/El mejor deseo que se le puede pedir a un genio

El mejor deseo que se le puede pedir a un genio

– Vos sabes que es algo que siempre pienso, ¿Viste?… onda así cuando estoy al pedo. ¿Viste que cuando estas al pedo pensas boludeces? Bueno, yo siempre pienso dos cosas, una es en qué haría si me gano el telequino y la otra es la del genio de la botella.

– ¿Cómo es la del genio?

– Si boludo, viste la típica situación, onda película, imagínate… el tipo matado, arruinado, así escapando por el desierto, no se… ponele de unos testaferros.

– Si, si… de unos testaferros ninja.

– ¿Testaferros ninjas en el desierto?

– No, no, es verdad… de unos testaferros en camello.

– Claro, ¿viste?, ahí va el tipo. Cagado de calor mal, con miedo, solo, sin un arma, hecho teta.

– ¿Medio rengo? Siempre van rengos cuando los persiguen.

– Si, si de una, medio rengo porque se cayó por una picada escapando de los balazos de los testaferros árabes y se tostó un buen golpe en la rodilla. Típico de película ¿viste?

– En el tobillo duele más.

– Ahí está, si, de una. En el tobillo… hecho percha el loco, deseando agua, no sé, una mina, algo.

– Los árabes no paran, no duermen, lo persiguen sin parar.

– Claro, ¿viste son como los árabes?, son incasables, son máquinas esos hijos de puta.

– Máquinas de matar.

– Claro, zarpados en ametralladoras y unas de esas espadas despampanantes, filosas, curvas, ¿viste?

– Cimitarras.

– No, no… nada de guitarras. Estos son malos posta, no hacen música… matan gente, ¿entendes? Asesinos.

– No boludo, “cimitarra” se llama la espada, no dije guitarra.

– Aaaaa… esta, esta. Bueno, así re locos los tipos ¿viste? El chabón los cagó con guita, con oro y ahora lo buscan para torturarlo con las espaditas esas. Bravos los árabes… ¡endemoniados! El chabón solo. Están enojados y son muy muy malos.

– Si, si, malísimos. Es lógico si el tipo los durmió con la guita.

– Claro, bueno en fin. Típica, típica, ¿viste? De Hollywood. El loco va escapando, como puede, escondiéndose entre las rocas, debajo de las dunas, por todos lados, hasta que ve una cuevita en una montaña.

– ¿Está alta?

– ¡Que se yo boludo! No sé, si, que se yo… generalmente sí, pero alta como para que el tipo pueda llegar… ¿no lo has visto en alguna peli? ¡Es típico!

– Si, si… es verdad. Va el loco caminando, medio rengo.

– Bueno, el tema es que entra en la cueva y ve que ha habido alguien viviendo ahí hace tiempo.

– Que… ¿ve cómo pinturas indias en las paredes?

– No, no tanto tiempo boludo. Es un prófugo, no un arqueólogo. Ve como cenizas y cómo que alguien vivió hace poco.

– Aaaaa… bien.

– Bueno y en el fondo… lo que todos sabemos, en el fondo hay un montículo de tierra, el tipo hecho bosta, medio rengo, cagado de calor y de miedo se arrima, comienza a escarbar… ¡¿y que se encuentra?!

– ¡Un tesoro pirata!

– ¿Sos boludo vos? ¿Me estas tomando el pelo? Me voy a la mierda si no me vas a escuchar…

– No para, no te chives, ¿Qué te pasa? ¡Qué sé yo que se encuentra!

– ¡Boludo hace media hora te estoy poniendo en onda con la típica escena del genio en la botella! Desierto, árabes, cueva, calor, arena ¡y vos me decís un tesoro pirata!

– Aaaaa… entonces se encuentra un genio en una botella.

– ¡Claro papá! Hace dos horas que estoy con lo otro que pienso, lo del genio. Se encuentra la botella, la frota y aparece esa especie de turco, con un turbante ¿viste?

– ¿Azul?

– ¿El turbante?

– No, el turco.

– ¡Qué sé yo si azul idiota! ¿Por qué azul?

– Porque el de Disney es azul.

– ¡Pero que me calienta! Lo último que vi de Disney es al Mickey en blanco y negro. Dejate de joder con Disney. Aparece un genio, un tipo, medio esfumado, con los ojos delineados de negro como medio maricón, pero con alta cara de macho, ¿nunca viste un genio? ¡El típico genio de la botella!

– Si, ¡vi ese azul de Aladino que queres que le haga!

– Bueno, este no es azul, azul estas vos de tanto tomar viagra, este genio es un hombre. Un tipo grandote, pulenta, piola, así con cara de turco, bien garca, bien picante, típico ricachón árabe, ¿cazas?

