Viernes 10, la Laura festeja los cuarenta, quiero que vayamos, hacé un esfuercito, dale, es fiesta de disfraces pero podemos ir así nomás y volver temprano. Si?.

Era mediados de Noviembre el 10 de Diciembre parecía lejísimos, además en ese momento estaba por matar al reapper, llevaba casi una hora peleando con demonios en la Torre de los Demonios del Metin2  y estaba mas concentrado en eso que en  cumpleaños de cuarentonas y farfullé un ok.

Maldita la hora. Odio las fiestas, nunca en mi puta vida voy a casamientos ni cosas de esas, si por alguna razón como ésta, un ok distraído, me toca ir, no bailo ni con una orden de un juez, no tomo alcohol y pongo trompa para ir preparando el terreno de la batalla que comenzará cuando diga: “¿Nos vamos en un ratito?”, todo lo que viene lo se de memoria, “Para amargado”, “Recién son las doce y media”, “Quedémonos un rato mas porfi”, “Nunca me veo con las chicas de la secundaria, primaria, facu, trabajo, gimnasio, etc. etc.”. Cada media hora, si se puede veinte minutos vuelvo a la carga, sabiendo lo que me dirán, pero sabiendo también que cada vez, estoy a una menos a que bufe y diga, “Ta bien, vamos”.

El día 10 de Diciembre inexorablemente se iba acercando, ella buscaba que ponerse, ni osó sugerir un disfraz y gracias a Dios, tampoco se disfrazó, se compro un antifaz con manijita en un cotillón y nada mas.

Durante días putee a los que cumplen años y quieren que uno vaya, a los que organizan fiestas de disfraces, a los que se disfrazan, a los disck jokey, al carnaval carioca y a todos los ritos despreciables que sabía tendría que vivir en días.

Un par de días antes del dia D, llamo la Laura, antes de pedirme con su amiga, me preguntó: – “¿De que te vas a disfrazar?”. – “De gordo cagado de onda”, contesté y pasé el teléfono.

Ese día me puse mi pilchita dominguera, mi chomba nueva, zapatillas limpias y jean planchado y partimos, al llegar a la casa de la Laura, mientras estacionábamos veo un sr. Que se bajaba de un Vento, con un sombrero  raro con plumas, un parche en el ojo y tratando de ajustarse un garfio trucho en la mano izquierda, reía como un oligofrénico por eso, y la mujer, con una bikini brillante y unas monedas colgando y velo, creyéndose odalisca o algo parecido le festejaba la risa. “Ay Dios mío” me oí decir y me oyó la bruja que solucionó todo con un “No empieces”.

Adentro de la casa había un Juez conocido transformado en Darth Vader, estaba bueno ver como se chorreaba con vino cuando quería tomar por debajo de la máscara, una dermatóloga que conocí una vez que me saco unos lunares de carne, disfrazada de bebota con un chupete enorme que insistía en meterse a la boca, ésa me hacía reflexionar en las carencias sexuales que tendría, en las angustias orales y boludeces por el estilo, un Buzz Layer que gritaba “Al infinito y mas allá” y tomaba champagne, mas tomaba, mas gritaba, una gorda disfrazada de Maradona versión España 82, con una peluca fea y la camiseta de la selección dos talles menores, un gaucho, una gatubela que estaba fuertísima y lo sabía, un Gene Simmons, todos y cada uno colaboraban para que afirme mi teoría ésa de que la humanidad ha durado demasiado. Yo seguía sentado en una silla de jardín, mirando sorprendido a esos Sres. y Sras., ahora transformados en trencito, agitando matracas y dando grititos con los que pretendías hacerme creer que eran felices.

A eso de la una en una de mis embestidas antes explicadas, ya vi que la oposición no era tan férrea, se ve que a la bruja tampoco le gusta mucho “el ser humano transformado en trencito” (Casciari dixit), redoblé la apuesta prometí un helado de Perín de torroncino y frutilla a la crema, para comer en la cama y logré el ansiado “ta bien, vamos”.

Esquivamos al dentista con disfraz de Drácula, a la gordita de charlestón que cree ser mas tetona que gorda y es al revés y ganamos la puerta casi sin que nadie lo note y con seguridad sin que nadie nos extrañe.

Luego ya en casa, sin música fuerte ni boludos creyéndose vivos, reflexionaba sobre esto.

Los aburridos son ellos, yo soy un tipo muy divertido y con toda la onda, no necesito mas que una buena peli, un vaso de whisky, un jueguito en la compu o un buen libro, una charla con mi Sra, un café con amigos, un buen partido en la tele, un almuerzo con mi vieja, ella y yo solos, y no mucho mas, con eso me divierto como un chancho, río, festejo y me siento feliz de estar vivo, solo con eso, no necesito disfraces, ni alcohol, ni cuete, ni trencito, ni música berreta a todo volumen, quienes se divierte un par de veces al año porque consiguen que los inviten a un casamiento o un cumpleaños con todo eso, son muy aburridos, no tengo la menor duda.

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