Hubo un tiempo en que las arenas transitadas de dromedarios reflejaban el calor de una civilización brillante.
Un viajero ataviado con túnica azul zafiro recorre leguas enteras buscando algo. Algo que no tiene y que no cree encontrar en ningún lado. Confía en que el desierto le de una respuesta entre tanto silencio y calor.
Después de semanas de recorrido el viajero se detiene frente a una legión de ranas, suponiendo encontrar un oasis cercano. Las ranas hablan, somos tus miedos, dicen. Él las envuelve en su túnica y las traslada hasta un estanque plateado que logra divisar entre las rasgaduras de la tela que envuelve su cabeza.
Una vez allí las ranas nadan y son devoradas por peces dorados que saltan en intervalos erráticos. Se quita la túnica, admira su cuerpo en el reflejo, y se zambulle.
El oasis desaparece, el viajero ha encontrado lo que busca.

***
Nuestros océanos se encontraron
almas galaxias acuosas
nuestros ojos
admiran el fuego
en la ceniza está
la razón del sonido
mismo de las cosas
que pensamos de nosotros
resuena y recomienza
mientras mis manos
agarran tus dedos
una palabra al oído
silencio
en la noche .
***
A ti:
Hoy amanezco escribiéndole a usted con la prudencia que el hábito me permite. Ayer pasé largas horas cavilando un encuentro, después de realizar mis rituales cotidianos, antes de dormir, busqué una foto suya y la apoyé sobre mi pecho cerca del corazón. Hoy amanezco escribiéndole, hace cinco minutos me encuentro parado frente a la ventana con su retrato en la mano, agarro una vela y le prendo fuego. Las cenizas caen consumidas por un sentimiento melancólico similar al humo que se desprende de una sopa hirviendo. Le sepulté en mi recuerdo, amada mía …
Carta del Conde prusiano Reiter, destinatario desconocido, lo que sigue aparece borroneado y manchado con tinta china. Se encontraron cenizas al lado de su cuerpo inmóvil. Causa de la defunción: envenenamiento. Se desconoce la razón pero por el carácter de la carta podemos suponer que fue un suicido motivado por amor no correspondido.
Dedicado a Stendhal.
***
hoy es la era de los pocos compromisos.
sumado a realidades complejas
hacen que nuestras prioridades se
ubiquen lejos del accionar poético,
ya sea por dinero o por compromisos políticos.
ojalá podamos reunirnos y conversar acerca de lo que acontece,
ojalá nuestra poesía pueda ser sincera
o mentir con tanta vanidad como para que los necios nos escuchen
ojalá pueda despegarme tanto nylon de la piel
así tal vez, el rugir de las fieras
las fauces del asfalto
ya no resulten en temores
incomprensibles .