Creí que no existías,
que me habías olvidado.
Que todo había sido un sueño,
un sueño profundo y largo.
Creí que eras un invento
para pasar el letargo,
una noche, y otra tarde,
y una tormenta en el campo.
Creí que si te olvidaba,
que si seguía de largo,
como se pierde el paisaje
sin que por eso sea amargo,
pasaría tu existencia,
borraría tu presencia,
y podría hacerme cargo.
Creí que no existías
pero escuché tu llamado.
Tenías la voz real
como cuando me soñaba a tu lado.
Te pregunté sobre el sueño
y respondiste acertado.
Las cosas que yo soñaba…
¿cómo es que has adivinado?
Si te dejo de soñar,
¿morirás? ¿o habré olvidado?
Mi temor no es que no existas
o te olvide finalmente.
Mi temor es que te vayas
algún día de mi mente,
y diga con amargura
la frase de la locura:
«Todo había sido un sueño
solamente».
(Retiro, Buenos Aires, 20 de diciembre de 2011)
Tan cierto, tan real, tan cercano es tu relato, que se me erizó la piel. ¿Qué hacer cuando el sueño nunca se torna realidad o la realidad es sólo un sueño?
Genial, como siempre Marcos!!!!
SBA!!!
Hay sueños que dejan marcas más intensas que las historias reales.
Gracias, MaryJo!
Hoy me has tocado el corazón …
Tan cierto, que parece un sueño
Excelente MK, muchas veces son solo estos trazos y la letra de alguna canción olvidada, lo que nos sigue uniendo a nuestras eternas pendientes.