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Todos los viernes del mundo – Parte 5

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Mercedes, negrita, y un poco más:

Llueve, veo pasar los autos, busco en ellos a alguien, no sé bien con que alguien me voy a encontrar… estaría bueno por ahí, encontrarme con alguno bailando, cantando y revoloteando las manos contra el volante porque pusieron un tema que lo sensibilizó demasiado.

Es tan difícil encontrarse a uno mismo, cuando ya creés que la tenés clara, que sabés quien querés ser te das cuenta que estabas equivocadísimo y a darle rosca de vuelta, a seguir inventando un mundo real alrededor tuyo para poder agarrarte de algo. Es difícil ser uno mismo, es complicado no ampararse en los demás y es más difícil aun cuando uno tiene problemas de identidad. Trato de ser buena persona, buen “hijo”, buen “hermano”, buen cocinero, buen pescador, buen guitarrista… al final parece una búsqueda incesante de cuestiones que me brinden una felicidad provisoria, momentánea, efímera.

Es como con la mariposa ¿Qué sentido le puede encontrar a su aleteo si sabe que va a morir al finalizar el día? Toda una vida dedicada a reptar y a prepararse para su ultimo y primer vuelo, para ser bella, ser ángel, ser luz y al final termina desplomada en la tierra pisoteada sin querer por la suela de mi Topper en este momento…

Y dentro de esta búsqueda también apareces vos, Mercedes, si, apareces vos… no sé si te encontré o te perdí o intente escribirte o soñarte en un momento inoportuno. Pero vos nunca lo vas a saber, o yo no lo sabré en realidad ¿Qué pasa que no tengo noticias tuyas? Porque elegís el silencio justo cuando me habías prometido algo tan importante, justo cuando te sentía tan cerca a pesar de la gran distancia, no me quiero poner nostálgico, sabes. En realidad me conformaría, aunque sea, con que el basurero que lea esto (que en una de esas tirés a la basura) se conmueva y llore un poco por mí, y se enjuague las lagrimas con esas uñas labradas.

Hay que elegir bien todo el tiempo porque el abanico de posibilidades es muy extenso, un crisol de problemas y soluciones, de respuestas, de incógnitas  nos espera detrás de cada elección.

¿Qué me queda de todo esto?

No se… un pedacito de papel en el que estoy escribiendo, los deditos manchados con tinta y una nostalgia incertidumbrica o nostálgica incertidumbre de no saber ni como terminar esta carta, y me corroe día a día y esto continua y esto sigue y dale que va… ese existencialismo de estar desamparados en un lugar en donde nadie confía en nadie, y nadie le gana a alguien y esa, si esa, esa sos vos. Me estás leyendo, pensando, o no, o divagando (como yo). Tan bonita con esa trabita rosada en el pelo, con esos labios bien arrugados y con esa pancita con gusto a miel. Eso es gusto a miel.

Que mas me queda, seguir con lo mío, porque podría estar hablándote (o escribiéndote) todo el día, todos los viernes del mundo, los sábados también, pero en algún momento tengo que sentar cabeza. No encuentro ningún indicio relevante, nadie me reconoce acá… mi apellido no existe y tu dato es tan necesario…

Tal vez deba limitarme a remar en este mar de dulce de leche, a esperarte, a soñarte, a aguantarme las gotas de lluvia ácida.

Te espero negrita, los viernes son tuyos.

Ramiro

 

Ramiro:

La lluvia es nostalgia, y es derrape.

Mercedes

 

Parte 1: http://www.elmendolotudo.com.ar/2014/02/28/todos-los-viernes-del-mundo-primera-entrega/
Parte 2: http://www.elmendolotudo.com.ar/2014/03/07/todos-los-viernes-del-mundo-parte-2/
Parte 3: http://www.elmendolotudo.com.ar/2014/03/21/todos-los-viernes-del-mundo-parte-3/
Parte 4: http://www.elmendolotudo.com.ar/2014/03/28/todos-los-viernes-del-mundo-parte-4/

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