– ¡Si de una! Así con una chivita tupida en punta.

– ¡De una! Con chiva, todos los que tienen chivas son garcas y tienen guita, bueno así… con chiva y lleno de joyas colgando.

– ¿Y pieles?

– ¿Pieeeleeessss? ¿Cómo pieles?

– Pieles boludo, pieles, onda así de zorro, de tigre, como un tapado, como los millonarios, ¿te acordas el tapado de zorro del Diego? O como los de la Susana Giménez.

– ¿Vos me estas cargando? ¡Sos tarado, loco! ¿Cómo va a llevar pieles si está a 900 grados, encerrado en una puta botella, en el fondo de una cueva?

– ¡Dijiste que tenía guita, estilo, facha!

– Si, ¡pero no pieles! ¿Qué tendrá que ver?

– Los ricos garcas usan pieles.

– Bueno este no, este genio no. Me pones loco. No era ni azul, ni usaba pieles, era bien turco, bien macho, con cara de ganador y le ofrecía al chabón tres deseos. ¿No me vas a dejar llegar al quid de la cuestión?

– Dale, no te calentes.

– Bueno, aparece y le dice lo de los tres deseos. Lógicamente el primer deseo del chabón es estar en la otra punta del mundo.

– Claro… ese calor insoportable. Se va al polo sur.

– Naaaaa… definitivamente tus papas son hermanos. ¡Lo vienen persiguiendo los árabes armados hasta los dientes! Se quiere ir a la mierda, no al polo sur, tontolón.

– ¡Cieeeertoooo! Es verdad.

– ¡Que tipo pelotudo sos! Bue… en fin, el tipo pide estar en la otra punta del mundo. A salvo, para poder pedir los otros dos deseos.

– ¿Y qué pidió?

– No importa, que se yo, el tema es que…

– ¡Cómo que no importa! ¿Para qué me contas todo el cuentito si no me contas que pidió?

– A veces pienso que tenes el raciocinio de un pez… ¡no caliente qué deseos pidió! Qué se yo, ¿Qué mierda calienta? ¡tener guita y ser fachero pidió! Pero no importa eso.

– ¡¿Y para que me tenes media hora atento con el cuentito!?

– Para ponerte en onda mamerto… para que entiendas que es lo que siempre pienso.

– Uffff… ¡que larga la haces! ¡conta que mierda pensan entonces cansador!

– Si papa, para, para… entonces el tema es así. Se te aparece el genio ¿viste? Ponele en tu casa, tranqui, o yendo al laburo mejor, en la parada del bondi. El turco, piola.

– ¿El de las joyas?

– Obvio ¿Qué otro? Entonces te deja un solo deseo. Bueno, eso pienso, siempre, cada vez que estoy al pedo. ¿Qué deseo pediría? ¿Qué única cosa le pediría al genio?… ¿Vos que le pedirías?

– Guita… mucha, bocha… toda.

– No es mala, pero no se… como que hay cosas que con la guita no podes comprar, que se yo.

– ¡Que no! La guita y la fama hacen ver lindo a todos, ¿te acordas el Facha Ganzúa?

– Bueno, pero ese era un carismático, incluso antes de forrarse.

– Si seguro… de comerse a la gorda Gabriela lo tenes ahora en fotos con la Cirio y toda esa bola de gatos que cotizan en dólares.

– Bueno, pero no es el punto… yo pienso y pienso, siempre lo mismo, y ese deseo lo he masticado mil veces, pero creo que hay uno mucho, pero mucho mejor. Y vos mismo te vas a dar cuenta.

– Dudo…

– ¿Qué es lo primero que pensaste al imaginarte a vos zarpado en guita?

– Minas, sexo desenfrenado, modelos, actrices, todas.

– ¡Bueno ves! Como siempre dijo el Negro Dolina, “todo lo que hacemos lo hacemos por las minas”. Queres mucha guita para cogerte muchas minas.

– Y… pobre y con esta caripela la pongo poco. Sigo insistiendo en que es el mejor deseo.

– Si, todo bien, el tema es que hay algo que se te ha olvidado. Dos cosas en realidad…

– ¿Qué?

– Una, y la más importante, se te ha olvidado el amor, esas minas jamás te van a amar. Y el sexo sin amor, a la larga, aburre.

– ¡Que te va a aburrir! A vos te aburrirá.

– No, posta, en serio te digo. Luego de cinco años volteándote modelos, si no podes entablar un vínculo afectivo con alguna, te cansas… Y segundo tema… hay minas que no te las coges ni con toda la plata del mundo, como la Megan Fox, por ejemplo, o a la mejor amiga de tu esposa.

