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Círculo de hadas

Ciculo- Principio

Venía pensando hace mucho sobre algo para escribir. Las ideas no se conectaban entre si, todo le parecía mal, todo le parecía mediocre. Escribía líneas en la hoja virtual y luego las borraba, necesitaba algo que la inspirase.

Salió de su casa a tomar un poco de aire, aunque el verano en Mendoza solo destila aire caliente. La noche había caído de a poco, tímida y tarde, pero ahí estaba al fin. Los grillos empezaban de a poco con su canto.

Escuchó a lo lejos una melodía alegre y extraña que la cautivó profundamente, y decidió a ir en busca de su origen. «Vivir pegada a los cerros tiene sus ventajas» pensó, y caminó las 10 cuadras que la separaban de la primer fila de montañas, las más bajas pero no menos importantes. La música iba in crescendo, y las estrellas brillaban plenas en el cielo sin luna.

Una música sin voces, cautivante como ninguna que conociese antes. De pronto su vista se llenó de montañas y de ruidos de grillos nocturnos que habían salido por una leve lluvia minutos antes. Miró hacia atrás y vio un panorama bello, toda su ciudad atrás, y tuvo el presentimiento de que nunca más volvería a ese lugar. Y más allá de todo, siguió adelante, aquella música la había cautivado.

Y de pronto lo vio. Un hermoso anillo de hadas en el medio del pedemonte, era un anillo grande del que provenía la música. Experimentó una atracción misteriosa como ninguna antes y cerró los ojos, avanzando de a poco hacia aquel misterioso círculo. Una voz dentro suyo le dijo que no avanzara, que retrocediera y volviese a su casa, y cuando intentó emprender la huida sintió una mano pequeña que la atraía dentro. Todo el miedo desapareció y su mente se puso en blanco, ya no era ella misma. Solo abrió los ojos una última vez, cuando puso un pie dentro del círculo, y nunca más se supo de ella.

«A veces, sin razón aparente aparecen en el medio de la naturaleza aquellos extraños círculos de hadas, hechos con hongos, setas, que crecen de forma circular y extraña. Se dice que no hay que entrar allí, porque una vez dentro ya no se puede salir, algunos cuentan que, al ritmo de la música se obliga a bailar hasta la locura o la muerte al incauto, y otros cuentan que son portales a mundos de hadas y duendes, que quien entra se vuelve invisible para los mortales. Las hadas son las que atraen a incautos que se dejan llevar, como marineros hacia las sirenas, para luego desaparecer o perecer allí.»

Ciculo- Final (1)

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