¡Comenzó el verano!
Esa época del año en la cual todos salen de vacaciones, a lugares paradisiacos, a visitar parientes, ¡A bucear en los mares de la Polinesia con unas morenas tremendísimas y unos chongos barbaros! En fin, a conocer el mundo, pero a muchos nos tocó quedarnos tirados en la cama, si, en la misma cama de siempre, con los mismos familiares de siempre, y con la misma pobreza de siempre. Y para colmo de todo esto, ¡Es verano! Pues, ¡Hace calor! Y si vivís en Mendoza sabes que el calor no es igual que en otros lados, es más o menos algo parecido al clima que se debe vivir en el infierno.
En situaciones como esas, no queda otra cosa que sobrevivir, claro, o sobrevivís o te morís achicharrado de calor. Para poder convivir con el calorcito entra en juego la protagonista del verano, la inigualable, la húmeda, la onda y fresca, ¡Pileta! Y si, matamos por una piletita, por ese pozo en la tierra que acumula agua, o en su defecto, por esa lona de color azul con muy malas imitaciones a olas pintadas en el fondo.
Y es que si sos uno de los suertudos que tiene pileta propia, no solo que tienes el beneficio de pasar el calor, sino que también puedes entrar a lo que muchos conocen como “popularidad”.
Ser popular es algo así como, ser lo suficientemente guapo, tener las habilidades de un humorista, de un boina verde, de un profesor de la UTN, y del negro superdotado de las pelis condicionadas.
Así que amigos míos si tienen pile ustedes son unos suertudotes, todos sus compañeros de colegio van a ir a visitarlos, aunque no se hallan hablado durante todo el año ellos caen a visitar a su nuevo, “mejor amigo”. ¡Felicitaciones!
Pero todo no es color de rosas, hay ciertas cuestiones de las que uno no habla, pero que existen, por ejemplo, ¿Quién limpia la pileta? Claro, porque entran 60 personas en una pileta para 15. A eso se le debe sumar que entran y salen 500 veces, que te usurpan la heladera y te la vacían, y que pierden la puntería a la hora de ir al baño. Y al final del día todos se van y tus padres llegan, y ahí no hay Dios que te salve.
Y ahí están los populares al otro día acarreando baldes de agua y cepillando la lona azul. Pero bueno, podría ser peor, podrías ser tú el que tiene que ir a la pileta del chico popular, comer todo lo de su heladera, jugar al tiro al blanco en su baño, chapar con su hermana, y hasta incluso con su prima, ¡Una cosa de locos! Algo espantoso claro, y ¿Quién quiere eso?
Volviendo al tema, a parte de la pileta existen grandes inventos que solucionan los sofocones de calor, y son muy interesantes sobre todo si sos uno de sos que quiere mantener su tono de piel tal como está.
Y es ahí donde uno rompe el lazo “Humano-naturaleza”y nos ocultamos de cualquier haz de luz que emite esa bola de fuego. Nos refugiamos en nuestro hogar, si, el mismo de siempre, acompañados del maravilloso artefacto que proporciona aire frio, “El aireacondicionado”, y si, es “El” aireacondicionado, porque en este tiempo toma cierta importancia, pasa a ser el anfitrión de la casa. El problema es cuando lo tienes roto, porque claro, en invierno nadie le da bola al aparato, pasa el 80% del año apagado, se llena de tierra, le pintan pajaritos, y hasta se rompe y nadie se entera, hasta que comienza el verano nuevamente.
Para momentos como estos uno toma medidas drásticas, y reutiliza cosas que tenía almacenada en algún sucucho del hogar, como es el ventilador. Objeto que dejaste de usar, no sabes porque, y que cambiaste por el aireacondicionado.
Pero justo cuando uno se dirige a disfrutar de una buena siesta, inmediatamente recuerda por qué dejo de utilizarlo. ¡Y es que la cosa esa mete más ruido que aire! Y encima el poco aire que da está caliente. ¡No te deja dormir! Prefieres morir de calor a tener que soportar ese ruido infernal.
Otro artefacto que nos soluciona la vida, y sobre todo en verano, es la heladera. Sí, todos amamos con locura esa máquina, si pudiéramos nos casaríamos con ella, pero no, no es legal, también lo pensé.
Nadie lo tiene muy en cuenta, pero la heladera es la que nos proporciona hielo, ingrediente esencial de un buen fernet y bien todos saben, con un fernecito se ve el verano con otros ojos.
Además todos debemos admitir que alguna vez en la vida, hemos abierto su puerta y nos quedamos parados frente a ella con el único objetivo de sentir un poquitito del aire fresco que da, obviamente al instante sentimos una voz del más allá que te grita ¡Cerra la puerta que se descongela todo! Seguida de otro grito, ¡No me hagas ir hasta allá!
Con esas simples tres cosas: Pileta, aireacondicionado o ventilador, y heladera, uno puede sobrevivir tranquilamente a las extremas temperaturas veraniegas de Mendoza.
En el caso de que te falte la pile, podes remar un poco el veranito con las piletas públicas, eso sí, tenés que bancarte una serie de cosas que hasta a Pancho I le molestan, por ejemplo, la cantidad de pendejos jodiendo, el nene que metieron con pañal, la nena que no aguanto sus ganas de mear, el gordo metalero todo transpirado, y mujeres con trajes de baño que irritan tu vista. Pero en fin son pequeños detalles.
Bueno gente a ponerle toda la mejor onda a este verano, espero que aprovechen y tiren una ojeada a las mendocinas en bikini, ya que son un gran privilegio que tenemos, no se me queden dormidos.
Por mi parte los voy dejando, ya les di los tips fundamentales para que se lleven bien con el calor si se quedan en casa, los abandono porque a mí me espera el chongo todo bronceado para nadar con los delfines en la Polinesia, ¡Saludos!
Escrito por Carnicera de Vivos para la sección:
Buena la nota che! Ojalá la paseslindo en la Polinesia jajaja, para los que nos quedamos hay campings GENIALES en el Manzano y en Maipú que son accesibles y muy copados! Suerte che 🙂
Jajaja.. Gracias loquilla.. ¡Suerte para ti también!