– ¿Y? Busco minas más accesibles.

– No boludo… por un lado te cansarías y volverías a buscar a tu ex jermu, que en realidad te amaba desde que eras un seco. Por otro lado, después de cogerte todas las que te gustan y se pueden pagar, siempre te gustaría tratar de cogerte a las incogibles, las que no compras con plata.

– ¿Y que tiene?

– Que desperdiciaste un deseo al pedo, porque tener toda la guita del mundo no te cambió nada, y terminas volviendo con la mujer de siempre, con ganas de cogerte a otras que no vas a poder. Por eso yo, que me mato pensado todo el tiempo en este tema, tengo el deseo perfecto.

– ¿A sí? A ver contame… me muero por escuchar la boludez que vas a decirme.

– Mi deseo es poder tener la imaginación tan avanzada que cada vez que te garches a tu esposa puedas imaginarte que es otra… a la perfección.

– Mmmm… explícame mejor.

– Eso boludo, es fácil. Ponele que llegas a tu casa… velas, música de fondo: está la Mirta en celo, ¿viste que son re obvias las minas cuando la quieren poner? Te mira con zozobra, seguro te ha hecho milangas con papas fritas para alegrarte, suena el tema de Luis Miguel que te gusta de fondo y probablemente se puso algo de ropa que sabe que a vos te calienta, esteeemmm… no sé, ¿Qué ropa de mina te gusta?

– Las calzas.

– Bien, ponele que se ha puesto una calza rosada brillante, a la altura del ombligo, de esas que les marcan la tuna y que se les ve un culo ochentoso glorioso.

– ¡Puaj!

– ¿Me vas a decir que no te gusta?

– Me encanta… ¡pero no la Mirta! ¿Vos viste lo que es mi jermu?

– Boludo, ¡qué sé yo! Alguna ropa de ella te tiene que gustar.

– ¡Pero si es un tanque malhumorado! El cenit al mal gusto y la idiotez.

– ¡Bueno es un ejemplo! Qué se yo. Una faldita.

– Peor, pero bue… dale seguí.

– Entonces vos la ves, has estado toda la tarde en el laburo, cansado, chivado, embole mal, haciendo papelitos y huevo sin parar, venis con ganas de morfar y ver tele, entonces la ves, ahí ¿viste? ¿Me seguís? La ves ahí… toda al palo, con ganas de garcharte ahí mismo. Justo esa tarde te habían pasado fotos de Silvina Escudero en tanga, o no, mejor… en cuatro patas en la playa.

– ¿Mar del plata?

– Cancún…

– Me abrocho las bolas al pantalón…

– Boludo escuchame… imagínate, has estado toda la tarde baboseándote con las fotos de la Silvina Escudero, entonces “chan”, se pone en marcha tu deseo, se activa tu imaginación voraz, y de pronto, el embutido de grasas trans de la Mirta se transforma en la Silvina Escudero.

– ¡Pero es la Mirta!

– ¡Claro gil! Pero ella no sabe que la ves como la Silvina Escudero, ella se cree que te excita por ser la Mirta y vos no la ves como la Mirta, sino que gracias a tu deseo la ves como la Silvina Escudero, pero es ma Mirta ¿entendes? Ahí… en tu casa, sin gastar un mango, sin chamullo, sin viajes, sin infidelidad, sin mensajitos apurados, ni olor a puta, ni trampa, sin mentiras, sin irte a Buenos Aires, sin ser de la farándula, sin falopa. Ahí, de una, lista para vos, haciendo milangas, en calza rosada de culo ochentoso, ¿te imaginas?

– Que-buen-deseo-lareputaqueteparió.

– Es más, mientras que le batís el merengue te pinta pensar que es la Celeste Cid y “chan”, la Angelina Jolie y “chan”, tu vecina y “chan”, tu prima y “chan”, tu compañera de laburo y “chan”…

– Rodrigo Guirao Díaz y “chan”…

– ¿Quéeeeee?

– Rocío, Rocío, seguí…

– En fin, no gastas un mango, te podes coger a la mina que sea, sin censura, casada, soltera, francesa, polaca, familiar, india, ¡incluso hasta las muertas y las minas de los videojuegos!

– ¿Cómo la Sonya del Mortal Kombat?

– ¡Claro!

– ¡Y la Mirta chocha!

– ¡Más vale! A la gorda la tenes sintiéndose una ninfa griega, una prostituta inglesa, una geisha, se cree que estás loco por ella, ¡y lo estás!

– La verdad es que es zarpado deseo, no lo había pensado jamás…

– Y no papá… somos pocos los que pensamos cosas importantes.