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Mis Putas Muertas: prólogo de una nueva historia

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En una ciudad cualquiera (como ésta) viven una serie de mujeres (por así llamarlas) de vida licenciosa. No las veras como a  cualquier tipo de mujeres, son de esas que podrían volarte la cabeza, o la billetera, de esas que te mueres por tener en tu cama, pero con el tiempo no sabrás como matar la obsesión. Esas mujeres que con solo mirarte te mojarán hasta los más profundos sueños.

Son sigilosas, sensuales, misteriosas, perversamente majestuosas. Son  la dama perfecta en el salón de fiesta y una loba encelo entre las sabanas; la peor enemiga para cualquier fémina.

A través de nuestros encuentros  conocerás a cada una de ellas, sus historias, sus lugares de encuentro, las historias más sensuales y sexuales protagonizadas por estas diez mujeres; donde estarán involucradas muchas personas, quizás (vos) seas una de ellas.

Mi nombre es Charo y soy la madame de este burdel, la tan ansiada e insaciable amante del general, un hombre que aun siendo adolescente me deja sedienta de sexo y lujuria. Mi historia no es tan imprescindible de contar, solo les murmurare mi tan apreciado secreto. Entre las sabanas de mis inicios solo un hombre penetro mis sueños y fue él (su nombre será reservado, no así mi intimidad) fueron muchos los que alisaron sus pieles entre mis sabanas. El resultado final es casi sabido, sin lograr alcanzar el amor de un hombre me dedique a vengar mis pasiones en varios antros de servicios sexuales. Allí conocí a un sinfín de hombres, de  los cuales aprendí mucho; pero no solo la vida de los prostíbulos me mostro como manipular al género masculino sino que marco el camino a una vida llena de placeres. Lo mejor de mi vida fue cuando mi marido llego a mi habitación y entre caricias, sexos y mimos desmedidos,  el amor retomo a mi puerta. Pero jamás pude dejar de ser lo que realmente era… Una prostituta hambrienta de sed. Una sed inconmensurable de conquista, un don juanismo femenino. Jamás volví a tocar a otro hombre que no fuera mi esposo, pero entrene a mis bien amadas niñas para conseguir de ellos lo que más deseen. Para que sin mediar muchas palabras tengan a sus pies el más maravilloso de los reinos… las riquezas que solo atraen el del sexo y la lujuria. Pero mis queridos amigos hoy no hablaremos de mí.

Pasen pónganse bien cómodos, les abro las puertas del burdel y en cada encuentro les presentare a mis hermosas muñecas: Poli, Mary, Lupe, Nanet, Lola, Julia, Ana, Ruth, las gemelas Laly y Lulú  y nuestra mística Eva. Así damos comienzo al desfile de nuestras putas, esas que mueren cada día entre las sabanas de algún motel de la cuidad.

Escrito por La Dulce Eva para la sección:

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