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Clandestina

«La marihuana causa amnesia… y otras cosas que no recuerdo.» Woody Allen

Dos hombres ebrios se trenzan en una pelea mareada y uno lo apuñala al otro hasta la muerte; un chico de doce años comienza a fumar por primera vez un cigarrillo -tendrá EPOC dentro de un tiempo; un camionero totalmente alcoholizado maneja a contramano por el Acceso Este y provoca un accidente atroz; en todas partes del mundo se fabrican seguidores retorcidos con lo que está escrito en libros religiosos; Mc Donald y Burger King engañan a la alimentación con juguetitos para que los chicos pidan más y más, franquicia siniestra; los cánones de belleza están estandarizados por la publicidad y generan humanos idealizados, perfectos en su anorexia, en su sobredimensionada musculatura y en su voluptuosidad; los adictos a la violencia usan sus autos como armas; el Casino de Mendoza es un ghetto para ludópatas. Todo legalizado, envuelto en papel de regalo rojo  y con un hermoso moño dorado.

La humanidad está legalizada.

Las drogas siempre han estado presentes, escondidas y latentes. No sólo para mantener una actitud contestataria o para esparcimiento, sino también como una forma de acercarse al dios de turno u obtener una vibración artística. Son tabú, moda y negocio. ¿Qué es drogarse? En forma obvia es consumir sustancias para lograr un estado de elevación de la mente, su abstracción o su desplazamiento hacia un lugar más allá de la esquina del universo. Un nirvana en cuotas. Cada viaje es un mandala que se rompe al final para mostrar la impermanencia de la realidad.

Marihuana, cocaína, LSD, hachís, ketamina, éxtasis, anfetaminas, ayaguasca, ciclopentolato, argispray, prozac, San Pedro y la lista sigue ad infinitum. Cada uno de estos elementos tiene más contras que pros. El consumo de estas delicias, más adelante en el tiempo, traen aparejadas la decadencia del raciocinio, generan un escudo de negación, le ponen un velo al pensamiento y estupidizan la inteligencia social, la forma de interrelacionarse con su entorno.

No vamos a hablar de drogas duras, lo haremos sólo del cannabis. ¿Cuál es la diferencia sustancial, el peligro que tiene escondido, la marihuana? ¿Acaso la mota es más peligrosa que una botella de vodka, por ejemplo? ¿O hace gastar fortunas esperando el número soñado en la ruleta? Se toma clonazepan, alplax, prozac y no sé cuántas cosas más como caramelos que embrutecen y disfrazan los ataques de pánico y las depresiones con colores químicos.

Existe el libre albedrío, siempre y cuando esta independencia no perjudique a otros. Entonces, es una ironía que se prohíban cosas como una planta si, al mismo tiempo, la humanidad con todas sus inhumanidades es totalmente lícita.

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