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Hinchadas de fútbol mendocino – Parte 1

En Mendoza existe una infinidad de especímenes altamente extraños en todo su ser, y en ese ecosistema, sin lugar a dudas están los hinchas del fútbol local.

A través de unas pequeñas pero significativas características, vamos a conocer todas y cada una de ellas.

En esta primer entrega hondaremos por zonas como Godoy Cruz y el parque.

Los Tombinolotudos

El Tombilotudo según varias hinchadas, principalmente sus archirrivales los Leprolotudos, (más abajo hablaremos de ellos) se convirtieron en una moda en el momento que el equipo ascendió a la primera división del fútbol argentino. Pero su mayor argumento frente a estas falasias (según ellos) es que mientras los Leprolotudos recorren el país en canchas de mala muerte, los Tombinolotudos visitan vestuarios como los de Boca, River o Independiente.

Otra característica de esta hinchada es que posee un sector de fanáticos prestados, que aprovechan la visita de equipos grandes para ir a verlos a la cancha.

A pesar de que hay hinchas de avanzada edad, la gran mayoría el grueso deTombilotudos son púberes entre 15 y 20 años, que ansiados en una búsqueda de algún referente importante en su etapa de madurez, eligieron al equipo mendocino que participa de la Copa Santander Libertadores.

Los hinchas Tombinolotudos tienen que lidiar con hacer de un estadio provincial como si fuera su propio estadio, por ende concluimos que también poseen una cancha prestada. Esto puede ser beneficioso ya que ellos cuentan con comodidades que otros no, pero esto se ve perjudicado a la hora de partidos con poca transcendencia en las que se pueden observar más banderas que hinchas.

El Leprolotudo

El Leprolotudo es una especie de “mal bicho” ya que no existe un término medio respecto a los sentimientos hacia ellos. O sos anti-Leprolotudo o pro-Leprolotudo.

Los objetivos del Leprolotudo siempre cambia a medida que se sucede el campeonato. Comienzan con la ilusión de pelear arriba por es tan glorioso ascenso, y terminan peleando, pero por no descender.

Algunos Leprolotudos son más fanáticos de su presidente que del propio club. Siempre saben y se ilusionan él es capaz de cerrar la incorporación de algún futbolista en decadencia para que  darle un poco más de prestigio al club, y ahí es cuando comienzan a aparecer en las tribunas remeras con la cara de esa estrellita cuasi apagada.

Los Leprolotudos cuentan con un sector de hinchas denominados “aves carroñeras” que aprovechan la salida del partido para bajar caminando por plena calle Arístides arrasando con todo lo que tienen a su paso. Desde propinas dejadas en mesa hasta papas fritas frías.

Según cuenta la historia,  sus archirrivales son los Lobolotudos, aunque hace años que no los ven ni en el diario.

El Lobolotudo

Se puede decir que la hinchada de los Lobolotudos no hacen espacio a personas depresivas, ya que con la realidad que viven a diario, hay que tener un estado anímico impecable para no intentar cortarse las venas.  Entre descensos, viajes frustrados e inminentes remates de inmuebles, llevan orgullosos la casaca albinegra.

Sus 33 integrantes poseen una fortaleza de oro. Habitualmente son foco de gastadas propiciadas por el 99% de las otras hinchadas mendocinas.

Pero si hay algo por lo que darían la vida es por su jugador más emblemático y reconocido del fútbol mendocino: “El Legrotaglie”.

Viven disputando la escritura del parque General San Martín con sus archirrivales (los Leprolotudos) asegurando que por su antigüedad les corresponden a ellos. 

Próximamente hablaremos de los Globolotudos, Maipulotudos, y Chacarerolotudos.

Escrito por Niño Cabeza de Balón para la sección:

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