/Mendoza, todos sus festivales y… ¡Viva Perón che!

Mendoza, todos sus festivales y… ¡Viva Perón che!

Los mendocinos somos predecibles y recontra ñoños. Toda la semana los medios de comunicación provinciales estuvieron  embobados, perturbados, extasiados con el dilema Calle 13. Que sí, que no, que la plata, que la seguridad, que los micros, que Latinoamérica unida, que René, que la grosa Fandiño, que López Puelles, que Paco  Pérez –que poco tuvo que ver en el asunto pero la ligó igual: que se joda por ser un gobernador joven y peronista en una provincia pacata y radical, él se la buscó-.  Cómo seremos de escandalosos, histéricos y nenitos llorones, que  el asunto llegó a los oídos de Don  Víctor Hugo Morales, quien opinó sobre el tema. Sobre toda esta cuestión, sólo voy a decir que coincido, obvia y plenamente, con Víctor Hugo, que en síntesis propone lo siguiente: no hay fiestas populares sin gobierno que las banque. Restringir la cultura a unos pocos o no. Ésa es la cuestión de fondo.

Pero mientras que en la City se desarrollaba todo este circo mediático y facebookero –mejor seamos políticamente correctos y llamémosle debate-  al que nos prendimos todos, sin distinción de clase y color político, en lo que nuestra querida presidenta llamaría la “Mendoza profunda”, en la Mendoza del Interior, sucedía  otra cosa… Durante las dos semanas pasadas, con el esfuerzo de los municipios y del gobierno provincial  se llevaron adelante dos festivales de importancia nacional: “Rivadavia le canta al país” entre el 23 y el 29 de enero en el Departamento de  Rivadavia, y el “Festival Nacional de la Tonada” en Tunuyán entre el 1 y el 5 de febrero.

Y sí, hay que decirlo: los diarios y noticieros provinciales casi ni se ocuparon de esto. Poco se habló de este asunto. Garpa más la crítica destructiva. Googleen “Calle 13 en Mendoza”. Salen notas y fotos  al por mayor de todos los medios de la provincia. Hay pa’ hacer dulce, diría mi abuela. Si ponés “Rivadavia le canta al país” sale la página del municipio y una noticia sobre unos policías que se levantaron a un travesti y los pillaron. Si ponés Festival de la Tonada, salen sólo las páginas de Turismo. Se habla poco, pero se mueve mucho. Verdaderamente se mueven multitudes detrás del folklore, nuestra música. A nada más que una hora de la City, miles y miles de mendocinos disfrutaban de la música folklórica y popular, que desborda  tanta calidad, destreza y talento como otros estilos. 40 000 personas convocó el Chaqueño en Rivadavia. 25 000 convocó por noche la Tonada en Tunuyán. Haciendo cálculos y siendo realistas, en total se movió más gente que para el famoso recital de Calle 13. Los medios muchas veces son injustos.

Pero El Mendolotudo sí que está en todas y para aquellos pagos mandó a  la corresponsal nacional y popular del Mendolotudo, Bloody Mary, con escasos viáticos pero con la garganta preparada para los grititos cuyanos. (Me tomé un tecito con miel antes de salir, a pesar de los 38 grados, eso es tener onda). Y me fui en el Dice Tours –ni sueñes con que Conep y Bomur te van a garpar otra movilidad- al Este a cubrir el recital de Abel Pintos, el  Chaqueño Palavecino y otros artistas locales. El clima era de de fiesta,  de fiesta popular. Familias, grupos de amigos, buena onda. Pic-nics, sanguchitos, gaseosa, empanaditas, parrillada, vinito tinto. Eso es vida. Gente que lleva sus  reposeras, lucha despiadada por una silla o poto negro de sentarse en el piso: todo vale.  El viejo que vendía las vinchas y sombreros del Chaqueño se hizo el año. El show terminó a las cuatro, con un Chaqueño medio picadito y sus violines descollando en el felizmente despejado cielo esteño. Terrateniente y amigo de Moneta, pero nada de eso  opaca su indiscutible  poder de convocatoria y un carisma en vivo que mueve multitudes. Viejos, viejas, jóvenes y niños revoleando lo que venga al son de Amor Salvaje para finalizar la jornada. Y el lunes que labure Magoya. Genial. Es destacable la buena organización, la presencia policial y el refuerzo de micros que esperaban a la gente al terminar el festival. Allí nos subimos para volver de madrugada a casa.

El sábado siguiente nos subimos a la CATA para cubrir Tunuyán. Con la presencia de excelentes grupos locales y nacionales, la jornada cerró con los cuyanísimos Orozco- Barrientos y el ídolo infatigable León Gieco. Excelente escenario. Impecable sonido. Muy buena organización. Público participativo y educado. Vale la pena.

Qué poco se valora toda esta movida desde los medios, que son los que de verdad alimentan el circo. A ver si nos ponemos las pilas y empezamos a apoyar nuestra música y nuestra cultura. El folklore está más vivo que nunca.

Hablen y llenen páginas de diarios, giles, que el pueblo  sabe lo que quiere y está en otra cosa.

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